El trabajo de los campesinos en Colombia es uno de los más difíciles, pues tienen jornadas extenuantes y exigentes físicamente que, muchas veces, no se ven reflejadas en las ganancias. Así quedó demostrado cuando Julián Pinilla, conocido como el Chico de la ruana invitó a dos youtubers para que trabajaran como sembradores de cebolla.
En tierras boyacenses, más puntualmente en el municipio de Aquitania, Julián Pinilla quiso probar la destreza de los youtubers y creadores de contenido conocidos como los Alcacos, reconocidos por su talla baja, algo a lo que le han sabido sacar ventaja en sus divertidos videos.
En la experiencia como sembradores de cebolla, los Alcacos tuvieron que utilizar el azadon, el problema era que no tenían la fuerza necesaria para enterrarlo y abrir el hueco en el que se introduce la cebolla, por lo que tuvieron que ser ayudados por los campesinos que se encontraban trabajando con ellos.
Pero, el trabajo no terminaba solo con la siembra de la cebolla, pues, como lo explicó uno de los campesinos que estaba dirigiendo el trabajo de los creadores de contenido, el tiempo para recoger la cosecha es de seis meses en los que deben estar pendientes del cultivo trabajando cada 15 o 20 días.
“Aquí se sembró hoy y en seis meses se ve el producido de esto, y de aquí en adelante toca trabajarle cada quince días, cada veinte días para sacar un producto bueno”.
Luego de comenzar el trabajo, uno de los Alcacos aseguró que desarrollar las actividades en el campo era una labor ardua, por lo que los comparó con un súper héroe, que en vez de capa se viste con ruana: “El super héroe de acá no tiene capa sino ruana”.
La jornada continuó y con el esfuerzo también llegó el premio, pues mientras cargaban la cebolla y abrían los huecos, también tuvieron la oportunidad de probar el guarapo, una bebida típica de Boyacá. El problema estuvo en que el trabajo de los Alcacos, al parecer, no fue tan bueno; inclusive, los campesinos que se encontraban supervisando la actividad aseguraron que no merecían el pago del jornal y que ni el guarapo que les dieron era un premio.
“Por parar dos matas y hacer tres huecos ¿qué le podemos dar?, ni lo del guarapo, antes toca es que nos deje pal agua”.
Sobre la jornada de trabajo, uno de los campesinos le explicó a Julián Pinilla que el pago por un día de sembrar cebolla está alrededor de los $50.000, dinero que no se ve reflejado en el desgaste físico que se debe realizar. También, aprovechó para enviarle un mensaje a las personas que viven en la ciudad y que no dimensionan lo complejo que es el trabajo en el campo, pues explicó que, a diferencia de muchos trabajos, en el campo se tiene certeza de la hora de entrada, pero no de la de salida.
“La verdad aquí un jornal está alrededor de 50.000 pesos, pero matados, el trabajo del campo, yo le diría a toda la gente de la ciudad que valoren la gente campesina, aquí nos toca duro, berraco, nos toca embarrados de sol a sol. Aquí no tenemos hora de entrada ni hora de salida, es muy dura la situación”.
El video finalizó con una reflexión por parte de los creadores de contenido invitados, pues luego de haber vivido en carne propia el difícil trabajo de sembrar cebolla, comprendieron la importancia de los campesinos que se esfuerzan día a día para poder llevar la comida a la mesa de las grandes ciudades.
“Yo de verdad sí los felicito porque ustedes son una gente muy berraca... pa’ tomar guarapo, no mentiras”.