Qué es la fariña, el alimento que ayudó a cuatro niños a sobrevivir 40 días en la selva amazónica colombiana

El derivado de la yuca brava, un tubérculo venenoso propio de la Amazonía, es la base para distintas preparaciones tradicionales indígenas

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La fariña es una harina
La fariña es una harina hecha a base de yuca brava, es rica en proteínas y nutrientes y es un alimento común en la dieta de las comunidades indígenas de la Amazonia. vecinavegetariana.com

Pasan los días y cada vez se conocen más detalles del paso de Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy por la selva del Guaviare, que ha sido considerado por el país como un “milagro”.

La pregunta más frecuente que se hacen los colombianos es ¿cómo lograron sobrevivir 40 días en una zona inhóspita? Según relatos de familiares de los niños, la fariña fue parte esencial de su dieta mientras estuvieron extraviados, pero ¿qué es este alimento?

La fariña es una harina de grano medio que resulta de la raíz de la yuca brava y que es ampliamente consumida entre las comunidades indígenas de la Amazonía en Colombia, Venezuela y Brasil. Este producto puede variar su nombre según la población que la prepare, y también es conocida como mañoco. Según indican los expertos, la yuca brava o mandioca no es la misma que se consume en el resto del país y que es la base para platos tradicionales como el sancocho.

Por el contrario, este tubérculo de la Amazonía es venenoso, pero luego de pasar por un proceso en el que se deja la yuca en remojo por un periodo de 3 a 4 días para extraer los componentes nocivos y cocinar su raíz entre 2 y 4 horas, se obtiene el derivado que es rico en nutrientes y calorías.

Con la fariña, las comunidades indígenas también preparan alimentos tradicionales de la región, como el casabe, que es una tortilla que se sirve como acompañamiento; también sopas y, en general, cualquier preparación en esa zona del país puede contener la harina gruesa. Su textura es crujiente y de sabor ahumado.

Este producto elemental en la dieta de las comunidades indígenas de la Amazonía colombiana hizo parte fundamental en la supervivencia de los niños de 13, 9, 5 y un año de vida. Según relató su abuelo, Narciso Mutucuy, la agilidad de los menores los llevó a encontrar tres libras de esta harina en las pertenencias que quedaron en el avión accidentado el pasado primero de mayo, donde quedaron los cuerpos sin vida de su madre, el piloto y el copiloto de la aeronave. Con ese alimento pudieron mantenerse unos días, que complementaron con frutos comestibles, como el juan soco y el avichure, que iban encontrando durante su travesía en la selva.

Según informo Miguel Romayo Capojui,
Según informo Miguel Romayo Capojui, jefe de la guardia indígena Murui, los niños se las ingeniaron para armar un toldillo con ramas y también tomaron hojas de plátano y bijao para tender como un colchón. Fuerzas Militares.

“Nosotros nunca pensamos que los íbamos a encontrar así como tan bueno, sí se acabaron, ellos tienen todos los sentidos, cuando se accidentó el avión ellos sacaron fariña y con eso sobrevivieron y después de que se les acabó la fariña, comenzaron a comer pepas”, afirmó el abuelo de los menores.

Según se conoció, luego de un acuerdo entre la delegada de la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana (Opiac) y el ICBF sobre los aspectos nutricionales de los niños, optaron por incluir fariña y bocadillos dentro de los kits de supervivencia que se lanzaron en la selva. Astrid Cáceres, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, comento a Cambio que Lesly y sus hermanos también encontraron los kits, por lo que pudieron abastecerse de la harina gruesa. “Eso nos contó la niña, que habían encontrado varias raciones, que confirman un poco la hipótesis que nos había contado la tropa, de haber encontrado algunas destapadas. Así fue”, dijo la funcionaria al medio citado.

La sabiduría de Lesly para mantenerse a ella y a sus hermanos con vida ha sido aclamada internacionalmente, lo que ha traído a la esfera pública la concepción de las comunidades indígenas sobre la selva. De hecho, para las operaciones de búsqueda y rescate adelantadas por las F.F. M.M. fueron fundamentales los saberes de los indígenas que participaron de los operativos. Por su parte, Fidencio Valencia, tío abuelo de los cuatro menores, tiene muy claro lo que sucedió con los niños durante los 40 días que estuvieron desaparecidos. “Como dicen nuestros mayores, alguien los orientó y alguien los guio, tuvieron la sabiduría de cómo poder comer, conseguir agua, y por supuesto cómo aguantar hambre”.

Por ahora los menores permanecen en recuperación en el Hospital Militar de Bogotá, donde se les ha incluido atención nutricional, psicológica y los cuidados tradicionales indígenas. Su condición se mantiene estable, a pesar de la precaria condición en la que fueron encontrados, según confirmó el presidente de la República, Gustavo Petro.

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