En el más reciente informe publicado por Global Witness, el pasado 30 de mayo de 2023, la ONG británica señaló a la empresa Veolia de perjudicar ambientalmente el ecosistema del humedal San Silvestre, ubicado en Barrancabermeja (Santander).
Global reveló cómo un vertedero “tóxico” adquirido por el gigante francés Veolia ha arrasado con la vida y la biodiversidad en Colombia. Así lo registro en Twitter:
“A pesar de los devastadores problemas ambientales y de salud causados por un vertedero tóxico en Colombia, @Veolia compró el sitio en 2019, y los defensores que se pronunciaron en contra siguen en el exilio. Necesitamos una ley de la UE 🇪🇺 dura para evitar que las empresas se beneficien de la destrucción”, indicó en la publicación.
Según la ONG, que cita al grupo local San Silvestre Green, desde 2015 el vertedero ha causado la devastación de las comunidades y de la naturaleza cercana, pues los líquidos surgidos de la fermentación de los desechos depositados allí, siguen afectando gravemente al ecosistema.
Además, señaló que Veolia adquirió el lugar en 2019 y aunque la empresa dice haber realizado labores de limpieza en la zona, la comunidad local, en especial la que habita Patio Bonito y la cual es amenazada constantemente por grupos subversivos, afirma que la contaminación continúa, y los ecologistas exigen el cierre del lugar.
Por su parte, el grupo francés señaló que en el centro de tratamiento de desechos domésticos, “desde el punto de vista medioambiental no hay flujos de lixiviados por parte de la fábrica, pues son tratados en el lugar y siempre ha sido así”. Lo anterior, ante las acusaciones sobre posibles trazas de metales pesados encontrados en el sitio en 2017.
La empresa dice que mantiene regularmente un monitoreo de la calidad del agua en la zona y que ha recibido certificaciones internacionales estrictas respecto del tratamiento de aguas residuales producidas por los desechos del vertedero.
La comunidad de Patio Bonito vive en los humedales de San Silvestre, una zona que era conocida por sus ciénagas, lagunas y bosques tropicales que cubrían un amplio valle bajo las cumbres andinas de la zona norte del país, específicamente en Santander. Sin embargo, en la actualidad dicha zona que era protegida, ya no lo está.
El vertedero es ahora gestionado por Veolia, que afirma ser la empresa “líder” del mundo en criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG). El gigante francés compró la zona luego de que su propietario original, la empresa colombiana Radiba, fuera salpicada por un escándalo por fallas en la gestión del mismo.
Según afirmó Global Witless, en junio de 2016, una inspección del Ministerio de Medio Ambiente descubrió que Rediba había construido una piscina para contener los lixiviados (contaminantes líquidos del vertedero) fuera de la zona designada en la licencia.
A esta piscina le faltaba una geomembrana que habría filtrado las sustancias químicas tóxicas. En su lugar, las toxinas fluyeron hacia el arroyo Moncholo, que alimenta el pantano de San Silvestre. Activistas de San Silvestre afirman haber obtenido un video en el que se ve cómo la empresa utiliza un camión cisterna para verter lixiviados en las fuentes de agua circundantes.
Esta grave contaminación tuvo consecuencias devastadoras, se registró en su momento una mortalidad masiva de peces y efectos desastrosos en otras especies. Además de varios efectos negativos sobre la salud de las personas residentes de Patio Bonito.
El informe de Global Witness llega en un momento clave en el que la Unión Europea debate un proyecto de ley que busca imponer a las empresas europeas un “deber de vigilancia” sobre los perjuicios y las violaciones de los derechos en su cadena de producción.
La ONG pidió a Veolia que estudie todas las dificultades de la comunidad afectada por esta situación y que aplique una “política de tolerancia cero” con los ataques de los que son víctimas los defensores de los derechos humanos en la región.