A 10 meses de gobierno, con una imagen negativa del 59,4 % entre los colombianos, y una cimentada violencia entre los territorios del país, sumado a una profunda incertidumbre por la economía en Colombia, Gustavo Petro protagoniza su tercer remezón ministerial en medio de uno de los mayores escándalos desde que llegó a liderar los destinos de la nación: tuvo que sacar de la Casa de Nariño a dos de sus principales escuderos, Armando Benedetti y Laura Sarabia.
Sarabia, la joven politóloga de 28 años, que se convirtió rápidamente en los oídos y ojos del presidente de la República en los lugares en los que él no estaba, puso en jaque al Gobierno nacional luego de que, a finales de enero de este año, denunció que le robaron un maletín con miles de dólares de los que, a la fecha, no hay exactitud de cuántos eran.
Benedetti, el curtido exsenador barranquillero, que representa a Petro ante el régimen venezolano, y que se consagró como uno de sus hombres de confianza, además de lograr colar a Sarabia en el Gobierno nacional, pasó de considerarla “su hija”, a sindicarla de “manipuladora que abusa del poder”.
Esos enfrentamientos personales se sumaron a una serie de eventos que desencadenaron denuncias por presunto secuestro, abuso de poder por parte del Ejecutivo y el regreso de las mal llamadas “chuzadas”, que fue el fenómeno que azotó a Colombia en 2009 cuando agentes estatales, mediante el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (Das), interceptaron a funcionarios y civiles. Infobae hace una cronología de este novelón.
La maleta
El 29 de enero de 2023, Laura Sarabia, jefa de despacho de la Presidencia de la República, denunció que de su apartamento, en un exclusivo sector de Bogotá, se perdió un maletín con 7 mil dólares (unos 31 millones de pesos colombianos). Ese hecho generó alarma en el palacio presidencial y ocasionó el despliegue de un operativo para encontrar a los responsables.
El tema pasó de agache hasta mediados de mayo, cuando el escándalo explotó. Marelbys Meza, quien se desempeñaba como niñera del recién nacido bebé de Laura Sarabia, fue acusada del robo. La trabajadora doméstica denunció que agentes de la Casa de Nariño llegaron hasta su casa para llevarla a la sede de Gobierno para realizarle tres pruebas de poligrafía con el fin de determinar si ella se había robado el dinero.
Empezaron los oscuros. Meza aseguró que no eran 7 mil dólares, sino más de 150 millones de pesos los que la Policía le endilgó de haber hurtado. Además, aseguró que cuando llegó al edificio Galán, en la Casa de Nariño, se sintió “secuestrada” porque no solo le arrebataron su celular y le dieron ingreso al palacio sin exigirle documentos, sino que también la acusaron —sin pruebas— de “ladrona” y que iría “a parar derechito a la cárcel”.
Esas declaraciones, concedidas a la revista Semana, desbordaron a cientos de líderes de opinión contra Laura Sarabia porque habría abusado del poder que el jefe de Estado le otorgó. La Procuraduría y la Fiscalía abrieron investigaciones para determinar lo sucedido. Sin embargo, nadie se imaginaba lo que venía.
Apareció Benedetti
El embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, resultó metido en esa controversia luego de que se conoció que él, supuestamente, había chantajeado a Sarabia con la publicación de la revista Semana. Él lo negó. Hay que recordar que la jefa de despacho de Petro había trabajado en la Unidad de Trabajo Legislativo de Benedetti durante varios años mientras él era senador de la República, lo que consolidó una estrecha relación de amistad y trabajo entre ellos. Eso cambió.
El experimentado político costeño dijo en sus redes sociales que Sarabia estaría mintiendo sobre la suma exacta de dinero que se le perdió. Esto, luego de las también escandalosas revelaciones que el periodista Daniel Coronell, de la emisora W Radio, dio a conocer sobre este caso.
Por ejemplo, Coronell contó que a Marelbys Meza ya la habían sometido a un detector de mentiras cuando Adelina Cobo, la exesposa de Armando Benedetti, la acusó de robarle una cartuchera con 5 millones de pesos a días de que Gustavo Petro ganara las elecciones presidenciales en 2022.
El polígrafo, en esa ocasión, falló en contra de la exniñera y evidenció que “Marelbys del Carmen Meza Buelvas mostró reacciones fisiológicas indicativas de engaño y de mentira a las preguntas relevantes”, informó el resultado del detector de mentiras que fue realizado por el poligrafista Diego García.
Por ese hecho, la expareja de Benedetti la despidió. Aquí se despertó otro interrogante porque meses después resultó cuidando el primogénito de Laura Sarabia.
Este hecho generó perspicacia porque, si Marelbys fue sindicada de robo, nadie se explica cómo fue que el mismo Benedetti la recomendó para que cuidara al pequeño retoño de la mujer más poderosa del Gobierno Petro.
El viaje a Venezuela
Tras esos cuestionamientos, se conoció de otro polémico hecho: la exniñera de Sarabia, que también fue despedida por el primer robo, llegó a Venezuela en un avión Superking de la empresa SADI operado por Strategic Business Aviation, que primero llevó a la trabajadora doméstica a Barranquilla, allí recogió a otros pasajeros, para finalmente aterrizar en el aeropuerto de Maiquetía de la capital venezolana, Caracas. Ese viaje no tuvo otro cometido que reunirse con Armando Benedetti.
El viaje se consumó el 14 de mayo, antes de que se conociera la entrevista de la exniñera en Semana, y también fue revelado por Daniel Coronell, quien no dio mayores detalles de lo que hizo Meza en ese país, pero sí contó que luego regresó a Bogotá con Benedetti y Adelina Cobo, el 22 de mayo.
Al ser cuestionada por ese viaje, la exniñera aseguró que “no tenía nada que esconder” y aseguró que su relación con los Benedetti Cobo fue netamente laboral.
Las chuzadas
La cereza del pastel estalló el jueves 1 de junio cuando la Fiscalía General de la Nación confirmó que la Dijin de la Policía Nacional había interceptado el celular de Marelbys Meza y otra trabajadora doméstica que prestaba sus servicios a Laura Sarabia que, hasta hoy, fue la mano derecha del presidente Gustavo Petro, luego de que a través de sus redes sociales confirmó, con una emotiva carta de despedida, que salía del apetecido cargo en la Presidencia de la República.
“Las chuzadas ilegales han retornado a Colombia”, advirtió el fiscal general Francisco Barbosa en compañía de sus subalternos del ente acusador.
En esa rueda de prensa, Barbosa confirmó que toda la inteligencia de la Fiscalía está investigando esas “chuzadas” a las que, incluso, comparó con las épocas oscuras del DAS.
“Esta es la parajusticia. En Colombia se ha hablado mucho de paramilitarismo; pues bueno, esta es la parajusticia”, sentenció el jefe del ente imputador.
La Procuraduría General, por su parte, también anunció investigaciones para determinar ese hecho. Mientras tanto, Armando Benedetti, Marelbys Meza, Laura Sarabia, agentes de la Dijín y otros protagonistas de este escándalo, deberán comparecer ante la justicia para aclarar el nuevo escándalo que empaña al llamado gobierno del cambio.
La estocada final: rodaron cabezas
Lo que se presumía —y exigía— se hizo realidad: Laura Sarabia y Armando Benedetti abandonarán el Gobierno de Gustavo Petro. Luego de idas y vueltas sobre el futuro de los dos principales escuderos del Ejecutivo, que eran amigos y resultaron siendo acérrimos enemigos, el jefe de Estado confirmó la inminente salida “mientras se investiga”.
“Mi funcionaria querida y estimada (Laura Sarabia) y el embajador de Venezuela (Armando Benedetti) se retiran del Gobierno para que, desde el poder que implican esos cargos, no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación, que no nos corresponden a nosotros, sino que le corresponden a las autoridades competentes”, anunció el presidente Petro durante una ceremonia oficial en la mañana del viernes 2 de junio.
Ahora, el Gobierno Petro sigue inundado de múltiples cuestionamientos por los vientos de “chuzadas” que soplan en Colombia, mientras que el mismo jefe de Estado ha reiterado que “el gobierno del cambio no las permite, ni las ha hecho, ni las hará”.