Menores embarazadas, abortos forzados y desaparición de neonatos en las Farc es un “patrón criminal”, advirtió la Procuraduría

Según el Ministerio Público, los procedimientos a los que sometían a las excombatientes no son aislados e, incluso, realizaban abortos colectivos

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Mujeres de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) marchando con sus hijos desde su campamento transitorio hacía una zona veredal, en La Variante, municipio de Nariño. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda/ARCHIVO
Mujeres de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) marchando con sus hijos desde su campamento transitorio hacía una zona veredal, en La Variante, municipio de Nariño. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda/ARCHIVO

Luego de conocerse al menos 27 testimonios de mujeres excombatientes que fueron reclutadas cuando aún eran menores de edad, y que resultaran embarazadas mientras integraban diferentes bloques de las antiguas Farc, la Procuraduría General de la Nación le pidió en las últimas horas a la Jurisdicción Especial para la Paz investigar, como un nuevo patrón criminal, los abortos forzados que les fueron practicados sin importar que estuvieran en avanzado estado de gestación.

Según determinó el órgano de control, los bebés eran extraídos vivos de los úteros de sus madres. Posteriormente, eran asesinados y sus cuerpos desaparecidos mediante diferentes modalidades. “El Ministerio Público solicita que se investiguen los siguientes hechos: aborto forzado en edad gestacional avanzada; asesinato de neonatos; lesiones dolosas al feto; y desaparición forzada de neonatos y las facetas de género que se relacionan con estas conductas”, se aprecia en el documento firmado por Christian Wolffhügel, procurador delegado ante la JEP.

Luego de reunir testimonios, la Procuraduría pudo determinar que estos abortos se realizaban de forma sistemática dentro de las filas del grupo ilegal. Adicionalmente, las mujeres concuerdan en que había un médico que se encargaba de practicarles el procedimiento, usualmente en grupos de 10 embarazas o más, provenientes de los diferentes frentes de las Farc, el ELN y el Ejército Revolucionario Guevarista.

“Las mujeres de las Farc y del ELN eran reunidas en algunas ocasiones para realizar los abortos, les ponían cytotec y con una chupa absorbían para sacar los bebés (…) siempre había 5 o 10 mujeres”, asegura una de las víctimas citadas en el documento.

Dentro del documento emitido por la Procuraduría, se logró recopilar la información de diferentes casos, entre los que destaca el de una mujer que, sin importar el avanzado estado gestacional del feto, le fue extraído y lanzado al río Guayabero, cuando aún se encontraba con vida: “Con ocho meses de gestación, en contra de su voluntad, le sacaron a su hija y la lanzaron viva al río. En su relato indica que la escuchó llorar, se la arrebataron de sus brazos y la lanzaron al río Guayabero”.

Dos guerrilleras de las Farc, una de ellas con un bebé, emprenden su marcha hacia una zona veredal, tras optar por la reconciliación y la reintegración a la sociedad gracias a los acuerdos de paz. Archivo
Dos guerrilleras de las Farc, una de ellas con un bebé, emprenden su marcha hacia una zona veredal, tras optar por la reconciliación y la reintegración a la sociedad gracias a los acuerdos de paz. Archivo

En otro de los casos, una excombatiente relata que alias “Mono Jojoy”, entonces comandante del Bloque Oriental, jefe de las operaciones militares y miembro del secretariado de las Farc hasta su muerte, descubrió que la mujer estaba en embarazo y ordenó que se le practicara un legrado. Según el testimonio, se le obligó a tomar tres pastillas y otras tres se le introdujeron en el cuerpo para abortar. Ante el fallido intento le repitieron la dosis, y luego fue sometida al legrado. Cuenta la excombatiente que ese día se le practicó el mismo procedimiento a tres mujeres más, una de ellas con ocho meses de gestación. Horas más tarde, la mujer fue a escondidas a buscar los restos y encontró los cuerpos desmembrados.

Al documento del Ministerio Público se sumó un relato más. La víctima narra que ocultó su embarazo el mayor tiempo posible, hasta que el comandante de su columna lo descubrió y la envió al Frente 40, donde se practicaban los abortos. “Ahí dio la orden que me pusieran la droga para el legrado. Como a las dos de la tarde me empezaron a poner la droga, al otro día como a las nueve de la mañana tuve el niño, era un varón, nació vivo. El médico lo mandó a botar vivo a la basura y yo lo traté mal porque me dio mucha rabia. Lo saqué de la basura y lo tuve en mis manos como media hora hasta que se murió en mis manos”, relata la víctima.

Entre las conclusiones de Wolffhügel, el delegado aseguró que se hace necesaria la ampliación de los criterios de investigación, particularmente los ámbitos de observación del macrocaso 07 “Reclutamiento y utilización de niñas y niños en el conflicto armado”, con el fin de que se indague el asesinato de neonatos a partir de los datos recopilados por la Procuraduría. “Los hallazgos realizados por el Ministerio Público permiten inferir que no se trató de conductas aisladas o accidentales, que pudieran ser desconocidas por los mandos al interior de las filas, pues los hechos ocurrieron en todo el territorio nacional y en todos los Bloques de las Farc”, puntualizó el Delegado.

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