La Comisión Primera de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley No. 272 de 2022 por medio del cual se prohíben los Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual e Identidad y Expresión de Género (Ecosieg).
La iniciativa es promovida por la representante a la Cámara, Carolina Giraldo, aunque fue presentada por Mauricio Toro durante la legislatura pasada. El actual director del Icetex explicó, en su momento, que una de cada cinco personas LGB se vieron expuestas a estos vejámenes, mientras que en el caso de las personas trans sucede en una de cada tres.
Durante el debate, el representante Miguel Polo Polo solicitó archivar el proyecto, pues en su concepto las sanciones eran innecesarias, ya que la Constitución prohíbe la tortura. Además, aseguró que el proyecto limita el acceso a la información por parte de las personas LGBTIQ+ y vulnerara el derecho a la libertad de culto y expresión.
“Esto va en contra de la libertad religiosa, si hoy una iglesia cristiana ora a una persona que tenga una condición de género X porque esa persona en su libertad individual decide que ya no quiere practicar esa orientación sexual, sino que el día de mañana quiere tener una familia e hijos, eso es respetable, así como también un hombre heterosexual puede decir que ya no se sienten hombres, sino que se sienten mujeres(..) es un proyecto nazista, dictatorial”, aseguró Polo Polo.
En respuesta a la intervención del congresista Polo Polo, Alejandro Ocampo explicó que el proyecto no busca coartar la libertad de culto, pero si prohibir que se apliquen modelos de terapias cuya efectividad ha sido cuestionada por las investigaciones científicas. Recalcó que, tal como lo ha aclarado la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni las orientaciones sexuales diversas, ni las identidades de género diversas son entendidas como patologías, por lo cual no se pueden existir terapias de ese estilo.
“Acá no buscamos atacar la fe, acá lo que buscamos es defender el derecho de las personas. Defender la dignidad humana. Porque esa libre elección que nos han querido vender es engañosa, porque las personas que buscan estas prácticas a menudo lo están haciendo bajo la presión social y familiar. Porque han sido convencidos que su orientación sexual, que su identidad de género son un problema que debe ser corregido”, afirmó el coordinador ponente Álvaro Rueda
Por su parte, Cathy Juvinao rebatió los argumentos a favor de la archivación del proyecto. Explicó que no se restringe ni la libertad de credo o capacidad profesional de los trabajadores del sector salud. Puntualizó que el proyecto busca que cuando se establezca la práctica de los Ecosieg estos sean una agravante, del tipo penal de tortura.
Otro de los representantes que rebatieron los argumentos de archivo fue el congresista Julio Cesar Triana, de Cambio Radical, quien reiteró que no existe la posibilidad de pensar en terapias de reconversión, en tanto no existe enfermedad. Puntualizo que el artículo nueve del proyecto demuestra el error en los argumentos a favor del archivo. Finalmente, se aprobó con unanimidad de los asistentes con proposición de ponencia.
El Proyecto de Ley No. 272 de 2022 cuenta con el visto bueno de la Procuraduría General de la Nación, de la Defensoría del Pueblo, Ministerio del Interior, Ministerio de Salud, así como múltiples organizaciones sociales como Profamilia, Colombia Diversa, la Fundación Gaat y Caribe Afirmativo.
Los estudios psicológicos, realizados a los sobrevivientes de estas prácticas, revelan que la mayoría de las personas expuestas a Ecosieg demuestran tendencias suicidas, agravadas durante el periodo de exposición. Así mismo, son los adolescentes las personas más vulnerables a este tipo procedimientos.
Se debe recordar que las personas LGBTIQ+ cuentan con mayores índices de prevalencia de conducta suicida, relacionado con el estigma social contra las orientaciones sexuales, identidades de género diversas.
La Encuesta Nacional de Salud Mental de 2015, con una muestra de 16.147 participantes, encontró una prevalencia del suicidio en población general del 6,5% para ideación, 2,4% para planeación y 2,6% para intento. Datos que contrastan con los de las personas LGBT colombianas, en donde se evidenció una prevalencia de 56,1% en ideación, 54,1% en planeación y 25% en intento entre los 4.160 participantes, según se señaló durante una de las intervenciones a la audiencia pública del proyecto.