Intentaron robar la campana de la iglesia en La Jagua de Ibirico, Cesar

La reliquia, que data de 1839, fue abandonada por los delincuentes en una vía cercana

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La campana de la Iglesia
La campana de la Iglesia San Miguel Arcángel es una reliquia religiosa que data de 1839. Foto: Redes sociales

En medio de una ola de delincuencia que se ha registrado en distintos municipios del Cesar, inescrupulosos protagonizaron un intento de robo de una valiosa campana que reposaba dentro de la Iglesia San Miguel Arcángel en el municipio de La Jagua de Ibirico, a tan solo dos horas de Valledupar, la capital del departamento.

A pesar de que los delincuentes lograron sacar la estructura del templo, un vigilante de la alcaldía del municipio se percató de lo que sucedía e inició una persecución, razón por la cual los ladrones tuvieron que dejar la campana, que es hecha en bronce, sobre una de las vías aledañas a la iglesia, en donde fue recuperada por las autoridades.

Los delincuentes aprovecharon la oscuridad de la zona, que permanecía sin personas a su alrededor y treparon por uno de los costados de la infraestructura de la iglesia una altura de 10 metros aproximadamente, lo que les permitió recoger la campana y camuflarla dentro de un costal antes de que el vigilante se diera cuenta de los hechos.

Pocos minutos después que se registraran los hechos, uno de los habitantes del sector llegó al lugar e hizo una grabación en donde se ve el lugar en donde los ladrones dejaron la campana lanzando serios señalamientos contra las autoridades del municipio aludiendo a la delincuencia que allí se presenta por la falta de luz en las calles.

“Este es el colmo de los colmos. No hay ley, no hay nada en La Jagua. La plaza principal del municipio está sin electricidad, oscuro, estamos a la merced de los delincuentes. El campanario de la iglesia católica del municipio fue bajado de arriba de su puesto original. Esta campana pesa como 100 kilos”, señaló el ciudadano.

Al sujeto, que se le oía molesto en el video agradeció al vigilante que se percató de los hechos e impidió que los ladrones se llevaran la reliquia: Se la iban a robar, gracias a Dios el vigilante de la Alcaldía se dio cuenta y alertó a la comunidad, y los ladrones se dieron a la fuga. La campana sagrada de la iglesia católica se la iban a robar”.

La campana es considerada una reliquia religiosa de esta zona del país al datar de 1839. Su estructura tiene una altura de más de 60 centímetros, pesa más de cien kilos y es uno de los elementos más emblemáticos del municipio tal como lo indicó José Antonio Mejía Mejía, uno de sus habitantes, en declaraciones entregadas a El Tiempo.

“La campana es una figura emblemática para nosotros. La trajeron desde España hace muchas décadas, junto con la escultura de San Miguel Arcángel. Para la comunidad tiene un valor relevante, con ella se anuncian muchos actos litúrgicos y eventos importantes del municipio”, señaló Mejía Mejía.

El Cesar atraviesa una tensa situación en los últimos meses ante el incremento de las tasas de delincuencia y actos criminales que se han registrado en distintas poblaciones de esta zona del país, la cual se ha caracterizado por acoger a militantes de grupos armados que han hecho del sur del departamento uno de sus fortines para gestionar sus operaciones.

Dentro de los crímenes más comunes en este sector del territorio nacional está el secuestro, del cual fueron víctimas tres personas en los últimos días: Maira Beltrán, Jesús del Carmen Quintero y Heriberto Urbina. Beltrán y Quintero habrían sido interceptados por una columna del ELN en el municipio de Pelaya mientras que Urbina estaría en poder de una estructura del Ejército de Liberación Nacional igualmente en inmediaciones a Curumaní.

Frente a esto, la Gobernación del Cesar lanzó un llamado contra los criminales exigiendo por la liberación de los retenidos: “La libertad es un derecho fundamental de la humanidad, por lo que no debe ser vulnerado por ninguna razón. Nada justifica estos hechos. Que no se repita la historia. No más secuestros”.

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