Sigue la pelea en redes entre Gustavo Petro e Iván Duque: “Soy un demócrata y no un tirano”

A través de su cuenta de Twitter, el primer mandatario recordó lo sucedido en el paro nacional, cuando Duque era presidente, y aseguró que no le destruye los ojos a los jóvenes con granadas lacrimógenas

El presidente Gustavo Petro le envió un contundente mensaje al expresidente Iván Duque. Crédito: Archivo

En Colombia ha sido común que los expresidentes tengan una fuerte presencia en la política del país luego de terminar sus mandatos, por ejemplo, el expresidente Álvaro Uribe fue elegido como senador o César Gaviria, presidente número 36 de la República, hoy es la cabeza del Partido Liberal. Por eso, no es raro que los exmandatarios se refieran a sus sucesores en el cargo.

Esto fue lo que hizo el expresidente Duque al asegurar que en Colombia se eligió un presidente y no un emperador, una frase que no caló del todo bien en el presidente Gustavo Petro, que no dudó en responder a través de una publicación en su cuenta de Twitter.

En su mensaje, el presidente Petro recordó los hechos que se registraron en medio del paro nacional que dejó a varias personas heridas, entre ellas, algunas que perdieron sus ojos por la fuerte respuesta de miembros de la fuerza pública, por lo que el primer mandatario aseguró que él no tiene ese tipo de comportamiento, pues es un demócrata.

El presidente se refirió a los comentarios del expresidente Iván Duque y se describió como un demócrata y no un tirano. Crédito: @petrogustavo / Twitter

“Yo no le destruyo los ojos a los jóvenes con granadas lacrimógenas, soy un demócrata y no un tirano”

Las palabras de Iván Duque se conocieron en una entrevista para la revista Bocas, en la que el expresidente aseguró que ha tenido un trato respetuoso con el presidente Petro, aunque no se han encontrado muchas veces, los encuentros sí han sido “con algo de amabilidad y también humor”.

También aseguró que, desde su salida, su intención es la de colaborar en lo que lo necesiten desde el Gobierno nacional, por lo que no le llama la atención los ataques personales, pero dejó claro que nunca dejará de decir lo que siente, “mi espíritu siempre es el de colaborar. Yo no entro en ataques personales, pero nunca apagaré mi voz”.

Por eso, no dudó en aseverar que el presidente Petro debe ser consciente de que es un símbolo de unidad nacional, por lo que no debe tomar posiciones que dividan al país, entendiendo que en la democracia colombiana existe un Congreso cuya función es la de hacer un contrapeso al Ejecutivo.

“Eso implica saber negociar y saber ceder, no imponer, aceptar lo que pasa en el Congreso, que también fue elegido legítimamente y cuya función es hacerle contrapeso al Ejecutivo. Nosotros no elegimos un emperador, sino un presidente, y eso implica respetar las discusiones en el ámbito institucional”.

Según el expresidente Duque, el Gobierno de Gustavo Petro se encuentra ideologizado, por lo que existen muchos prejuicios a las empresas y al mercado, lo que ha debilitado el sector privado, algo que no le sirve a la economía colombiana.

“Este es un gobierno profundamente ideologizado. Me parece lleno de prejuicios, prejuicios antiempresariales, prejuicios antimercado. Y no hay forma de que ningún país prospere si no tiene un sector privado con certidumbre, con inversión, con claridad sobre las reglas de juego y con claridad sobre el futuro”.

Entre las banderas del presidente Gustavo Petro se encuentran la reforma a la salud y pensional, con la que el Gobierno nacional espera modificar el sistema para la prestación de los servicios para los colombianos, y en cuanto a las pensiones, robustecer el papel de Colpensiones en el país.

Iván Duque también se refirió a estas reformas y comentó que el presidente Petro “busca prácticamente hacer un corralito de todo el ahorro acumulado durante años para ponerlo al servicio de Colpensiones, y que se convierta en plata de bolsillo. Como si Colpensiones fuera un cajero automático”.

Sobre la reforma a laboral, el expresidente aseguró que, “está cimentada en el prurito de la élite sindicalista, y no en las necesidades de un país que tiene que integrar más gente al mercado laboral. Esos sesgos hacen muchísimo daño, espantan la inversión, generan desconfianza, y así se va a sentir este año con la desaceleración económica, pues va a ser quizá uno de los años con menor crecimiento de la última década”.