Por medio de las redes sociales, el activista Jonier Quiceno compartió denuncias de prácticas discriminatorias (homofobia y racismo) cometidas contra estudiantes del Colegio San Juan Bosco (Belén) en Medellín. En los videos, tres estudiantes narran las experiencias discriminatorias a las que han estado sujetos por parte de las directivas de la institución.
“Soy una estudiante del colegio San Juan Bosco y por medio de este video queremos dar a conocer lo que está pasando en la institución”, dice la primera estudiante en el material. La joven afirmó que en el colegio hay discriminación contra los estudiantes con orientaciones sexuales diversas, aseguró que el caso se remonta a 2021.
“Mi caso comienza en el 2021, cuando conocí a otra estudiante del colegio, las dos nos identificamos como bisexuales, empezamos a charlar frecuentemente y compartir tiempo juntas en los descansos. Cuando la hermana Sor Cristina, que actualmente es la coordinadora académica del colegio, se dio cuenta qué pasábamos tiempo juntas, le empezó a hacer preguntas frecuentes a mi pareja actual, preguntas que eran de temas que no le incumbían”, relató la joven
En la narración, la estudiante aseguró que ambas fueron el centro de persecuciones, al punto que la coordinadora les dijo que podrían ser expulsadas del colegio y que debían ser atendidas por la psicopedagoga de la institución, lo cual sucedió.
Según el relato de la víctima, la profesional en salud mental del colegio les dijo que sus orientaciones sexuales “estaban mal” y “que las iba a llevar al fracaso” pues no era la vida que dios quería para ellas. En la denuncia, la joven aseveró que la atención de la psicopedagoga se basó en la biblia y sus creencias religiosas. Este tipo de afirmaciones son entendidas como esfuerzos para cambiar la orientación sexual de las personas o Ecosieg.
“Las cosas iban de mal en peor y el colegio se volvió una tortura, puesto que no nos dejaban ni abrazarnos ni tomarnos de las manos, que porque supuestamente esto era un mal ejemplo para los niños pequeños, pero es irónico porque un abrazo está mal visto por los niños, pero cuando son las profesoras del colegio las que los gritan y los agreden emocionalmente, está bien porque son docentes”, afirmó la estudiante en la denuncia
Uno de los puntos más críticos de la denuncia es que la joven habría sido “sacada del clóset” por la fuerza, ya que su orientación sexual fue revelada a sus padres durante una reunión sin el consentimiento previo de la joven. La orientadora, Magdalena María Moreno, y coordinadora académica, María Cristina Carmona Echeverry, le habrían dicho que “estaba en el camino del mal y que se estaba torciendo”.
En el segundo testimonio, la estudiante afirmó que las directivas le indicaron que debía buscar ayuda psicológica, pues su orientación sexual era una enfermedad (la OMS retiró la homosexualidad de los manuales de patologización desde 1973), y que no era normal. La joven explicó que a partir de este momento se le reprimió cada vez que mostraba afecto hacia cualquiera de sus compañeras.
“Pensaban que era lesbiana y cualquier muestra de afecto era indebida para el colegio, palabras dichas por la actual coordinadora, además de decir que estas muestras de afecto eran un mal ejemplo para los niños chiquitos y podrían confundirse” expuso la denunciante.
En su testimonio aseguró que fue amenazada por “fomentar el lesbianismo”, por “ser demasiado abierta” y que se trataba de una “fase”.
Por medio de un comunicado de prensa emitido desde la institución, afirmaron que nunca han violentado o discriminado a las estudiantes sexualmente diversas. Expresaron que las denuncias responden a la intención de desacreditar a los colegios religiosos y que no se contaba con material probatorio o denuncias interpuestas formalmente.
“Tampoco es un secreto la campaña mediática de desprestigio que han emprendido los activistas de diferentes grupos, en contra de instituciones educativas y principalmente las de carácter privado y confesional; sin contar, con ninguna evidencia de que sus manifestaciones sean ciertas; por tanto, todas estas manifestaciones y anónimos, no pasan de ser otra cosa que blasfemias, injurias y calumnias”, reza el comunicado
Por su parte, desde la Gerencia de Orientaciones Sexuales e Identidades de Género Diversas, en cabeza de Patricia Llanos, se aseguró que se realizó una visita a la institución, en compañía de otros organismos de gobierno. Sin embargo, los funcionarios no fueron atendidos por las directivas del colegio. Razón por la cual se convocó, desde esta oficina, a una mesa de casos urgentes, en la que será incluida la Arquidiócesis de Medellín.
No obstante, por medio de su cuenta de Twitter, el personero de la ciudad, William Yeffer Vivas Lloreda publicó:
“Después de recibir denuncia del caso sobre presunta discriminación a personas de la población LGTBIQ+ y discriminación racial a mujeres de la población afrodescendiente en un colegio de la ciudad, la Personeria de Medellín realizó una visita a la I.E, donde se realizará intervención con el Observatorio de Mujeres Diversidades Sexuales y de Género, el Grupo de Asuntos Étnicos, Migrantes y Refugiados; de igual manera, se realizará una vigilancia preventiva. Medellín debe convertirse en la ciudad de la diversidad, la inclusión y la vigencia de derechos”.
Finalmente, se debe anotar que Jonier Quiceno denunció ser víctima de amenazas después de hacer pública la denuncia contra el colegio. En un mensaje un sujeto le dice “ya sabemos por donde te mueves en Medellín y los lugares que frecuenta, si no se gana su matada, si su aporriada (sic)”. El hecho fue rechazado por el personero Vivas Lloreda.