Entregan su comida para recibir toallas higiénicas: así es el drama de las reclusas de la cárcel El Buen Pastor

Según se conoció, durante su menstruación las mujeres tienen que recurrir también a prendas de vestir, toallas y hasta cobijas. El Inpec dice proporcionar los productos higiénicos oportunamente

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Cárcel de mujeres El Buen Pastor en Bogotá (Colprensa - Sofía Toscano)
Cárcel de mujeres El Buen Pastor en Bogotá (Colprensa - Sofía Toscano)

Un nuevo drama se divisa al interior de la cárcel El Buen Pastor de Bogotá. Según conoció el equipo de RCN Radio, las reclusas del centro penitenciario denuncian la escasez de elementos de higiene personal, por lo que han tenido que acudir a los “trueques” para conseguirlos. En muchos casos, las internas prefieren intercambiar sus raciones de comida por una sola toalla higiénica. “Tú escoges entre comer o ponerte tu toalla, porque si no tienes, no te la voy a regalar, ¿si ves? Aquí es así”, cuenta una de las reclusas.

Según logró conocer el medio, las mujeres privadas de la libertad reciben de forma trimestral un kit de aseo, en el que se les dota de un paquete de 30 toallas higiénicas, entre otros elementos. Es decir, las reclusas deben esperar los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre para obtener los productos, de acuerdo con información brindada por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).

A pesar de que dentro del establecimiento se les garantiza el acceso a los elementos básicos para su higiene personal, lo cierto es que, según las mismas mujeres, estos no resultan suficientes para sobrellevar sus periodos menstruales. “No es la cantidad suficiente, además son de mala calidad; si es una cárcel de mujeres los problemas menstruales se deberían tratar con más atención”, le contó otra mujer al medio radial.

Con la disponibilidad de solo 10 toallas higiénicas mensualmente, las internas del Buen Pastor deben recurrir a los famosos trueques. En algunos casos, las mujeres optan por cumplir funciones adiciones pedidas por otras compañeras, a cambio de una toalla. “Eso es un régimen acá entre nosotras. Yo tengo y tú lo necesitas, entonces cambiemos. En dado caso, si consumen droga, marihuana, bazuco, lo que sea, literalmente se intercambia; hasta barrer se intercambia por cosas de aseo, por comida, todo, acá todo vale”, confirma una reclusa del penal.

las internas deben usar hasta sus propias cobijas para mantenerse limpias durante sus periodos mensturales. Colprensa
las internas deben usar hasta sus propias cobijas para mantenerse limpias durante sus periodos mensturales. Colprensa

Lo que deja también a la vista la problemática por la que atraviesan estas mujeres, es que en ocasiones deben ceder sus tres porciones de alimentos diarios, a cambio de una toalla. Un negocio que termina siendo aprovechado por aquellas que reciben el apoyo de familiares, quienes les dotan del producto. “Acá se cambia la comida, que es lo que no hay. A mí, mi familia me da las toallas higiénicas; yo mando a traer 40, 50, 60 paquetes, uso las que necesito para mi menstruación y las demás las cambio, generalmente lo hago por desayuno, almuerzo y comida”, precisó una de ellas. Además, concluyó: “la mayoría busca cambiarlas, hacer cosas para que se las den; como quien dice: pelear, buscar a capa y espada para mirar qué pueden hacer para obtenerlas”.

Cuentan las reclusas que durante sus periodos menstruales deben acudir a cualquier recurso ante la falta de toallas higiénicas. Es así como en algunos casos tienen que usar sus prendas de vestir, toallas y hasta cobijas, para sobrellevar sus días si no les ha sido posible encontrar un intercambio con otra reclusa, o sus familiares no han podido brindarlas. “Hay veces que uno encuentra en el baño, digamos trapitos untados de menstruación. Hay unas que usan trapitos, partecitas de colchonetas, papel higiénico enrollado, cualquier cosa que se pueda utilizar para ponerse ahí”, comenta la mujer.

Por su parte, la docente de la facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, María Camila Correa Flórez, habló para RCN Radio, y fue enfática en decir que productos como las toallas higiénicas son elementales para las mujeres; no tener libre y fácil acceso a ellas representa una clara vulneración de los derechos de las internas. “El hecho de que no puedan manejar de manera correcta el periodo no solo pone en riesgo su situación de salud sino que también puede llegar a ser un escenario humillante. La Corte Constitucional ha reconocido en torno a las mujeres y personas menstruantes privadas de la libertad que el correcto manejo de su periodo es un pedacito, por decirlo de algún modo, de su derecho a la salud”, dijo la donente.

Cabe destacar que hace un año, en julio, el entonces presidente Iván Duque, sancionó la Ley 2261 de 2022, que compromete al Gobierno nacional a garantizar la entrega “gratuita, oportuna y suficiente” de toallas higiénicas, tampones y protectores diarios a las mujeres y personas menstruantes por parte de las autoridades carcelarias y penitenciarias de manera mensual.

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