Entre 1999 y 2001 tuvo lugar el que probablemente sea el fenómeno televisivo más grande que haya vivido Colombia en toda su historia. La aparición de Yo soy Betty, la fea marcó un fenómeno cultural y mediático como pocos en la historia del país, al punto que ha trascendido generaciones con su retransmisión por el Canal RCN en tiempos recientes, así como por su presencia en plataformas de streaming.
La acción se desarrollaba principalmente en las oficinas de Ecomoda, la empresa alrededor de la cual avanzaron escenas icónicas, entre las que se incluye el momento en que la protagonista, Beatriz Pinzón Solano, interpretada por Ana María Orozco, reveló el informe real de la compañía en el que es considerado el clímax de la historia.
En general, las locaciones que se utilizaron para grabar Yo soy Betty, la fea se volvieron puntos icónicos para los televidentes. Incluso cuando no salía tanto en la producción, la casa de Betty, en la localidad de Teusaquillo, está muy bien referenciada. Pero en lo que se refiere al edificio de Ecomoda, su historia es menos glamurosa en comparación.
El edificio de la empresa que quebró Armando Mendoza (personaje interpretado por Jorge Enrique Abello), se ubicaba en el barrio Centro Industrial de la localidad de Puente Aranda. Cuando iniciaron las grabaciones, era el punto de fábrica de la marca de ropa Hernando Trujillo.
Fundada en 1965 por el empresario antioqueño Hernando Trujillo, no tardó en convertirse en una de las pioneras de la industria textil en Colombia gracias a sus diseños de alta calidad. Apenas tres años después ya tenía puntos de venta propios y no tardó mucho en expandirse a otras ciudades del país.
En 1976 se inauguró la planta más grande de Hernando Trujillo en Bogotá, en el barrio Centro Industrial, que se mantuvo en operaciones hasta 2013. Para la época en que se estaba grabando Yo soy Betty la fea, la marca, a pesar de seguir siendo una de las insignias de la industria textil en Colombia, estaba comenzando a pasar dificultades económicas debido a que cada vez le resultaba más difícil competir con las importaciones.
Cuando terminó la producción televisiva, los problemas se agudizaron todavía más luego de la firma del TLC con los Estados Unidos y el auge del contrabando desde China, por lo que las pérdidas se fueron disparando año tras año. Sumado a lo anterior, el fundador Hernando Trujillo siempre se mostró determinado a priorizar la calidad de su producto por encima de cualquier otra consideración, por lo que no logró maniobrar en un mercado que estaba cambiando a toda velocidad. Así lo explicó un vocero de la familia Trujillo en su momento:
“Don Hernando siempre fue muy exigente con el nivel de confección y en los últimos dos años (entre 2011 y 2013) se buscaron opciones en China y se miraron opciones en México y Chile, pero tal vez fue muy tarde. No se hizo antes por darle gusto a don Hernando, porque para él era muy importante su traje y fue el respeto a ese ADN”
De este modo comenzaron a cerrarse las tiendas de Hernando Trujillo, y de las 38 que tenían en sus mejores días, la compañía pasó a 18 para el final del 2010, cuando ya comenzaba a considerarse la posibilidad de una liquidación voluntaria, pues ni siquiera las ventas por internet dieron el resultado deseado. El vocero de los Trujillo explicó en su momento:
“Se hizo lo imposible durante dos años. Mejoramos la productividad, pero lo financiero no, y se formaron tres sindicatos. Eso complicó todo. Firmamos la convención colectiva, les cumplimos, pero la situación no daba”
Finalmente, en marzo de 2013, Hernando Trujillo entró a liquidación voluntaria. Para ese momento, quedaban solo seis tiendas: una en Medellín y cinco en Bogotá. Con la marca se fue también su fundador, don Hernando Trujillo, que falleció en Medellín el 18 de noviembre de 2013. El edificio del Centro Industrial fue demolido en 2014 o 2015, de acuerdo con el registro histórico de Google Street View. Actualmente, se ubica allí la Unidad de Urgencias de Sanitas, la cual sigue operando en la actualidad.