La Fiscalía General de la Nación imputó con el cargo de delito de homicidio culposo al exgerente del club El Nogal, Luis Fernando Vargas, por la muerte de Luis Fernando Campos Yannelli, el empresario mexicano que murió allí en el 2014 por la aspiración de monóxido de carbono.
El ente fiscal también imputó por el mismo delito y con el mismo cargo a Ricardo Andrés Muñoz Rojas, entonces jefe de Electromecánica, y a Juan Casadiego Sepúlveda, ex director de Mantenimiento del Club. Ninguno de los tres aceptó los cargos.
Este fue un dictamen que se dio el viernes 16 de junio de 2023, ocho años después de que ocurrieran los hechos y a cortos dos meses de que el caso prescribiera.
De acuerdo con el expediente, en el año en el que se presentó este accidente un ducto “hechizo” para liberar el calor de la lavandería obstaculizó la salida de gases de una de las chimeneas del club social. Esto hizo que se acumularan gases que terminaron por filtrarse en la habitación del empresario, en donde posteriormente falleció.
No obstante, una de las cosas que se logró demostrar en el caso es que la junta directiva del club El Nogal sabía sobre la existencia de esas anomalías y eran conscientes de que debían atender el daño pero no lo hicieron.
Por lo mismo, de acuerdo con Caracol Radio el abogado de víctimas le solicitó a la Fiscalía que vincule a la junta directiva de la época, también por su presunta responsabilidad.
La historia de su muerte en 2014
La mañana del 27 de agosto de 2014 el personal del hotel El Nogal en Bogotá encontró al huésped de la habitación 23 muerto sobre su cama. El misterio del fallecimiento del empresario mexicano Luis Fernando Campos Yannelli sin violencia se fue resolviendo con el tiempo en un largo proceso judicial que tiene al exgerente del club al borde de ir a la cárcel.
Campos Yannelli tenía 42 años y era licenciado de sistemas computacionales en administración de la Universidad del Valle de México. Se había desempeñado en varias compañías del sector en su país como Kio Networds en la que era el encargado de negocios con socios externos en Latinoamérica.
En ese cargo se dio el viaje a Colombia. Su objetivo era encontrarse para adelantar negocios con socios en el país, entre ellos Efraín Enrique Soler Rojas, quien lo invitó. Este, como socio del club El Nogal, les hizo la reserva de habitaciones en calidad de invitados a Campos Yannelli y a Felipe Sánchez Treviño, pues de otra forma no se habrían podido hospedar en las lujosas instalaciones exclusivas para socios.
Ambos mexicanos llegaron el 25 de agosto a Bogotá y se instalaron en las habitaciones del hotel, pero ese primer día sucedió un signo de alerta. Luis Fernando y su colega visitaron al médico porque tenía vómito y cefalea, síntomas que fueron interpretados como una afectación por la altura, aunque a ambas capitales las diferencian unos 300 metros.
Él, además, no fue el único con sintomas; otros huéspedes como el director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda de entonces, Carlos Andrés Torres, quien solía hospedarse en el hotel, también sufrió síntomas similares por los días en los que estuvo hospedado Campos Yannelli.
El empresario mexicano, además, no tenía enfermedades. “Era un hombre sano, no fumaba, no tomaba, no se desvelaba”, manifestó su padre Luis Fernando Campos Lobo. Él se había convertido en el sustento de su familia, quienes celebraban el éxito que había alcanzado su hijo, por lo que esa afectación fue reconocida en el proceso judicial posterior.
Cuando los conserjes advirtieron que el huésped estaba mal, habrían notificado a la enfermera de turno. Esta, como lo consignó en el acta oficial, lo encontró ya sin signos vitales y con “equimosis de lado derecho”, un moretón que indica que había pasado tiempo en la misma posición después de la muerte.
Ese día se había reunido la junta directiva, pero no se trató la muerte ocurrida en la mañana. Fue hasta el día siguiente en una sesión extraordinaria en la que se informó, como indicó El Tiempo en su momento, que se había contratado una firma de abogados y de comunicaciones para atender la situación. Un hecho que causó sorpresa porque en situaciones similares, lo primero era expedir un comunicado de condolencias.