La Fórmula 1 recibió este fin de semana a los amantes del deporte a motor con uno de los Grandes Premios más exclusivos y más reconocidos de todos los tiempos. El GP de Mónaco llevó en las calles de Montecarlo a los mejores pilotos del mundo a disputarse uno de los reconocimientos más importantes dentro del Gran Circo.
Es, justamente, el día perfecto para recordar y rememorar uno de los hitos más importantes del deporte colombiano que se consiguió justamente allí en esta pequeña, pero lujosa nación. Fue el 1 de junio de 2003 que por primera vez en la historia la “gloria inmarcesible” del himno nacional llegó a los odios de todo el mundo y a las manos de Juan Pablo Montoya, que logró colocarse la corona del principado monegasco posicionándose como uno de los pocos en la historia en ganar este Gran Premio.
Así fue como Montoya subió la ‘tricolor’ al primer escalón del podio de Mónaco
Transcurría la séptima ronda del campeonato mundial de la Fórmula 1 y el histórico circuito de Mónaco esperaba a los 20 conductores en su edición número 61 para nombrar a un nuevo rey en las calles del principado y dejarlo enmarcado por siempre en la historia del automovilismo.
A la carrera llegaba un solo piloto como máximo favorito, el alemán Michael Schumacher de la escudería Ferrari, quien encadenaba tres poles y victorias consecutivas para seguir en racha dentro del campeonato mundial, que en ese momento era liderado por el finlandés Kimi Räikkönen de la escudería McLaren Mercedes con 40 puntos.
En la segunda posición del campeonato le seguía ‘Schumi’ con 38 unidades y Rubens Barrichello era tercero con 26. Juan Pablo no era contendor alguno en el mundial, ya que previo a la largada se encontraba en el séptimo lugar con 15 puntos. En cuanto al campeonato de constructores, Ferrari era primero con 64 pts, McLaren segundo con 63, mientras que Renault compartía el tercero con 35 al igual que Williams BMW.
Eran 78 vueltas en el famoso Circuito de Montecarlo, 206 kilómetros de recorrido en total donde lo único que pudo ver Montoya fueron paredes de lado a lado a toda velocidad. La presión que manejan los conductores para esta carrera no es normal, pero como buen colombiano, logró sacarla adelante, pulcro en todas las curvas y preciso en cada punto de frenada.
En la sesión de clasificación Juan Pablo firmó una excelente vuelta posicionando su icónico Williams blanco y azul en la tercera casilla de la parrilla con un tiempo de vuelta de 1′15′'415, largó acompañado del italiano Jarno Trulli en la segunda fila.
Quienes optaron a tener mejores chances en la manga fueron Ralph Schumacher, quien se quedó con la pole position tras firmar un tiempo de 1′15′'259 y Kimi Räikkönen que obtuvo el segundo lugar con un tiempo de 1′15′'295.
Llegó el crucial momento de la largada, que usualmente define al ganador aparte de las estrategias de boxes. Apenas se apagaron las cinco luces rojas del semáforo, Montoya con reflejos de felino le ganó el segundo puesto al Iceman Räikkönen en la largada, quedando entonces justo detrás de su compañero de escudería Ralph.
Nada más para la segunda vuelta de carrera el alemán Heinz-Harald Frentzen sufrió un choque justo después de la zona de la piscina obligó a salida del Safety Car, colocando en riesgo la segunda posición del bogotano tras la re-largada en movimiento, pero en el momento justo pisó el acelerador y no permitió que nadie lo rebasara.
Las estrechas calles de Mónaco no permitieron grandes adelantamientos y el podio se definió por medio de las estrategias de los neumáticos y las paradas en boxes. A la altura de la vuelta 20 Ralph Schumacher, el compañero de Montoya y el primero de la carrera, entró a pits y salió tras una parada de 7.8 segundos.
Allí se activó la estrategia del colombiano, el famoso overcut, el cual consiste en quedarse en pista más tiempo que el rival directo para intentar hacer una diferencia de más de 20 segundos (el tiempo usual que se gasta en el pit lane) y así al momento de realizar su parada, salir justo por delante del rival.
Montoya se quedó en pista dos más que Schumacher tras una parada de 8.2 segundos salió apenas por delante de su compañero de escudería quedando en la primera posición. Para la vuelta 41 ya le llevaba 5 segundos a su compañero, pero apareció el otro contendor a la victoria, Kimi Räikkönen.
En la vuelta 50 Juan Pablo realizó su última parada en boxes la cual fue su más rápida de la sesión con 6.7 segundos de duración donde le cambiaron neumáticos y aplicaron gasolina al tanque para llegar al final. Räikkönen intentó aplicarle al cafetero una cucharada de su propia medicina con el overcut, pero el colombiano girando con tiempos rápidos terminó evitando ser superado.
El finlandés presionó hasta el final a Montoya, con la nariz casi pegada al alerón trasero del Williams, Kimi vio la bandera a cuadros en el segundo lugar cruzando la línea de meta a tan solo 3 décimas del piloto tricolor.
Luego de dos horas de carrera, Juan Pablo cruzó primero y logró poner su nombre en los libros de historia de los exclusivos ganadores del Gran Premio de Mónaco. La victoria colocó a Montoya en boca todo el mundo y este fue el punto de quiebre para meterlo en la ecuación de los posibles campeones.
Aparte de ser la primera victoria de un colombiano en el Circuito de Montecarlo, Montoya se convirtió en ese entonces en el cuarto latinoamericano de la historia en probar la champaña del primer puesto en la historia, siendo Juan Manuel Fangio, Ayrton Senna y Carlos Reutemann los anteriores ganadores.
En la rueda de prensa posterior a la carrera Montoya entregó sus sensaciones sobre lo que fue el épico momento de victoria. Afirmó que el momento de más presión fue cuando Räikkönen intentó superarlo por medio de las paradas en boxes:
“El momento de más presión fue en la segunda parada ya que Kimi iba más largo que yo. Pude conseguir una ventaja de algunos segundos, cuando vi que salí por delante de él, ya solo tuve que medir mi ritmo. El monoplaza de manejó a la perfección y por esto agradezco a todos los mecánicos, que hicieron un trabajo excelente. Todos necesitaban eso, es increíble”
Finalmente, expresó inmensa felicidad por haber conseguido coronarse en el principado y por ser ganador de uno de los Grandes Premios más importantes en la historia del automovilismo:
“La última vez que había tenido la chance de ganar fue en Melbourne y se me fue, así que sentí un poco de presión de no dejar ir esta victoria, pero definitivamente valió la pena la espera. Gané en Monza y ahora Mónaco, es fantástico, estoy muy feliz, es algo irreal”.
Luego de esta victoria Montoya encadenó grandes resultados en las siguientes carreras de Canadá, Europa, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Hungría e Italia. Estos mismos lo llevaron a ser contendiente por el título mundial, en el que terminó tercero con 82 puntos, solo 11 por debajo del campeón Michael Schumacher.