A pesar de que Julián Román ha expresado durante su carrera la ideología política que sigue, en 2013 el actor protagonizó la serie Los Tres Caínes, en la cual personificaba al líder de las Autodefensas Unidas de Colombia, Carlos Castaño, producción que además de generar múltiples demandas y tutelas en contra de los libretistas, también fue la razón por la que el actor recibió amenazas de muerte.
Durante su participación en el pódcast de humor Por la ventana, Román recordó su papel como Carlos Castaño en la serie que contaba la historia de los hermanos Castaño y el inicio de las autodefensas en Colombia, producción por la que varias empresas retiraron su pauta publicitaría de RCN, lo que muchas personas tomaron como presión para que esta saliera del aire.
Respecto a como hacía para no mezclar su ideología política con los personajes que interpreta, Julián Román afirmó que a pesar de estar en contra de todo lo que hizo en vida Carlos Castaño y lo que representan los grupos paramilitares en el país, él no podía tomar partido de ese pensamiento para interpretar al personaje, o de lo contrario estaría fallando en su rol como actor.
“Uno como actor no puede juzgar, porque si usted juzga un personaje ya la está cagando, por ejemplo cuando yo hice lo de los Castaño, lo de Carlos Castaño; yo tengo un lío personal y fundamental contra esos movimientos paramilitares, me parece que eso es la degradación de una sociedad tener que llegar a confiar en grupos paramilitares como paso aquí en Colombia, y cuando empecé a hacer a Carlos Castaño, yo dije “yo no puedo tomar partido”,
Respecto a las cosas que conoció del paramilitarismo por esta producción, Román aseguró que en una oportunidad le entregaron un manual que manejaban las autodefensas para los jóvenes que eran reclutados en el que se explicaba de manera muy detallada cómo descuartizar a las víctimas.
“Terminamos haciendo un personaje como lo que era Carlos Castaño, ese man era papá, era un amigo, pero pues tenía hornos crematorios en Sucre. A mí me llegó un afiche que le pasaban a los chicos que entraban al paramilitarismo de cómo descuartizar con motosierra, un manual; era terrible porque decía “desnude primero a la víctima, porque si usted no la desnuda la sierra se le queda en la ropa””.
Dentro de los relatos que Román tuvo que escuchar de las acciones de las autodefensas en el país, el actor aseguró que en algunas oportunidades los paramilitares secuestraban a viejitos para que los aprendices los descuartizaran, además de que los obligaban a permanecer con partes de esos cuerpos durante varios días.
“De las cosas más atroces, cuando iban a los pueblos para las tomas secuestraban a los más viejitos, se los llevaban a los campamentos y a usted le decían “vea ese viejito es suyo descuartícelo, después de que usted lo descuartice ármelo otra vez”, o le daban una pierna y usted tenía que estar con esa pierna 15 días así se pudriera”.
De la misma forma, el actor afirmó que antes de que Los Tres Caínes se estrenará a nivel nacional, él recibió una carta en la que le indicaban uno a uno los nombres de sus sobrinos, la dirección en la que residía en ese momento y le indicaban que debía olvidarse de grabar la serie, pero esto ya no era posible, pues la amenaza llegó cuando solo le faltaban cinco capítulos por grabar.
“Cuando esa mierda la iban a estrenar me llegó una carta con los nombres de mis sobrinos, que sabían donde vivía, y que olvidará la serie, que ya no la hiciera más, ya terminándola de grabar, me quedaban cinco capítulos y terminaba”.
Además de las amenazas de muerte que recibió por personificar a Carlos Castaño, Julián Román reveló que varios políticos del país demandaron la producción porque sentían que la serie estaba hablando de ellos con algunos personajes que interpretaban a figuras públicas de la época, pero que aparecían en pantalla con nombres inventados.
“A la serie le fue bien, la demandaron, cada ocho días salían políticos que todavía están por ahí pajareando, pero desde que usted no les dé el nombre, les poníamos otro nombre, pero ellos insistían, entonces la cagaban porque nosotros decíamos “no estamos hablando de usted, ¿usted se siente identificado?””,