La negociación de paz entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tendrá una serie de cambios a partir de los Acuerdos de Cuba. Otty Patiño, jefe de la delegación que representa al Estado, explicó cómo funcionará el proceso con la guerrilla, el cese al fuego, la participación de la sociedad y la posible financiación internacional.
Los acuerdos del tercer ciclo incluyeron un cese al fuego temporal y mecanismos para la participación de la sociedad. Dos aspectos claves que serán centrales para la superación del conflicto. Se espera que, mientras que, por un lado, se desactiva el componente armado del ELN; por el otro, se fomente su capacidad política. Una especie de transición que permita abandonar finalmente las armas.
Uno de los cambios que plantearon los acuerdos es que la mesa de conversaciones es permanente y no está activa únicamente durante los ciclos. Según dijo Patiño a El Tiempo, uno de los problemas del método de discusión era que la mesa desaparecía en los llamados interciclos, pero ahora continuarán discutiendo a través de comisiones, presencial y virtualmente.
Uno de los temas que se abordan durante el mes de junio en esas discusiones son los protocolos de cese al fuego que deben ser presentados el 10 de julio en una reunión de las delegaciones. Allí se deberán aprobar las condiciones bajo las cuales se desarrollará la tregua y se desplegará el mecanismo de monitoreo y verificación para tener todo listo para el 3 de agosto cuando se espera firmar el decreto.
Patiño explicó que la delegación insurgente planteó no incluir acciones armadas como el secuestro y la extorsión en el acuerdo de cese al fuego, por las preocupaciones que generan para los frentes en cuanto a la financiación; pero aclaró que seguirán siendo violaciones a la ley.
l “(Secuestro, extorsión) no quedaron explícitos porque así lo planteó el ELN, pero de todas maneras hay un imperativo muy complicado para el ELN: hay un imperativo de orden jurídico y las fuerzas militares y la justicia no van a dejar de perseguir delitos como el secuestro”, señaló el jefe de la delegación a El Tiempo.
Patiño señala que tampoco es favorable para el ELN cometer acciones como instalación de minas antipersona, desplazamientos, confinamientos o acciones consideradas crímenes de guerra porque pueden ir en contra de la representación política que construyen, generar rechazo en la población e incluso en la comunidad internacional.
“Uno de los objetivos del proceso de participación es que el ELN pueda constituirse en una fuerza política, sin armas. Es inadmisible una fuerza política que durante este período siga secuestrando. El ELN presiente que este cese al fuego nos tiene que llevar al fin del conflicto, porque a medida que el proceso avance habrá más restricciones de orden moral, político y jurídico”, señaló Patiño a El Espectador.
Respecto a la posibilidad de una financiación de la guerrilla, el jefe negociador del Gobierno señaló que es un tema prematuro que podría abordarse sobre el fin del conflicto. Señala que los países garantes ya contribuyen para los gastos de la delegación de paz del ELN, pero varios de ellos los catalogan como una organización terrorista, por lo que no podrían financiarlos. Así mismo, que la entrega de recursos dependería de que dejen las armas.
“Le pongo un ejemplo: hay comunidades que están subsistiendo de economías dañinas e ilegales como la minería o los cultivos de coca. Si hay gente del ELN que tiene influencia para ayudar a hacer una transición de esas economías a otro tipo de economías, la comunidad internacional y el propio Gobierno pueden financiar a quien participe, sin armas, en esos procesos de transición”, explicó Patiño a El Espectador.
El mecanismo de monitoreo y verificación, así como de participación de la sociedad, requerirá de representantes del ELN que dejen las armas. Por lo tanto, se espera que a medida que se implementen las medidas, haya más personas activas políticamente que en la defensa, que harían “irreversibles”, según Patiño, los acuerdos.
Así las cosas, señala que el fin del conflicto con el ELN sí podría darse en el 2025 y no como cree Antonio García que apenas se estará sobre el tercer punto. Desde el Gobierno esperan que en ese periodo se avance en la discusión de la agenda sobre víctimas, fin del conflicto y acuerdo final para estar a esa fecha concluyendo la negociación.