“No hay nada más patriarcal, machista y discriminatorio que las fuerzas armadas”: Qué pasa con los hombres trans en el Ejército colombiano

En entrevista con Infobae Colombia, Jhonnatan Espinosa, director ejecutivo de la fundación Ayllu Familias Transmasculinas, habló de las principales dificultades que atraviesan las personas trans que desean prestar servicio o sacar su libreta militar

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Solo en Bogotá, por el
Solo en Bogotá, por el momento, y sin tener un censo de todo el país, la fundación ha contabilizado 150 hombres trans que están tratando de definir su situación militar

Cada mes de junio, desde el año 1969, en el mundo se conmemora el Mes del Orgullo, aquel en el que la comunidad LGBTIQ+ dedica sus esfuerzos a visibilizar su existencia misma y a exponer la necesidad que tienen sus integrantes de ocupar un espacio digno dentro de la comunidad. Décadas de violencia en su contra y de discriminación han hecho que la lucha sea constante e incansable. En Colombia, la homofobia es una constante, y la burocracia para hacer algunos trámites lo demuestra. La expedición de la libreta militar para hombres trans es uno de los ejemplos más claros.

Aunque para Jhonnatan Espinosa, director ejecutivo de la fundación Ayllu Familias Transmasculinas, lo ideal sería que hombres transgénero no quisieran hacer parte del Ejército Nacional, debido al machismo que, según él, abunda en la institución, hay quienes desean ingresar a las filas de esa fuerza armada. En una charla con Infobae Colombia, el activista aseguró que luego de hacer un sondeo con 117 hombres trans, más de la mitad de ellos manifestó tener ganas de querer prestar el servicio militar, es decir, el 51% de ellos.

“Seguimos estando en un país que es machista, patriarcal y violento con las diversidades. Es un lugar riesgoso. No hay nada más patriarcal, machista y discriminatorio que las fuerzas armadas, y hay que decirlo porque es una realidad. Cuando vimos que el 51% dijo que le gustaría entrar, decidimos indagar un poco más acerca de cuáles eran las razones”, comentó el defensor de derechos humanos en su conversación con Infobae colombia.

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En la foto aparece, a la derecha, Jhonnatan Espinosa, de la fundación Ayllu Foundation

Según se pudo identificar, mientras que algunos de los encuestados aseguraron querer hacerlo voluntariamente; otros, de cierta manera, se ven obligados. De acuerdo con Jhonnatan, algunos de ellos se enfrentan a situaciones adversas, por ejemplo, la presencia de grupos armados al margen de la ley cerca dea su zona de residencia. Tal y como le mencionaron algunos, “viven en zona roja”, así que, o “se van al Ejército” o “se van con los ‘paras’ (paramilitares)”.

“Yo diría que para mí sería mejor que todos los hombres trans se declararan objetores. Quisiera que nos declararan a todos no aptos y ya, pero también me pongo a pensar que ese puede ser el sueño de muchos. Entonces pensé en generar acciones que permitan que los que quieran ir vayan, porque están en su derecho, son varones colombianos y pueden ir”, añadió.

En Colombia es ‘carreta’ que no se necesita la libreta militar para conseguir trabajo

La expedición de la libreta militar tiene una extensa importancia, y no tenerla genera varias dificultades, desde multas con el Estado hasta problemas para conseguir trabajo. Si la ausencia de este documento genera problemas a hombres que se encuentran dentro del espectro heterosexual y cisgénero, los inconvenientes para hombres trans son mucho más evidentes, precisamente, y como lo explica el director de la fundación, por la discriminación de la que son víctimas.

El proceso, para empezar, y según explica Espinosa, puede llegar a ser violento con el hombre trans que decida iniciarlo. De acuerdo con lo que detalló en su conversación con Infobae Colombia, el recorrido para entrar, entre otras cosas, puede ser patologizante.

Como lo explica Jhonnatan, esto quiere decir que, aunque un ciudadano trans pase satisfactoriamente sus pruebas físicas para entrar a prestar el servicio, puede ser rechazado al momento de presentar su prueba psicológica.

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Décadas de violencia en su contra y de discriminación han hecho que la lucha sea constante e incansable

“El ejército accedió a recibir hombres trans. Los inscribimos. Deben pasar por el examen psicofísico. Ahí lo que está pasando es que el chico puede tener un muy buen examen con el médico general, con el odontólogo, pero es el psiquiatra el que lo está dejando como no apto. Lo está dejando no apto no porque tenga algún problema, sino porque es una persona trans y eso es patologización. Eso también es violencia, es revictimizar a los hombres trans”, agregó el especialista.

“Hasta ahora ha sido la única opción que hemos podido encontrar para este vacío jurídico que tenemos que no nos permite avanzar en muchas cosas y, por el contrario, sí nos está generando muchas barreras de acceso, sobre todo, en temas laborales, porque en Colombia es carreta que no piden la libreta militar para trabajar, en toda parte la están pidiendo”, destacó.

Además de las dificultades para conseguir un trabajo, señala Jhonnatan, para acceder a estudios superiores como especializaciones o maestrías se exige la libreta militar. Esto añade una nueva barrera en el proceso de avance personal y profesional de los hombres trans.

Vacíos jurídicos y falta de voluntad de las instituciones: “No podemos garantizarles la seguridad”

En medio de la búsqueda de soluciones y las conversaciones para llegar a acuerdos, la respuesta con la que se encontró Jhonnatan Espinosa, por parte del Ejército Nacional, es que en aquella institución ‘no hay forma de garantizar la seguridad de los hombres trans’ que quisieran y pudieran entrar a prestar servicio.

La norma debería decir: todas
La norma debería decir: todas las personas trans estarán exentas de prestar el servicio militar

“Esta respuesta a mí me parece inaudita porque si las fuerzas militares no tienen como garantizar la seguridad de un ciudadano que hace parte de sus mismas fuerzas, pues entonces, ¿qué esperamos el resto de ciudadanos?”, cuestionó el director ejecutivo de la fundación Ayllu Familias Transmasculinas.

El vacío jurídico del que habla Jhonnatan se encuentra en la ley 1861 de 2017, específicamente, en lo que respecta a las exoneraciones; es decir, las razones por las cuales una persona podría, legalmente, abstenerse de prestar el servicio militar.

“Una exoneración quedó mal redactada porque dice que todo varón, que una vez haya cambiado su sexo a femenino, está exento de prestar el servicio militar. Ahí se ejercen varias cosas: una violencia y un desconocimiento de las transfeminidades y del reconocimiento de ellas como mujeres. La norma dice que todas las mujeres están exentas de prestar el servicio obligatorio y lo pueden prestar de forma voluntaria. Entonces, ¿qué pasa? ya la ley es discriminatoria con las mujeres, porque no habla de que las mujeres trans estarán exentas de prestar el servicio militar, sino de que todo varón que haya cambiado el sexo a femenino”, sentencia.

“La norma debería decir: todas las personas trans estarán exentas de prestar el servicio militar”, aclara Espinosa.

En una charla con Infobae
En una charla con Infobae Colombia, el activista aseguró que luego de hacer un sondeo con 117 hombres trans, más de la mitad de ellos manifestó tener ganas de querer prestar el servicio militar, es decir, el 51% de ellos

Discriminación y violencia: “Si quieren ser considerados como hombres, que respondan como tal”

Sin mencionar su nombre, Jhonnatan Espinosa rememoró y respondió a las palabras de una senadora que aseguró que si los hombres trans querían ser considerados como hombres deberían ‘comportarse’ o ‘responder’ de esa manera.

“Resulta que, primero, en el Ejército no hay un protocolo de atención para hombres trans. Segundo, el Ejército no se hace responsable de la seguridad de los hombres trans. Tercero, el Ejército no tiene la estructura adecuada para recibir hombres trans. Esto fue lo que la senadora no dimensionó: que para que los hombres trans estén dentro del ejército necesitarán recursos para hacer una reestructuración de la institución”, recalcó.

Dentro de la lista de algunas de las adaptaciones que deberían hacerse dentro de esa fuerza pública está, por ejemplo, el acompañamiento médico que deben tener las personas trans que se encuentran en proceso de transición. El uso de hormonas o el costo de las intervenciones quirúrgicas necesarias para el tránsito son gastos que, dice Jhonnatan, el Ejército, difícilmente, estaría dispuesto a pagar.

“La estructura física sigue siendo la de una persona que nació con un genotipo femenino. Entonces, ¿qué puede pasar? que si un hombre tan joven, que no tenga histerectomía (cirugía para extraer el útero), lo ponen a hacer fuerza en altas cantidades, podría tener un desprendimiento de útero. Eso puede pasar y ¿cómo lo va a atender el Ejército? El Ejército no está preparado para todo esto”, argumentó y especificó.

De la misma manera, a oídos de Jhonnatan han llegado graves denuncias, dentro de ellas, acoso y abuso sexual por parte de funcionarios de la institución a jóvenes trans. Estas agresiones han ocurrido cuando algunos de ellos han sido detenidos en la calle por parte de uniformados que les piden mostrarle su libreta militar.

En medio de la búsqueda
En medio de la búsqueda de soluciones y las conversaciones para llegar a acuerdos, la respuesta con la que se encontró Jhonnatan Espinosa, por parte del Ejército Nacional, es que en aquella institución ‘no hay forma de garantizar la seguridad de los hombres trans’ que quisieran y pudieran entrar a prestar servicio

“Los chicos se han visto obligados a decir ‘yo soy una persona trans’. Cuando lo dicen, los han hecho desnudar, los han tocado, incluso, se habló de un abuso sexual. El tema de seguridad es gravísimo para los hombres trans porque tú los ves pagando escondedero cada vez que ven al Ejército pidiendo libretas militares”, relató.

En estos casos en particular, además, se ve una evidente agresión al derecho a la identidad. “Yo tengo el derecho a elegir si quiero decir si soy un hombre trans o no. No conozco al primer hombre cisgénero que llegué y diga ‘hola, mucho, soy heterosexual y cisgénero’, entonces nosotros tampoco tendríamos por que hacerlo”.

Así las cosas, ¿en qué va la ley en Colombia?

Solo en Bogotá, por el momento, y sin tener un censo de todo el país, la fundación ha contabilizado 150 hombres trans que están tratando de definir su situación militar. De acuerdo con Jhonnatan, y de la mano de la senadora Katherine Mirada, ya se hizo una solicitud para modificar la ley 1861. En lugar de que esta diga que las únicas exoneradas sean las mujeres trans, que se establezca que todas las personas trans puedan, legalmente, evitar prestar el servicio militar.

En entrevista con Infobae Colombia,
En entrevista con Infobae Colombia, Jhonnatan Espinosa, director ejecutivo de la fundación Ayllu Familias Transmasulinas, habló de las principales dificultades que atraviesan las personas trans que desean prestar servicio o sacar su libreta militar

Según detalló, la propuesta ya pasó satisfactoriamente ante la Cámara de Representantes, lo que hace que ahora esté en manos del Senado. “Con este proyecto buscamos que los hombres transgénero puedan prestar el servicio militar de manera voluntaria, porque, tal como se encuentra en la ley, no se contempla esa posibilidad. Es decir, se encuentra en un limbo, pues la mayoría de los casos son calificados como no aptos, pero tampoco se encuentran excluidos como sí lo están las mujeres trans”, explicó Katherine Miranda, al respecto, en septiembre del 2021.

Según detalló Miranda acerca de su labor en lo que respecta a esta población, lo que se busca es que los hombres trans “tengan la libertad de decidir si quieren prestar el servicio militar y, de ser así, el Ministerio de Defensa deberá garantizar su prestación en las filas, con el respeto por sus derechos fundamentales a la igualdad y a la no discriminación. A aquellos hombres trans que no quieran, no se les obligará, debido a que esta comunidad es de especial protección”.

Por el momento, en el Ejército Nacional no hay hombres trans, no pueden participar. El cambio de esta realidad sigue en espera; y está sujeto a la misma lucha que se adelanta desde hace años y que no planea detenerse.

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