Después de 40 días de estar perdidos en la selva, fueron encontrados con vida los cuatro hermanos que viajaban en la avioneta que se accidentó en la selva entre los departamentos de Caquetá y Guaviare, mientras cubría la ruta de Araracuara hacia San José de Guaviare, en la que iban siete ocupantes a bordo.
Al atardecer del viernes 9 de junio, diez uniformados y ocho indígenas hallaron unas nuevas huellas y empezaron a seguirlas. Fuentes de las Fuerzas Militares confirmaron que los niños fueron encontrados. Los comandos habían establecido un código en caso de encontrar a los menores. Era “Milagro” por cada niño que fuera hallado.
Fue así como sucedió lo que el pueblo colombiano estaba esperando: “¡Milagro, milagro, milagro, milagro!”. Esta palabra fue mencionada cuatro veces como un símbolo de esperanza luego de 40 días de intensa búsqueda en la selva.
Información entregada por las Fuerzas Militares confirmó que los menores tienen algunos síntomas de deshidratación, desnutrición y picaduras de los insectos propios de la zona, por lo que recibieron atención médica de los militares que se encontraban apoyando la búsqueda.
Desde el momento del accidente, la Fuerza Aérea Colombiana desplegó varias aeronaves para efectuar la búsqueda con diferentes patrones sin resultados satisfactorios.
Las operaciones de búsqueda continuaron por vía fluvial, con habitantes de la zona que se desplazaron desde el corregimiento Cachiporro. Posteriormente, el 6 de mayo, el Ejército realizó la inserción de Comandos de las Fuerzas Especiales en la zona selvática para la búsqueda terrestre.
Las primeras imágenes que se conocen del rescate muestran a los uniformados e indígenas con los pequeños, a quienes les están suministrando alimentos. En el caso del niño de un año, está en brazos de un integrante de las Fuerzas Militares.
“Los niños están débiles... dejemos que los médicos hagan su trabajo”, afirmó el presidente Gustavo Petro, quien expresó que llegó a pensar que a los niños los tenía alguna comunidad indígena nómada que aún vive en la zona, pero ratifica que no fue así y que fueron encontrados.
Los menores fueron trasladados por un comando jungla hacia San José de Guaviare para ser atendidos por un equipo médico y así estabilizarlos en su estado de salud. Desde el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) empezarán los procesos necesarios en este tipo de casos. La Operación Esperanza siempre se mantuvo activa, teniéndose conocimiento de que la fuerza pública estaba cada vez más cerca de los menores de edad.
Por medio de una estrategia de perifoneo, la abuela de estos infantes intentó persuadirlos en su lengua natal, donde les decía que se quedaran quietos pues varios uniformados los estaban buscando. Asimismo, instalaron luces por las noches para ver si lograban avistarlas.
Finalmente, la Fuerza Aérea Colombiana había lanzado kits de supervivencia que lanzaron desde las aeronaves, los cuales les ayudaron a comer y a estar sanos en la medida de lo posible en un ecosistema extremo.
Sin embargo, ahora que finalizó con éxito la operación esperanza, los niños deberán ser revisados por los médicos expertos.
Según el Ministerio de Defensa, los niños serán aerotransportados a Bogotá y remitidos al Hospital Militar Central, donde les brindarán una atención médica con los instrumentos necesarios.