Se cumple un mes desde que los cuatro menores que abordaron la avioneta HK 2803, de Avianline Charter’s, desaparecieron en la selva del Guaviare, luego de que la aeronave se viniera a tierra.
Y aunque aún no se conoce su paradero, los equipos de búsqueda y rescate no desfallecen y continúan siguiéndoles la pista a las “señales de vida” que –se cree– han ido dejando a su paso por la jungla, como frutas mordidas, cambuches a medio armar y huellas diminutas, comparadas con las de los soldados que se internaron en la selva hace semanas.
Se sospecha que han llegado a estar a 100 metros de los menores, pero no hubo un encuentro directo. De ahí que el rescatista indígena de la comunidad Uitota, Faustino Hernández, crea que los niños “están ‘encantados’ por la madre selva”, después de haber estado buscándolos por 20 días.
Antes de salir de la selva por motivos de salud, su grupo supo de buena fuente que los menores comieron de las raciones de comida que de manera estratégica, el ejército y el Icbf dejaron en la zona. “Comieron la galleta, la chocolatina y se llevaron el mañoco”, que no es más que harina de yuca, según dijo en una entrevista para Blu Radio.
Pero aun así considera que “es necesario realizar unos ‘trabajos chamanísticos’ para que los niños regresen hacia los humanos”. Una respuesta similar a la de su abuelo que, en días pasados, sugirió que podrían estar siendo guiados por una presencia misteriosa.
Según comentó en una entrevista para el medio citado “algo raro” está pasando con sus nietos porque no tiene sentido que estén deshaciéndose de elementos, como tijeras o un tetero —los cuales fueron hallados cerca de la zona del accidente—, porque son conscientes de que los necesitan para sobrevivir.
Además, descartó que una comunidad indígena sea la que tenga en su poder a los niños perdidos, pues advirtió que se mueven a gran velocidad. “Esa zona tiene misterio... todo ahora es un misterio. Los niños ya no son guiados por la niña, tiene que haber alguien más haciéndolo, pero no son indígenas ni nada, es algo de esa región”, detalló.
Pero eso no es todo, el abuelo de los hermanos Mucutuy hizo una petición algo fuera de lo común a las comunidades que habitan el Caquetá, Guaviare y Vaupés: “Estoy pidiendo a los indígenas de esa región, sobre todo a los de la parte tradicional, que si conocen de un espíritu y saben el idioma nos ayuden”.
Para él, la razón de que Lesly (13 años), Soleiny (9 años), Noriel (4 años) y Neriman (11 meses) permanezcan perdidos, es que no se quedaron cerca a la avioneta, sino que, por el contrario, decidieron salir a recorrer la selva.
“Lesly quiere mucho a los hermanitos, es muy cariñosa y es quien los guía, con ayuda de algo (...) Tal vez ellos salieron del avión a hacer lo que más pudieran, con hambre y con sed ¿Qué más podían hacer?”.
Estas palabras coinciden con una declaración que dio hace unos días, en la que sugería que sus nietos estaban impactados y por eso continuaban escondiéndose, sin saber que intentan rescatarlos.
“Ellos están acostumbrados a la selva, pero el impacto del accidente los ha dejado con miedo, por eso se esconden y desconfían al ver lo que pasó con su mamá. Ellos no entienden que los estamos buscando”, concluyó.
De acuerdo con el Ejército Nacional, pese al paso de las semanas, el clima sigue afectando sus operaciones. Esa sería la razón principal por la que su estrategia no ha dado frutos. Pero la operación ‘Esperanza’ no se detendrá; ya que, no está entre sus planes rendirse.