El 9 de junio de 2023 se dio la confirmación del encuentro con los cuatro niños que estaban desaparecidos en las selvas del Guaviare desde el accidente de una avioneta Cessna 206 el pasado 1 de mayo. Esta historia tuvo en vilo a toda la nación, y durante 40 días las Fuerzas Militares y un grupo conformado por las comunidades indígenas que realizaron una intensa búsqueda de los pequeños en medio de la densa selva.
La búsqueda de los niños comenzó el 1 de mayo, cuando se confirmó que la avioneta tipo Cessna 206, de matrícula HK 2803, que cubría la ruta Araracuara–San José del Guaviare, sobrevolaba el río Apaporis, cayó en la selva entre Caquetá y Guaviare, al parecer por una falla en el motor de la avioneta.
Tras la confirmación del accidente, las autoridades movilizaron un operativo de búsqueda y rescate para localizar a los siete ocupantes: el piloto, dos adultos y cuatro menores de edad. Tristemente, los adultos fueron encontrados sin vida; sin embargo, aún quedaba encontrar a los niños, por eso se llevó a cabo la Operación Esperanza.
De esta manera, los indígenas que duraron 25 días recorriendo la entrañable selva en búsqueda de los menores relataron que entre alucinaciones, dolores corporales y cansancio mental, lograron escuchar a los niños, Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9 y Tien Noriel Ranoque Mucutuy, de 4; Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de un año, y darles un abrazo de aliento.
En el Hospital Militar, ubicado en el barrio Chapinero de Bogotá, se encuentran internados los menores tras ser rescatados de la selva. Los niños que sobrevivieron 40 días a la humedad y la sombra reconocen que el perro Wilson estuvo con ellos.
Primer refugio creado por los niños
Transcurridas dos semanas del accidente, el 15 de mayo, la Aeronáutica Civil confirmó el hallazgo de la avioneta en inmediaciones de la vereda Palma Rosa, en zona rural del municipio de Solano.
La patrullera Lily Carmona y la subintendente Fabiola Santamaría, quienes encontraron la aeronave, le contaron a Noticias Caracol que las labores de rescate representaron dificultades por el terreno debido a que “al caminar se enterraban”. A la vez, las Fuerzas Militares informaron que gracias a un perro que formaba parte de las labores de búsqueda en tierra, encontraron un refugio hecho con palos y ramas, así como elementos que pertenecían a los niños, como unas “moñitas” y un par de tijeras.
De esta manera, la nación comenzó a comprender que estos niños tenían bases suficientes para permanecer con vida, pues de alguna forma habían logrado resguardarse con elementos de la naturaleza, además del cuidado de Lesly, la niña mayor, sobre sus tres hermanos.
El campamento improvisado por los niños
Una vez que el grupo indígena logró hallar a los menores, se fijaron que habían creado un campamento o refugio improvisado, con ramas de diferentes clases, con palos y lograron resguardarse del peligro de la selva y descansar de la larga caminada de unos 20 kilómetros.
Según informo Miguel Romayo Capojui, jefe de la guardia indígena Murui, para Noticias Caracol, los niños se las ingeniaron para armar un toldillo con ramas y también tomaron hojas de plátano y bijao para tender como un colchón.
De esta manera, los cuatro niños lograron descansar, ya que, según el relato de los rescatistas, los menores “ya no tenían fuerza, no podían gritar porque la voz tampoco les daba”.
Ritual de liberación por parte de los rescatistas indígenas
Durante el rescate, el grupo indígena tomó fotos de los menores y también videos del encuentro, en uno de ellos, se logra escuchar que, mientras los rescatistas tienen a los niños en sus brazos, cantan en su lengua.
Los mismos rescatistas comentaron que se trataba de un ritual espiritual, allí ellos primero realizaron un venteo con tabacos, les dieron agua para purificar y prosiguieron a quemar incienso para tratar de “quitar el mal humor que ellos tenían por el calor de la selva y que ellos se acogieran al calor de sus rescatistas”.
Como ellos expresan, esta ceremonia se llevó a cabo para traer a los menores “de la oscuridad a la luz”.