Drogas La Rebaja fue por muchos años un negocio fachada del cartel de Cali liderado por los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez, pero tras la caída de los narcotraficantes fue intervenida por el Estado colombiano con el objetivo de que pasará de ser una entidad privada a convertirse en una red nacional pública de droguerías y laboratorios de fabricación de medicamentos a bajo costo.
Tras varios años de silencio frente a la cadena de farmacias, en los últimos días el presidente de Colombia afirmó que esta entidad que ya es parte del Estado debería ser adscrita al Ministerio de Salud, afirmando que esto podría lograrse trabajando con la cooperativa de empleados implementando que cada sede pueda servir como centro de atención primaria.
“Las Drogas La Rebaja debe ser una institucionalidad pública. Ya se extinguió el dominio, es del Estado, pero al servicio de la población más necesitada del país, y cubre todo el país. Así que ese esfuerzo es el comienzo ya de la reforma a la salud. Drogas La Rebaja debe pasar al Ministerio de Salud”, puntualizó el presidente de la República.
Historia de Drogas la Rebaja
Drogas la Rebaja fue un emporio construido por Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela en 1983, que tras varios años de tener una farmacia de garaje en Cali le compraron a la familia Arango los supermercados Jota Gómez que fueron rebautizados con su marca.
Este negocio hizo que Drogas la Rebaja llegará a varios sectores de la capital del Valle del Cauca, tiempo después la cadena de farmacias ya tenían 872 locales que generaban 7.000 empleos directos y más de 30.000 indirectos, generando ingresos anuales por 1.2 billones de pesos, lo que consolidaron por varios años como una de las 50 empresas más grandes de Colombia.
Esta empresa fue vendida en varias oportunidades a terceros cercanos de la familia Rodríguez Orejuela para que de esta forma mientras funcionaba, pudiera continuar lavando el dinero proveniente del narcotráfico, a su vez, el negocio farmacéutico generaba ganancias que eran utilizadas para camuflar los activos ilegales.
La guerra entre carteles fue lo que reveló el verdadero funcionar de Drogas la Rebaja, ya que Pablo Escobar puso 85 bombas en las sucursales de estas farmacias en Cali, Bogotá, Pereira y Medellín entre enero de 1988 y mayo de 1990, por lo que desde Estados Unidos se bloqueó a los proveedores y se ordenó que ninguna multinacional poría tener negocio con la empresa de los hermanos Rodríguez.
Con la detención de los capos del cartel de Cali en 1995, el negocio pasó a manos de Jaime Rodríguez Mondragón, formado profesionalmente en Standford; Rodríguez Mondragón creo una cooperativa con 4.100 trabajadores que se llamó Coopservir, el cual tenía un capital de 35.000 millones de pesos y que fue incluido en la lista Clinton; sin embargo, en el 2000 las autoridades determinaron que la venta de la empresa había sido ficticia, por lo que fue intervenida en 2005 por el Estado colombiano.
Durante la intervención se descubrió que solo el 5% de los activos hacían parte del capital de los trabajadores de la cooperativa y que el resto seguía funcionando bajo el poder de los Rodríguez Orejuela, incluyendo los laboratorios Blanca Pharma y Kressfor.
Durante la intervención de la justicia se determinó que Drogas la Rebaja contaba con más de 900 establecimientos comerciales y generaba más de 6.800 empleos directos, por lo que se pudo llegar a la conclusión de que fuera de la entrada y salida de activos ilícitos, era una compañía rentable y no se mantenía de la entrada de dinero ilegal, por lo que el Gobierno nacional se negó a vender la compañía.