El domingo 11 de junio, el jefe de Estado colombiano, Gustavo Petro, asistió a las exequias del teniente coronel de la Policía Nacional Oscar Dávila. El uniformado, que estaba adscrito a la seguridad de la presidencia de la República, falleció el 9 de junio en circunstancias que las autoridades todavía se encuentran tratando de esclarecer. El mandatario, durante su paso por la Dirección de la Policía, lugar en el que se adelantó la ceremonia, dejó un mensaje en contra de la violencia en el libro de visitas de aquel establecimiento oficial.
“La posibilidad de la paz está cerca, y ella hará que volvamos a pensar en los temas simples; en caminar de la mano por una acera, o mirar el cielo y las nubes tranquilos o cantar por una calle. En esas sensaciones habrá un policía atento y cuidando la vida: Gustavo Petro”, escribió el mandatario.
De la misma manera, de acuerdo con lo que reveló a través de sus redes sociales el director de la institución, el general William René Salamanca, se mantuvo una reunión con el presidente de Colombia para hablar de temas de interés popular. “En mi oficina compartí un café con el señor presidente Gustavo Petro. Hablamos de seguridad nacional y las estrategias de seguridad ciudadana para todo el país”, escribió el directivo en su cuenta de Twitter.
El teniente coronel Oscar Dávila Torres, según reveló el mismo presidente, fue hallado sin vida en la noche del viernes 9 de junio. De acuerdo con lo que comentó el mandatario, el deceso de Torres habría sido consecuencia de un suicidio.
“Cerca a su casa (Dávila) mandó a su conductor por una botella de agua. Este dejó su pistola en el asiento y cuando regresó, delante de él, (el teniente coronel) se suicidó con un disparo en la cien con la pistola que había dejado (el conductor). No hay más disparos en el lugar. No es cierto que el coronel haya sido encontrado muerto ni que hayan dos disparos en su cuerpo. Previamente el coronel Dávila había recibido varias llamadas de la prensa y había asistido a la diligencia del CTI en el piso 13 de la DIAN”, redactó el mandatario.
Gustavo Petro resaltó que Dávila era padre de dos menores de edad y que su trabajo en presidencia con él consistía en ‘asegurar los sitios’ en los que tenía que cumplir con compromisos propios de su agenda como jefe del Estado colombiano.
La muerte de Dávila ocurre en un agitado momento para la administración de Gustavo Petro: el escándalo de chuzadas y una prueba de polígrafo protagonizado por su exjefe de gabinete, Laura Sarabia, y la filtración de unos polémicos audios en los que se escucha al exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, haciendo graves señalamientos.
El teniente coronel Dávila, según se ha sabido desde su misterioso fallecimiento, había enviado una carta al fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, para manifestar que estaba disponible para responder las preguntas que fueran necesarias respecto a las polémicas que hoy rondan al gabinete del Pacto Histórico.
Dos horas antes de su deceso, el coronel logró hablar con la periodista Sylvia Charry, a quien le reveló que no podía hablar de temas tan delicados por que lo ‘acabarían’. “Primero que todo, yo no me puedo pronunciar ante eso. Es lo único que yo te puedo decir porque no. Eso sí me da pena contigo porque, hum, mejor dicho, me acaban”, le dijo Dávila a Charry cuando ella le preguntó acerca de los espionajes telefónicos que se le habían hecho a dos empleadas de Laura Sarabia.
Luego de negarse a hablar y de cortar la llamada, el teniente coronel habría vuelto a llamar a Charry a las 6:13 de la tarde del 9 de junio. Esa llamada, comentó la periodista, no pudo ser contestada por ella, por lo que decidió escribirle a las 6:48 de la tarde de ese mismo día. Para esa hora el uniformado de 41 años de edad ya había fallecido.
“Nadie sabrá jamás qué quiso decirle a la periodista Sylvia Charry a quien llamó minutos antes de quitarse la vida”, se lee en el artículo de la revista Cambio, medio de comunicación en el que se redactó el registro de la llamada entre la comunicadora y el uniformado.