De acuerdo con cifras de Migración Colombia, más de dos millones y medio de personas venezolanas están registradas en el país con aspiraciones de quedarse. Sin embargo, no hay registros oficiales del número total de extranjeros que están de manera irregular o que pasaron por el territorio nacional dentro de las rutas que muchos tienen fijados hacia Estados Unidos.
El alto flujo migratorio no es el único detonante de la crisis que, de acuerdo con la misma Cancillería, no puede controlar por sí sola; la estigmatización, segregación, falta de oportunidades laborales, educativas y de salud (derivados de los dos primeros factores) y políticas restrictivas contra la población venezolana que transita por Colombia hacen que la estadía de millones de ellos sea más tortuosa, sobre todo en las principales ciudades y aquellas cercanas a la frontera (Riohacha, Cúcuta y Bucaramanga).
Para Nancy Guerrero Castillo, integrante de la organización médico-humanitaria Médicos sin Fronteras, la crisis de la población en movimiento también abarca a quienes han sufrido todo tipo de violencia y otras condiciones adversas como la pobreza extrema. “Las personas que están en movimiento, aquellas víctimas de desplazamiento y demás son mucho más vulnerables; por tanto, son prioridad para las organizaciones. Incluso, nos toca atender a los más vulnerables dentro de la población vulnerable”, mencionó en diálogo con Infobae Colombia.
En ese orden, explicó que algunos de los objetivos de oenegés como la que integra es reducir los índices de mortalidad, sufrimiento humano y brindar atención médico-humanitaria integral, incluyendo salud primaria, cuidado de la salud mental y sexual y reproductiva.
“Las políticas migratorias restrictivas están causando muchas afectaciones, como el hecho de que estas personas sean objeto de estigmatización o de captación por parte de grupos que son de tráfico de seres humanos y todo tipo de violencias y riesgos que corren en sus rutas de movimiento”, mencionó la trabajadora humanitaria. De ahí su llamado no solo al Estado colombiano sino a todos los que tienen crisis con poblaciones migrantes.
“Basados en nuestros principios de imparcialidad y neutralidad no tenemos la capacidad de hacer diagnósticos a muy altos niveles; sin embargo, lo que sí tenemos es capacidad para mostrar las consecuencias que estamos viendo en la gente, sobre todo en aspectos de salud (...) Por eso nuestro llamado no es solo a los Estados sino también a nuestros colegas de otras organizaciones locales o internacionales para ir viendo cómo estos mensajes se siguen pasando para que se garanticen rutas seguras y haya la atención digna y de calidad”, explicó.
Justamente con el objetivo de mitigar la crisis y eliminar la estigmatización y segregación que la ahondan, la organización humanitaria anunció la iniciativa ‘Del otro lado’ que busca también resaltar las acciones que pueden hacer los ciudadanos de países como Colombia (principal receptor de venezolanos producto de la crisis sociopolítica de ese país). También, busca denunciar las problemáticas que existen en zonas con alto flujo de extranjeros que buscan salir hacia países de Centro y Norteamérica.
Concretamente, Bogotá será el escenario de los resultados de esta convocatoria que, de acuerdo con lo explicado por Nancy Guerrero a este medio, consistirá en la exposición de una galería fotográfica en El Dorado “sobre qué significa una frontera, estar del otro lado; qué es eso de sentir o no miedo a lo desconocido”.
“Lo que queremos con esto es encontrar puntos de conexión de esa vida cotidiana con la experiencias de la migración más desde el punto de vista humano tanto para nosotros como para los que migran (...) Y pensamos en la fotografía como formato para expresar un poco las respuestas relacionadas con las fronteras”, precisó también la trabajadora de esta oenegé que durante mayo advirtió los peligros existentes en la ruta del Darién que, con corte a abril de 2023, superó los 100.000 migrantes que atravesaron esta región.
De hecho, el informe emitido por Médicos sin Fronteras indicó que esta selva se convirtió en uno de los lugares más peligrosos del mundo para el tránsito migratorio. “Está ubicada en una de las regiones más húmedas del planeta y no tiene la infraestructura necesaria para el paso masivo de personas. Esto causa accidentes como resbalones por caminos muy empinados, caídas por abismos y ahogamientos en ríos que aumentan su caudal de manera sorpresiva”, precisó también el documento.
La trabajadora humanitaria también dio a conocer que la problemática de migración interna (personas en Colombia que sufrieron desplazamiento forzado y fueron despojadas de sus tierras para moverse a otras zonas y grandes ciudades) también se verá reflejada en la convocatoria cuyo cierre será el lunes 5 de junio y que está dirigida a fotógrafos aficionados y profesionales que retraten la crisis migratoria en Colombia.
Finalmente, el llamado no es solo a frenar las políticas restrictivas sino a profundizar en las medidas para proteger a la población migrante que está en zonas como el Darién. “Que los Estados garanticen rutas seguras para las personas migrantes y que se les brinde una atención digna y de calidad incluyendo todos los componentes de salud (...) Seguimos insistiendo desde nuestro quehacer humanitario para que esto se logre”.