La adversa semana que vivió el Gobierno Petro: desde la confirmación de que se hicieron “chuzadas”, hasta un desplome en la aprobación del presidente

Un cuatrienio tiene 208 semanas, la mayoría de las cuales pasan sin pena ni gloria a los anales de la historia. Hay momentos, declaratorias y hechos que sí quedan registrados en el colectivo y que perduran en el tiempo, pero son pocas las semanas que, en su conjunto, logran ese efecto en el colectivo nacional.

La que acaba de concluir fue, tal vez, la semana más dura que ha tenido que sortear el gobierno de Gustavo Petro de las 43 que ya suma liderando el país. La primera semana de marzo podría darle la pelea a los últimos cinco días (aquella que comenzó con una toma campesina a una petrolera y que terminó con la apertura de una investigación al hijo del presidente), pero en esta ocasión hubo sobre todo dos hechos que terminaron siendo hondamente perjudiciales para la Casa de Nariño, en adelante:

Que gracias a las interceptaciones ilegales que confirmó la Fiscalía General de la Nación, miembros del propio petrismo (no sólo de oposición) condenaron al gobierno por incurrir en prácticas “no propias del progresismo ni del cambio”; y además de eso, el presidente perdió no solo a su mano derecha en Palacio, sino también a uno de sus más entregados adeptos, dejando un hueco en una embajada estratégica para esta Administración.

Aunque era claro que él saldría de Caracas para coordinar desde Colombia la campaña del Pacto Histórico para las regionales a nivel nacional, hoy son pocas las personas que le apostarían a esa designación, y se perdieron afecto, sin lugar a duda, en las filas del petrismo. A ese hecho (del que se derivaron los episodios más significativos de la semana), se sumó una denuncia relacionada con la libertad de prensa que hizo bastante eco y luego Invamer le puso la cereza al pastel: la favorabilidad del presidente se desplomó.

Veamos:

La periodista de Blu Radio Camila Zuluaga, denunció el miércoles 31 de marzo que fue víctima de acoso por parte de seguidores del presidente Gustavo Petro, al que acusó de haberla señalado “directamente” en Twitter por su trabajo investigativo. De hecho, el hecho intimidatorio del que fue víctima, palabras textuales: “Es consecuencia directa de la actitud” que el mandatario “ha asumido con los medios de comunicación” en Twitter.

“Ayer en las redes sociales se publicó un video captado en los alrededores de mi casa cuando paseaba con mi bebé de un año, con el que se demuestra que estoy siendo objeto de seguimientos por parte de personas afectas a su proyecto político y que asumen una actitud de hostigamiento directo por la información que transmito y las opiniones que expreso en relación con su Gobierno”, fue lo que denunció Camila Zuluaga.

“Señores de la Flip, yo no ataco periodistas, pero si dicen falsedades contra mí, tengo todo el derecho como ser humano de aclarar los infundios”, publicó después el presidente Petro en su perfil de Twitter, luego de que la Fundanción para la libertad de prensa emitiera un comunicado en el que salió en apoyo a Zuluaga y en el que le pidió mesura al jefe de Estado.

Esta, dicho sea de paso, no fue la primera vez que la Flip acusó al presidente por maltratar a la prensa y ese mismo día la Fiscalía General de la Nación abrió investigación formal tras las denuncias hechas por la periodista.

El escándalo de a la jefa del Gabinete de la Presidencia de la República, Laura Sarabia, por el caso de su exniñera, Marelbys Meza, tomó un rumbo inesperado el jueves primero de junio, cuando el fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa Delgado, confirmó que hubo interceptaciones ilegales en contra de la exempleada de la funcionaria, practicadas por miembros de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJÍN) de la Policía Nacional.

“Es un día lamentable para el Estado de derecho, las chuzadas ilegales han retornado a Colombia”, indicó Barbosa en relación con este caso, en el que se habría intervenido el teléfono celular de Meza por efectivos de la Dijín, quienes tenían a su cargo una investigación contra el accionar del Clan del Golfo, pero que en medio de estas indagaciones terminaron escuchando conversaciones de la exniñera con su círculo cercano, sin tener autorización judicial.

Según el jefe del ente acusador, que habló desde el famoso búnker, el informe ilegal con el que se dio orden de intervenir durante 10 días la línea de la mujer fue firmada por un miembro de esta Dirección de Investigación, que está adscrita al Ministerio de Defensa.

Marelbys Meza, a quien hicieron pasar por integrante del Clan del Golfo, la Fiscalía le otorgó medidas de protección.

El presidente de la República, Gustavo Petro, y el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, sostuvieron una trascendental reunión el jueves primero en la que el jefe de Estado buscó conocer, de primera mano, la versión del diplomático en el escándalo que lo involucra la presunta relación con Marelbys Meza, exniñera de la jefa del Gabinete, Laura Sarabia. Según denunció Sarabia, Benedetti estaría buscando chantajear a la funcionaria a través de Meza.

Benedetti, adicionalmente, es llamado a declarar ante la Fiscalía General de la Nación. Todo este capítulo concluyó con la renuncia de ambos funcionarios el viernes 2 de junio, hecho que fue confirmado por el mismo presidente de la República, “para que desde el poder que tienen estos cargos se pueda dar la confianza de que no se van a alterar los procesos de investigación”.

Armando Benedetti, exembajador de Colombia en Venezuela, salió de su cargo en la tarde del viernes y, pocas horas después, se conoció que el departamento de Estado de Estados Unidos le retiró la visa de ingreso a ese país. Amerita aclarar que no fue por el caso de Laura Sarabia, no. Al parecer, el retiro de la visa estadounidense habría ocurrido por “mal uso de la visa diplomática”.

Esta es la segunda vez que Benedetti se queda sin visa estadounidense. La primera vez fue en diciembre de 2017 después de que la Fiscalía compulsara copias a la Corte Suprema por el caso Odebrecht, hecho que habría llevado al gobierno estadounidense a tomar la decisión.

En la mañana del viernes 2 de enero fueron publicados los resultados de la encuesta adelantada por Invamer (elaborada entre el 26 y 29 de mayo a 1.200 colombianos), que dio cuenta de una caída notoria en la aprobación de la gestión del presidente Gustavo,

Así, ante la pregunta: ¿usted aprueba o desaprueba la forma como Gustavo Petro se está desempeñando en su labor como presidente de Colombia? solo el 33,8% de las personas respondió que aprobaba la forma como se está desempeñando el jefe de Estado, mientras que el 59,4% contestó que la desaprobaba.

Y otro de las preguntas que prendió las alarmas sobre la forma en la que la opinión pública está percibiendo la gestión del Gobierno fue la siguiente: ¿considera usted que el cambio ha sido para mejorar o para empeorar? ante la cual el 20,8% respondió que para mejorar; el 78,2%, para empeorar.

Como parte de toda esta polémica, no ayudó a la imagen del gobierno progresista, del cambio, de Gustavo Petro, que una de sus senadoras más representativas, Clara López Obregón, llamara “sirvienta” a la exniñera de Laura Sarabia. Y lo que es aún peor: que lo hiciera de alguna manera “estratificando” las interceptaciones ilegales:

“Si vamos a comparar las chuzadas a una sirvienta con las de la Corte Suprema vamos a quedar muy mal librados”, fue el comentario que hizo la funcionaria durante un debate con Óscar Ramírez Vahos, concejal del Centro Democrático de Bogotá, llevado a cabo en el canal Red+.

Ahora bien, la congresista se disculpó a través de Twitter por haber utilizado este término que ella misma calificó como “despectivo”. Aunque advirtió que lo hizo en el “calor del debate televisivo”, hasta el presidente de la República le hizo un llamado de atención.