Julián Román se ha convertido en uno de los actores más exitosos, no solo en Colombia; sino también, en América Latina, pues gracias a personajes como Leo Reyes o Juan Gabriel, ha ganado reconocimiento. Pero, muchas de las bases de su carrera actoral están ligadas a su papá, Edgardo Román, que, según explicó Julián Román, más que un padre fue un amigo.
Así lo dio a conocer en una entrevista para el programa La Red de Caracol Televisión, en la que contó detalles inéditos de la relación que mantuvo con uno de los referentes de la televisión colombiana, que no solo fue su padre sino su maestro y la persona que lo ayudaba a darle forma a sus personajes.
Sobre los últimos días de Edgardo Román, su hijo comentó que fueron momentos difíciles, pues el actor ya sentía mucho dolor en su cuerpo, pero, aun así, fue una experiencia que les enseñó a amar de otra manera donde lo importante era entender que el amor trasciende.
“Se sabía que era algo ya inevitable y sobre todo que estaba con muchos dolores y pues eso no es calidad de vida. Por más que uno se apegue a las personas y empiece a entender el amor de otra manera, yo creo que esa fue una prueba para toda la familia y para él también, de darse cuenta que el amor es trascender”.
También, Julián Román explicó que en esos últimos días Edgardo Román no podía realizar muchas actividades, pues el médico le pedía que estuviera en su casa, aun así, el amor por su profesión lo llevaba a continuar con sus clases y compromisos laborales.
“No podía salir a tomar el sol, no podía salir al parque porque el médico le prohibió, entonces se volvió una cantidad de restricciones y él con su mente intacta insistía y dictaba clase. Era un dolor constante ya nada le servía, eso eran dosis de morfina y ya no servía, empezó a probar las gotas de cannabis y ahí más o menos le funcionaban, entonces ya era invivible eso”.
Para Julián Román, una de las experiencias que más lo marcó de la relación con su padre fue el hecho de poder considerarlo como un amigo, pues, aunque muchas personas piensan que eso no debería pasar, para el actor fue un privilegio, pues así pudo aprender muchas lecciones.
“Yo a veces escucho a mucha gente decir que los papás no pueden ser amigos, pero mi papá sí se la jugó con mi hermana y conmigo a ser amigos”.
Entre las cosas que pudo aprender con Edgardo, Julián Román confesó un ejercicio que hacían cada vez que él o su hermana peleaban por no tener alguna clase de privilegio, situación que su papá aprovechaba para mostrarles la realidad de la calle y lo que tenían que vivir las personas que no tenían oportunidades.
“Yo me acuerdo que mi papá hacía un ejercicio muy fuerte conmigo y con mi hermana cuando estábamos como muy cómodos y muy opinadores de la vida nos subía al carro y nos llevaba al cartucho y me decía: ‘Mire, mire otra realidad, ¿usted ve esa gente de ahí?, ¿usted está bravo conmigo porque no le compré unos tenis?, mire ese niño de allá’, y esas cosas las hace un amigo. Yo le agradecí profundamente eso, que siempre me tuviera con los pies en la tierra”.
Uno de los consejos que le dio su padre y que aún recuerda con mucho cariño es el hecho de entender que la fama es momentánea, tanto, que, en palabras de Edgardo Román, duraba el mismo tiempo que una producción estaba al aire, por lo que le enseñó que es más importante el reconocimiento.
“Mi papá me decía: ‘La fama dura lo que dura una novela al aire’, después lo que queda es reconocimiento”.