Hacinamiento en URI y estaciones de Policía está desbordado en Bogotá según la Personería: “No cuentan con las condiciones ni de infraestructura ni de capital humano”

La Unidad de Reacción Inmediata de Puente Aranda, en donde hubo un motín e intento de fuga el miércoles 22 de junio, tiene en estos momentos 563 reclusos, aunque su capacidad es de 372 personas

Los reos se tomaron la URI de Puente Aranda.

La Personería Distrital volvió a advertir que en Bogotá hay una crisis de hacinamiento en las URI de toda la ciudad, luego del motín que se presentó el miércoles 21 de junio en la Unidad de Reacción Inmediata de la localidad de Puente Aranda y que concluyó con un intento de fuga que fue controlado por la Policía Metropolitana de Bogotá.

“La personería de Bogotá alerta, una vez más, sobre las altas cifras de hacinamiento en estos centros de detención transitoria. Al 20 de junio de 2023, se reporta un 277% de hacinamiento en URI y estaciones de policía. Por ejemplo, en la URI de la que estamos hablando, la de Puente Aranda, esta tiene una capacidad para albergar a 372 personas privadas de la libertad y en las últimas horas se reportó la presencia de 563 personas, sobrepasando el límite expuesto”, comenzó por expresar el personero de la capital, Julián Pinilla Malagón.

Advirtió, acto seguido, que la de Puente Aranda, pese a todo, no es la unidad más critica en materia de hacinamiento que hay en la ciudad capital. “La estación de Policía de Usaquén hoy tiene un hacinamiento del 970%, seguido por la estación de la localidad de Kennedy, que presenta un hacinamiento del 499%, Usme con el 465%, Ciudad Bolívar, con un 378% de hacinamiento y la estación de la Terminal de transporte, con un hacinamiento del 350%”, añadió el jueves 22 de junio el personero Pinilla.

Por último a este respecto, precisó el jefe de la Personería, es apremiante que en Bogotá haya y se conozca el plan para la nueva construcción de centros de detención que cumplan con los estándares nacionales e internacionales para el respeto y la garantía de los derechos de los privados de la libertad.

“Con el intento de amotinamiento registrado en la URI de Puente Aranda, se evidencia que los centros de detención transitoria no cuentan con las condiciones ni de infraestructura ni de capital humano necesario para cuidar a los privados de la libertad”, concluyó Pinilla Malagón.

El motín en Puente Aranda

Vale recordar que en la URI de la localidad de Puente Aranda, en donde asesinaron Juan Pablo González, señalado de abusar sexualmente de una menor de edad en TransMilenio, los reclusos se amotinaron el miércoles 21 de junio, hechos en los cuales algunos internos se tomaron los pasillos de la Unidad.

Esta situación se presentó en medio de protestas por el hacinamiento y así lo confirmó uno de los oficiales: “Por ese mismo motivo se presentan hechos de intolerancia en la convivencia entre los reos”, dijo ayer el coronel Rodríguez.

En esa misma línea, el policía indicó que en la URI hay capacidad para 150 reos, pero que en la actualidad se encuentran recluidos 801 delincuentes, superando un hacinamiento del 500%”, cifras que no coinciden con las que posteriormente dio la Personería Distrital de Bogotá.

Finalmente, el oficial de la Policía Metropolitana aseveró que hubo daños en las locaciones de la Unidad de Reacción Inmediata, en las instalaciones de las celdas, las paredes, baños y rejas de la estructura, que fueron afectadas por los detenidos en su intento de fuga.

De acuerdo con declaraciones hechas por la Policía Metropolitana, que contuvo la situación, por lo menos 200 personas participaron en el amotinamiento, que tuvo lugar entre las cuatro y las cinco de la mañana. También indicaron que los reclusos dañaron las rejas de las celdas para fugarse, tras lo cual se tomaron el primer piso casi en su totalidad.

Para controlar la situación, hizo presencia la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden, y entre 25 y 50 oficiales hicieron presencia para prevenir que se repita el intento de amotinamiento.

Por último, vale referir que la URI de Puente Aranda ha sido foco de varios amotinamientos en el pasado, el último de los cuales se presentó en la noche del 14 de septiembre del 2022, cuando los reos incineraron varios colchones para intentar escapar del centro de detención. En esa oportunidad fue necesaria la intervención del Esmad, que controló la situación y evitó la fuga de los presos.