Cronología de un milagro: así fue el rescate de los niños perdidos en las selvas del Guaviare

Cuando las esperanzas parecían perdidas, Colombia y el mundo fueron testigos de uno de los acontecimientos más increíbles de la historia reciente del país: el hallazgo de cuatro menores perdidos tras el accidente de la avioneta HK-2803, que durante 40 días deambularon por la selva, luchando contra toda clase de obstáculos para sobrevivir.

Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ranoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de un año, fueron los protagonistas de este relato con final feliz, en la que gracias a su crianza y, si se quiere, el destino, lograron salir vivos de la manigua y encarnar todo un ejemplo de superación.

En Infobae Colombia hicimos el recuento cronológico de este suceso, desde el instante en el que se conoció el siniestro de la aeronave hasta que el día en que las tropas de las Fuerzas Especiales dieron la buena nueva acerca del hallazgo de los pequeños, en una jornada que será recordado como ejemplo de entereza de los menores y trabajo en equipo.

Tras confirmarse el accidente de la avioneta, las autoridades desplegaron un operativo de búsqueda y salvamento, la Operación Esperanza para dar con el paradero de los siete ocupantes: el piloto, dos adultos y cuatro menores de edad, tras el accidente de la avioneta HK-2803 que cubría la ruta entre Araracuara (Amazonas) y San José del Guaviare.

Los tripulantes de esta aeronave, la cual ya había registrado un accidente en 2021, según informe de la Aeronáutica Civil, eran Hernando Murcia Morales, el piloto; Herman Mendoza Hernández, el director de la fundación de profesionales indígenas Yetara, y Magdalena Mucutuy Valencia: la madre de Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin.

Las autoridades confirmaron el accidente y que los helicópteros UH-60, Huey II y los aviones fantasma y Caravan C-208 empezaron sobrevuelos a la zona. Manuel Ranoque, padre de los cuatro niños que viajaban en la aeronave junto con su esposa, se ofreció para buscar él mismo a los posibles sobrevivientes del accidente. En entrevista con Noticias Caracol se mostró desconsolado, pues no sabía nada del paradero de sus seres queridos.

Tras 80 horas de búsqueda, la Aerocivil y la Fuerza Aérea Colombiana instalaron un Puesto de Mando Unificado (PMU) en la zona donde se coordinan las labores de búsqueda y de rescate de los ocupantes de la avioneta. Allí se estableció que los trabajos terrestres y fluviales continuarán en el perímetro en donde se obtuvo el último registro de la aeronave.

Fátima, la abuela de los niños, grabó un audio con la esperanza de encontrar a sus familiares, tanto en español como en el dialecto indígena de la comunidad Uitoto, en el que les pedía a sus nietos estar atentos la presencia de los socorristas. “Le pido su favor, tienen que estar quietos porque el Ejército los está buscando, si escucha el micrófono, ellos los van a traer”.

Las autoridades anunciaron que cerca de 60 unidades élite de las fuerzas especiales del Ejército Nacional se sumaron a los operativos en campo para apoyar las labores de búsqueda terrestre y fluvial. Luego de ocho días del siniestro, aún no se registran noticias del aparato que se precipitó en selvas del Guaviare con siete ocupantes en su interior.

La Aeronáutica Civil confirmó el hallazgo de la avioneta en la vereda Palma Rosa, en zona rural del municipio de Solano, departamento de Caquetá. La entidad corroboró la información suministrada por el Puesto de Mando Unificado: que uno de los siete ocupantes fue encontrado sin vida en la aeronave, luego de intensas labores en la zona.

Las autoridades confirmaron que los restos de los otros dos adultos fueron hallados tras el accidente en Guaviare. “De acuerdo a la información que hemos recibido del área de búsqueda, se han avistado los cuerpos de los tres adultos que estaban en la aeronave. Continuamos la búsqueda”, informó la Aeronáutica Civil.

Desde el Puesto de Mando Unificado anunciaron en aquel día que, tras haber mejorado las condiciones meteorológicas, se inició el vuelo de perifoneo en la zona, a la vez que continúan las labores en tierra. La Aeronáutica entregó detalles del siniestro y la búsqueda de los menores, y que los trabajos de rescate se habían intensificado en la zona.

Sin duda, ese 17 de mayo fue el día más convulsionado del periodo de búsqueda, en el que reinó la confusión. En la mañana se anunció que se encontró lo que sería un refugio de palos y ramas, que al parecer habían construido los menores, además de unas “moñitas” y un par de tijeras. Esto, según la entidad, levantó el ánimo de las tropas para seguir.

En las labores de búsqueda, había sido protagonista un perro entrenado para misiones de rescate de este tipo: Ulises. “Gracias a la orientación de nuestro canino, las Fuerzas Especiales encontraron un refugio improvisado y elementos que darían indicios del rastro de los menores desaparecidos tras el accidente de la aeronave Cessna 206″.

La Aerocivil también anunció que fue trasladado un equipo judicial hasta el sitio donde se encontró la avioneta para realizar los actos urgentes con los tres cuerpos sin vida que allí fueron hallados; los cuales fueron trasladados al helipuerto del Batallón de Infantería de Marina 32, ubicado en San José del Guaviare.

Pero el hecho más relevante de ese miércoles, fue que el presidente Gustavo Petro, con información sin confirmar, anunció al país que los niños habían aparecido. Al parecer, el mandatario habría visto la información en Twitter, en una cuenta falsa que parodia al ministro de Defensa, Iván Velásquez; con lo que replicó la información.

En la madrugada, el avión fantasma de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) se unió a las labores de búsqueda, con bengalas para iluminar la zona y ayudar a los más de 100 uniformados que buscan a los cuatro niños. Así lo confirmó el coronel Iván Mauricio Meza, comandante del Comando Aéreo de Combate No. 6.

Por su parte, el presidente borró el trino en el que había anunciado el supuesto hallazgo de los niños y publicó otro en el que presentó disculpas por haber entregado información que no estaba completamente confirmada. Lo que generó una ola de críticas en las redes sociales; en especial de sus contradictores políticos, y también de periodistas.

Por su parte, las tropas militares que hacen parte de la Operación Esperanza –como se denominó el despliegue de efectivos de las Fuerzas Militares en la selva entre Caquetá y Guaviare– hallaron huellas frescas en la zona en la que buscan a los menores. En la tierra húmeda se vieron pisadas que, por su tamaño, corresponderían a los niños.

En un principio se dijo que la información sobre el supuesto hallazgo llegó desde el territorio y que al presidente lo informó Astrid Cáceres, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), que fue informada del hecho a través de la seccional Guaviare de la entidad, que recibió información de que un soldado había visto a los niños.

El Ejército Nacional anunció que 50 soldados de las Fuerzas Especiales se sumaron a los 100 uniformados que llevan 14 días buscando a los niños. Las Fuerzas Militares detallaron que las personas encargadas partieron desde el departamento de Antioquia hasta San José del Guaviare.

El general Pedro Sánchez Suárez, comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, aseguró en ese momento que “estos comandos que son los más entrenados de Colombia son referente global de fuerzas especiales reforzarán el trabajo que se ha venido adelantado”.

A su vez, el presidente Petro, en Twitter, anunció que 85 indígenas de diferentes comunidades se unieron a las labores de búsqueda. Esta determinación se tomó el PMU, en San José del Guaviare, en el que participaron las comunidades indígenas, la Fuerza Pública y representantes del Gobierno Nacional.

Los organismos de búsqueda de las Fuerzas Militares e indígenas nukak, que adelantan la búsqueda en la selva de Guaviare a los cuatro menores desaparecidos, localizaron en dos lugares diferentes elementos como pañales, tenis, un accesorio de celular, una tapa de tetero y una toalla; lo que alimentó la esperanza de hallarlos con vida.

“Todos los indicios que hemos encontrado apuntan a que los niños se encuentran solos. Hemos hallado huellas de chanclas pequeñas, rastros de pies descalzos muy pequeños, y todo señala que los niños definitivamente están solos”, dijo Gustavo Narváez, comandante del regimiento de las Fuerzas Especiales del Comando Conjunto de Operaciones Especiales.

El brigadier general Pedro Arnulfo Sánchez Suárez, comandante Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, entregó nuevos detalles de la Operación Esperanza. El alto oficial reveló que en las labores adelantadas han estado a 100 metros de encontrar a los menores, lo que invitó a no perder la fe en la búsqueda.

El coronel Fausto Avellaneda, que comanda la operación en tierra, le explicó a Noticias Caracol que la nueva huella que se encontraron los soldados está aproximadamente a unos dos kilómetros de distancia de la última que habían encontrado, hacia el sector norte. También advirtió que, según los indicios, los menores están solos y siguen con vida.

También dijo que se han encontrado restos de frutas como borojó y el mango silvestre: alimentos que están distribuidos en varias partes de la zona y que fueron consumidos por los menores. “Varias patrullas de nosotros las han reportado. Al ser ellos de una comunidad indígena, tienen conocimiento de los mismos y creemos que los están consumiendo”, agregó.

La nueva estrategia para facilitar la búsqueda estuvo enfocada en disponer de elementos de emergencia que les permitan a los hermanos Ranoque Mututuy volver a sus casas. Los militares han instalado una cinta reflectiva, que ha sido denominada de la “vida”, con la que señalarán caminos de evacuación que lleven a los menores con las tropas.

A su vez, los hombres instalaron 600 silbatos en puntos estratégicos para que, a su paso, los niños pudieran usarlos y así alertar con su sonido a las Células Combinadas de Búsqueda que participaban en estas labores, en las que llevaron a cabo un barrido minucioso por la zona, en jornadas que superan, incluso, las 10 horas por turno.

Una luz de esperanza aparece ya que aparentemente uno de los perros rescatistas que ayudó a encontrar los improvisados cambuches de los niños estaría con ellos: el canino Wilson. Así lo informó el comandante de la misión terrestre de la Operación Esperanza el teniente coronel Fausto Avellaneda al programa Los Informantes de Caracol TV.

“Nosotros tenemos un perro perdido y en las últimas huellas, se muestra una huella de un perro y se muestra la huella de un niño. Nosotros creemos que Wilson está con ellos. Así se llama el perro, pero está perdido. Sería espectacular que el perrito estuviera con ellos, sería una buena compañía”, mencionó el coronel del Ejército.

Fuerzas Militares confirmaron que, luego de 40 días, aparecieron los niños que estaban perdidos en las selvas entre Guaviare y Caquetá. Lesly Mucutuy, Soleiny Mucutuy, Tien Noriel Ranoque Mucutuy y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy están con las autoridades y esperando a ser extraídos de la zona para ser trasladados a San José del Guaviare.

El presidente Gustavo Petro se refirió la noticia y fue quien publicó la primera imagen que se conoce de los menores de edad. “¡Una alegría para todo el país! Aparecieron con vida los 4 niños que estaban perdidos hace 40 días en la selva colombiana”, dijo el jefe de Estado, quien voló desde La Habana (Cuba) para conocer más detalles.

Un helicóptero se desplazó hasta Solano (Caquetá), en donde fueron encontrados los niños y su extracción de la zona se demoró por las condiciones meteorológicas. También se conoció que el perro de búsqueda Wilson, que acompañaba la operación de rescate, se perdió en medio de la selva y no estaba con los menores en el momento del rescate.

El ministro de Defensa, Iván Velásquez, también confirmó la noticia y agradeció a las comunidades indígenas de Siona y Araracuara por su apoyo a los uniformados del Ejército Nacional y de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), que rastrearon la zona donde ocurrió el siniestro aéreo que causó conmoción en los diferentes rincones del territorio nacional.

“Es una alegría, estábamos en la oscuridad y amaneció, he visto la luz. Gracias al presidente Petro, quien me apoyó, al general Sánchez y que estuvo a cargo con los indígenas. A todos los militares que entraron allá, bendiciones y gracias por todo el esfuerzo y la capacidad de querer encontrarlos”, manifestó Fidencio Valencia, abuelo de los menores.

Los hermanos Mucutuy, quienes estaban desaparecidos en la selva amazónica colombiana, llegaron en la madrugada a Bogotá, exactamente a las 12:38 a. m., al Comando Aéreo de Transporte Militar, Catam. Allí los esperaron varias ambulancias para trasladarlos al Hospital Militar con el fin de verificar su estado de salud, el cual generó preocupación.

Al ser rescatados de la selva, fueron llevados a San José de Guaviare y desde allí partieron a Bogotá en un avión ambulancia de la Fuerza Aérea, junto con uno de sus abuelos y su padre. Durante el recorrido fueron atendidos por un grupo de médicos pediatras, quienes les ofrecieron hidratación y les brindaron todos los cuidados necesarios.

Por parte de las autoridades y la clínica se confirmó que los niños, a pesar de haber pasado 40 días dentro de la selva, solo registran un cuadro de desnutrición, por lo que su comida será controlada para asegurarse de su recuperación. Además de esto, no tienen afectaciones graves o permanentes, solo signos naturales por el ecosistema y bichos de la selva.