El nombre de Wilson no ha parado de aparecer en las conversaciones del panorama nacional desde su desaparición. El perro, un belga Malinois, se alejó del radar de su guía el pasado 18 de mayo, en medio del operativo de búsqueda de los cuatro niños indígenas que se habían perdido en la selva amazónica tras sufrir un accidente en una avioneta. El animal, perteneciente al Ejército Nacional de Colombia, sigue siendo buscado por los uniformados y los expertos calculan la cantidad de tiempo que podría llegar a subsistir en la selva.
De acuerdo con lo que expuso el portal especializado tuveterinario24, el perro podría aprender a vivir en la selva, aun cuando no pertenece a aquel entorno naturalmente. Según se explica en aquella página web, los perros han logrado demostrar que su capacidad de adaptación es grande.
“Esto se debe a su increíble habilidad para sobrevivir, que no solo les permite adaptarse a los entornos difíciles, sino también para encontrar alimentos, el agua potable, y el refugio seguro”, se lee en el portal.
Son varias las circunstancias que rondan la posibilidad de supervivencia de Wilson, sin embargo, al ser un perro entrenado y por tener una alta experiencia en rastreo, tendría un poco más de posibilidades. Él mismo podría encontrar refugio en cuevas u otras estructuras naturales, y hallar alimento en plantas y frutos u otros animales como peces e insectos.
Establecer límites de tiempo en lo que respecta a la sobrevivencia de Wilson en la selva sería inexacto, pero, según uveterinario24, “los perros son animales inteligentes y adaptables, y tienen la capacidad de sobrevivir en ambientes hostiles como la selva”.
Por el otro lado, su entrenador, el soldado Elvis Porras, habló con Noticias Caracol y detalló que Wilson es un perro fuerte y que tiene las capacidades suficientes para sobrevivir en el Yarí.
“Wilson empezó su entrenamiento a la edad de 5 meses, la duración del curso fue de 1 año y se graduó en febrero. Fue un perro muy extrovertido, muy enérgico, siempre sobresalió en el curso (...) nos reventaba las trabillas en su afán de ir a buscar, trabajar y acertar”, comentó el uniformado sobre el perro que, para el momento, tiene cinco años de edad.
Algo similar había dicho el coronel Gustavo Narváez Orozco, comandante del regimiento Fuerzas Especiales n.° 1. “El indicio que tenemos es que hace solamente tres días vimos al perro. Eso nos da un gran aliento y esperanza. Que el perro haya logrado sobrevivir en la selva y ayudado a los niños. Este animal está educado para comer su concentrado, pero tiene su instinto que se despierta en ciertos momentos. Ojalá se le haya despertado en la selva con animales de presa que haya podido cazar. La fe intacta y la esperanza también por recuperar a Wilson”, reiteró.
El mensaje del Ejército Nacional ha sido claro: la ‘Operación Esperanza’, aquella con la que se logró encontrar a los niños, no termina, al menos no hasta que aparezca Wilson. El brigadier general de las Fuerzas Militares de Colombia, Herder Fernán Giraldo, detalló que para buscar al animal se dispusieron a 70 comandos.
Los niños, según le contaron al uniformado, “estuvieron tres o cuatro días con Wilson y dijeron que lo (encontraron) bastante flaco”. Así lo reveló el general de la Fuerza Aérea, Pedro Sánchez.
Además de los 70 uniformados encargados de buscar a Wilson, se enviaron a ocho perras en celo para llamar la atención del canino.
Según contó el coronel Gustavo Narváez Orozco, en una entrevista con la revista Semana, el perro se perdió luego de alejarse de su guía tras la orden de este último de adentrarlo a la selva.
“Fue muy extraño porque el perro está entrenado para eso, para meterse en profundidad y volver donde su amo. El 20 de mayo, nuestro personal observa al perro, el guía se le estaba acercando y el canino en una reacción poco normal, emprendió la huida y no lo volvimos a ver. Hasta el 6 de junio que nosotros en nuestras exploraciones lo topamos de frente. Quien lo vio, lo vio un poco flaco. Intentaron acercarse con comida, llamados y una perrita que llevamos de la Defensa Civil, la mandaron a que le buscara juego a Wilson, entretenerlo, acercarnos y ubicarlo. Apenas nos vio, huyó y esa fue la última vez que tuvimos contacto con él”, relató a la periodista Vicky Dávila.