El Ejército no pierde la esperanza: con cintas reflectivas y pitos esperan rescatar a niños perdidos en Guaviare

Han pasado 35 días desde que la avioneta en la que iban los cuatro menores se estrelló en medio de la espesa vegetación, sin que hayan sido hallados por parte de las fuerzas especiales

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Tropas del Ejército Nacional implementan nuevas estrategias para encontrar a los menores perdidos en la selva del Guaviare, desde el 1 de mayo. Fotos @FuerzasMilCol/Twitter
Tropas del Ejército Nacional implementan nuevas estrategias para encontrar a los menores perdidos en la selva del Guaviare, desde el 1 de mayo. Fotos @FuerzasMilCol/Twitter

“La fe es lo último que se pierde”, es una frase que se suele utilizar con frecuencia en medio de situaciones adversas. Pero en el caso de los miembros de las Fuerzas Especiales del Ejército Nacional que continúan en las labores de búsqueda de los cuatro niños perdidos en la selva de Guaviare, es el motor que los lleva a seguir internados entre la manigua tras cualquier pista que los conduzca al paradero de los menores.

Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ranoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de quien se cree cumplió un año en medio de la espesa vegetación, son el principal objetivo de 119 efectivos que, pese a las inclemencias climáticas y las dificultades propias del terreno, avanzan en su misión de hallarlos sanos y salvos.

Los infantes, quienes al parecer aún deambulan por la zona, luego de que el 1 de mayo la avioneta con matrícula HK-2803 que cubría la ruta entre Araracuara (Amazonas) y San José del Guaviare sufriera un siniestro, que dejó tres víctimas mortales, han puesto a prueba la creatividad y recursividad de los rescatistas, quienes no han escatimado esfuerzos para salvar a los pequeños tras más de un mes.

Ingenio a prueba

La nueva estrategia para facilitar la búsqueda está enfocada en disponer de elementos de emergencia que le permitan a los hermanos Ranoque Mututuy volver a sus casas. Por tal motivo, han instalado una cinta reflectiva, que ha sido denominada de la “vida”, con la que señalarán caminos de evacuación que lleven a los menores con las tropas y así dar fin a esta intensa búsqueda y con un final feliz.

Los integrantes de las Fuerzas Especiales demarcan zonas con 'cinta de la vida' para indicar caminos que podrían seguir los niños perdidos en la selva del Guaviare para ir hacia la tropa. Video @FuerzasMilCol/Twitter

A su vez, los hombres –quienes han contado con el apoyo de 41 miembros de comunidades indígenas– instalaron 600 silbatos en puntos estratégicos para que, a su paso, los niños puedan usarlos y así alertar con su sonido a las Células Combinadas de Búsqueda que participan en estas labores, en las que han llevado a cabo un barrido minucioso por la zona, en jornadas que superan, incluso, las 10 horas por turno.

“Las cintas se llevaron para demarcar zonas y vamos a colgar silbatos para que, si los niños los llegan a encontrar, puedan emitir señales audibles. La estrategia busca canalizar el movimiento y poderlos guiar hacia unas zonas que denominamos de paso, que puedan ser obligados. Y así se guíen con estas cintas”, expresó el coronel Fausto Avellaneda, quien coordina en terreno las jornadas del Ejército.
Cerca de 600 silbatos fueron ubicados en puntos estratégicos para que los menores que se encuentran perdidos en las selvas de Guaviare puedan emitir señales para ser localizados por las Células Combinadas de Búsqueda. Video FuerzasMilCol/Twitter

En la zona fueron tendidos 11.000 metros de la cinta, para lo cual los oficiales tuvieron que internarse en medio de riachuelo, con el riesgo que significa pisar en medio del agua.

De forma sigilosa, con el propósito ser lo más precavido posible, se desplegó esta especie de trazo, que fuera perceptible para quienes transitan por este terreno: en que la humedad, la presencia de animales salvajes y, también, grupos al margen de la ley, como hombres de las disidencias de las Farc, dificultan la tarea diaria encomendada.

Más elementos

Al igual que este tipo de ayudas en el territorio, han incorporado nuevas herramientas en pro del éxito de estas operaciones, como reflectores alimentados por una planta eléctrica, la cual tiene un alcance de 500 metros a la redonda y que tiene como único fin, como es lógico, que pueda ser detectada por estos niños.

Por parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) se han enviado kits de supervivencia, con componentes nutricionales en alimentos y bebidas que les dé fuerzas para seguir vivos; pues hay evidencias de huellas que han confirmado, según el Ejército, que los niños merodean cerca de los comandos. Como cuando estuvieron solo a 100 metros de ser vistos por los oficiales de las Fuerzas Especiales.

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