Vigilarán los servicios turísticos en Cartagena para evitar los abusos en temporada de vacaciones

Accidentes, falta de regulación y engaños preocupan a la Procuraduría, que vigilará que las autoridades hagan control para evitar violaciones a los derechos de los consumidores

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Panorámica de Cartagena
Panorámica de Cartagena

Las denuncias por cobros excesivos, precios poco claros y servicios engañosos se han hecho comunes en las playas colombianas, en especial en Cartagena, una de sus ciudades más turísticas. Cuando se acerca la temporada de vacaciones de mitad de año, las autoridades tomarán nuevas acciones para impedir que se violen los derechos de los consumidores.

Desde personas comunes hasta personalidades públicas han resultado víctimas de inescrupulosos en las playas de La Heroica. Las denuncias suelen aparecer para las temporadas de vacaciones y se han hecho convertido incluso en broma en las redes sociales por la abundancia de los casos.

Almuerzos de millones de pesos, alquiler de sillas más costosos que el hospedaje y masajes que cuestan más que toda una sesión de spa hacen parte de las quejas que se han conocido por parte de turistas, que las autoridades deberán buscar evitar para la nueva temporada de vacaciones.

Imagen de Cartagena desde el
Imagen de Cartagena desde el Cerro La Popa. Cortesía Booking

Así lo solicitó la Procuraduría delegada de Cartagena que le solicitó a las autoridades fortalecer los mecanismos de vigilancia con el fin de evitar que los turistas y visitantes se vean vulnerados durante su estadía. “Tras las advertencias y los requerimientos hechos a las autoridades, la vigilancia para controlar los abusos se intensificará”, anunció Gabriel Del Toro, procurador delegado primero para la Vigilancia de la Función Pública.

“No se puede bajar la guardia, hay que señalizar las zonas de playa urbana e insular, hay que hacer campañas de sensibilización en hoteles para que los turistas adquieran servicios turísticos formales y acabar con la propaganda engañosa”, agregó el representante del Ministerio Público, quien visitó las playas y el centro histórico de Cartagena.

Desde la entidad se mostró preocupación acerca de los servicios náuticos, debido a que identificaron la prestación de transporte marítimo a turistas en condiciones de hacinamiento, sin suficientes accesorios de seguridad para los clientes, lo que pone en riesgo la seguridad e integridad de las personas. También señalaron alertas en cuanto a cobros excesivos por servicios turísticos y alimentos en playas urbanas e insulares, accidentes en motonaves, así como la falta de presencia institucional en el centro histórico.

Desde la Procuraduría propusieron a las autoridades públicas y los gremios empresariales y turísticos que se cree la casa del consumidor para hacer seguimiento a los servicios, se haga control a las motonaves, se realicen campañas de información y regulación a la lista de precios como acciones necesarias para proteger los derechos de los consumidores.

La Dimar, el Distrito, la Armada y otras entidades deberán emprender medidas inmediatas para garantizar que no se cometan abusos en la temporada de vacaciones de mitad de año. La Procuraduría hará mesas de seguimiento y estará vigilante de que cumplan con los compromisos de protección adquiridos con la entidad.

Cobran el doble por el almuerzo y recargos por sentarse

Unos turistas denunciaron el 12 de junio que viajaron a Tierrabomba y pese a cerciorarse de los precios de los servicios, cuando les llegó la factura les cobraron hasta por usar las sillas para almorzar. Señalaron que pidieron dos mojarras, cuatro cervezas para cada uno, y una gaseosa lo que, de acuerdo con sus cuentas, daba un precio final aproximado de 180.000 pesos; sin embargo, sobre las 3:30 de la tarde, cuando ya se preparaban para irse, pidieron la cuenta y el costo total los sorprendió: les pedían 360.000 pesos, es decir, el doble de lo consumido, según conoció el diario El Universal.

“Allí primero preguntamos si las asoleadoras estaban incluidas en el consumo y nos dijeron que sí, por eso fue por lo que nos quedamos en ese lugar. Compramos cuatro cervezas para cada uno, los dos almuerzos y una gaseosa, pero al pedir la cuenta, oh sorpresa, nos cobraron 150.000 pesos más por el servicio y por el kiosco, que en realidad era un palo de madera con cuatro sillas plásticas de las cuales usamos tres. De esos 150.000, 50 eran obligatorios por el servicio, siendo que la ley dice que este es un porcentaje del total de la cuenta y no es obligatorio”, señalaron.

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