Ser sostenible está de moda y Pilar Castaño, una de las máximas autoridades en el tema, lo entiende. No se trata de un capricho, como el de Luis XIV que, según las malas lenguas, llegó a bañarse solo tres veces a lo largo de su vida.
Es una cuestión de conciencia, de entender que nuestras prendas pueden durar años, siempre y cuando se les dé un trato adecuado, que curiosamente no implica lavarlas con regularidad.
“Los jeans se deben lavar tres veces al año, máximo. El denim aguanta, no necesita lavados, los japoneses no lavan los jeans, se paran y se quedan ahí parados solos. Al lavarlo gasta muchísima agua; tratar de usar prendas que no tengan que ir a la lavandería, lavar en casa, usar jabones biodegradables, no usar nada que sea tóxico en tus prendas, reutilizar y heredar prendas. La moda vintage, la moda de la tía, de la abuela, la nostalgia que trajo este nuevo milenio y es bonito alimentarla porque son prendas con historia y es fantástico”, expresó a quien también se le conoce como la primera dama de la moda, en una entrevista concedida para Blu Radio.
No en vano, los últimos años han empezado a explorarse otro tipo de telas, procesos de confección y prácticas, como el diseño circular, según el medio citado. Aunque, para no ir tan lejos, para Castaño:
“Moda sostenible es que la camisa, el blazer que llevas puesto, lo uses mínimo 60 veces y después de 60 posturas, se lo pases a tu hermana a tu madre a tu hija, que las prendas sigan cubriendo el cuerpo humano, pero por generaciones…no hay que comprar por comprar, que la prenda se sostenga o si no, si te aburrió tu blazer transfórmalo, intervenlo, ponle parches, una lentejuela o un brillo o córtale las mangas”.
Sus recomendaciones para los pioneros en moda sostenible –como era de esperarse– vinieron acompañadas de las tendencias de temporada que, según comentó, al tratarse de la primavera anuncia cierta cercanía con el verano: “Los días más largos, más luminosos, más cálidos. Entonces viene mucho la fuerza de los años 60 del pop, viene toda esa inocencia, esos colores ácidos, también está el rosa Barbie, pero como tendencia el mallado, todo lo que tenga que ver con malla, el croché de las abuelas, la transparencia y el denim hasta en los zapatos”.
¿En qué consiste el modelo de producción circular?
Para hacer frente a las emisiones de dióxido de carbono emitidas por la industria de la moda, la Fundación Ellen MacArthur, en su reporte A New Textiles Economy, planteó implementar un modelo de producción circular, basado en cuatro ejes fundamentales:
- Dejar de usar sustancias peligrosas en la producción y reducir los materiales que despidan microfibras.
- Aumentar la durabilidad de la ropa para reducir la pronta obsolescencia y sustitución acelerada de las prendas.
- Mejorar de forma radical el reciclaje, algo que puede lograrse desde el diseño de modas o el incentivo de uso de materiales tanto reciclables como reciclados.
- Volver más efectivo el uso de los recursos y transitar hacia energías y materiales renovables en la producción de ropa.
Se espera que de cara al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) se utilicen cada vez más textiles y telas que generen una huella de carbono menor y se le des la espalda a prendas fabricadas con materiales provenientes del petróleo, poliéster, nailon o acrílico, que implican un alto consumo de agua y utilización en masa de pesticidas.
“En el caso de Colombia y Latinoamérica se tiene una gran expectativa frente al crecimiento de textiles de cáñamo, ya que resultan ser un excedente de los cultivos de cannabis medicinal, y porque entre otras, el cáñamo necesita mucho menos agua y menos pesticidas para su producción comparado por ejemplo con materiales como el algodón”, precisó la country manager de GoTrendier para Colombia, Ana Jiménez.