José Darío Martínez, más conocido como Chabuco en la industria musical, es un artista que a lo largo de su carrera de más de dos décadas se ha destacado por fusionar sus raíces vallenatas con otros géneros como el bolero y el jazz, entre otros. Ahora está presentando su séptimo disco llamado “Chabuco a tres pianos” en el que, como su nombre lo indica, interpreta canciones en las que sólo son su voz y el piano.
Lo que destaca de este trabajo, además de su aparente simplicidad, por el hecho de tener solo un instrumento junto al cantante, es que Chabuco reunió en seis canciones a quienes, según su criterio son los tres mejores pianistas de Colombia en la actualidad: Iván Melón Lewis, Cucurucho Valdés y Alex Pastrana.
Chabuco habló sobre la creación de este trabajo con Infobae Colombia, explicando por qué, aunque no suena a lo que tradicionalmente es el vallenato, igual cuenta con sus raíces de Valledupar; la importancia del legado musical de su padre, uno de los guitarristas vallenatos más destacados; su propio legado musical y la importancia de realzar el trabajo de los compositores.
“Logré trabajar con tres de los pianistas que más me gustan, con los que he tenido conciertos y he grabado otros discos”, reveló al respecto de su nuevo trabajo el artista. El trabajo fue arduo, pues no sólo consistía en en darle a cada canción el toque de cada pianista, sino lograr coincidir en tiempos entre España, Cuba y Colombia que son los lugares en los que residen Iván Melón Lewis, Cucurucho Valdés y Alex Pastrana, respectivamente.
En primera medida, Martínez explicó que para escoger qué canciones le iba dar a cada pianista se dejaba llevar por cómo sonaba cada uno. “Lo hago por el sonido. Iván Melón es más latin jazz, Cucurucho Valdés tiene mucho de su abuelo Bebo Valdés que era el sonido clásico de Cuba en los 50 y Álex es colombiano y mezcla el jazz con los sonidos colombianos”.
Esas particularidades, según Chabuco, hicieron que Pastrana se quedara con las canciones más colombianas del disco como “Será la lluvia” y “Solamente el aire”; Cucurucho Valdés con las de son cubano, como “La Habana y tú”, mientras que Melón trajo el latin jazz que faltaba en “Lento de prisa”.
Un trabajo desnudo
Con el paso del tiempo la manera de hacer música se ha modernizado, pasando de las grandes orquestas y bandas de instrumentos a una computadora y diferentes herramientas tecnológicas que crean un mismo resultado. Para Chabuco realizar seis canciones con sólo piano es más difícil que esto.
“La gente piensa que es más simple, pero este tipo de trabajos son desnudos y hay que tener mucho cuidado a la hora de interpretar. De hecho me encanta es por eso, por cómo suena cuando estamos cantando, es sólo una voz y un piano. La importancia es encontrarme con la armonía del pianista y que mi voz reluzca más”, confesó.
Agregó que en esta ocasión decidió hacerlo con el pianos porque en ocasiones anteriores ha lanzado canciones sólo con su guitarra, como en el caso de un anterior álbum en el que mezcló folclor colombiano con flamenco, pero aseguró que en este caso estaba más interesado en explorar el sonido del bolero.
Sobre lo que vendría próximamente Chabuco señaló que le ha estado interesando el experimentar con los sonidos del regional mexicano y hasta el tango, pensando en las posibilidades de trabajos con estos sonidos. “Últimamente volví a escuchar mucho rock argentino, he estado pegado con Fito Páez y Spinetta, también Rubén Blades y Juan Luis Guerra”.
Conservar las raíces
Aunque Chabuco se ha forjado su carrera destacando por sus incursiones en el bolero, el jazz, la samba y hasta la bossa nova, el artista insiste en que “mi base es el vallenato, con eso crecí. Yo creo que todos los artistas tenemos una base, el que tiene una base se puede mezclar con otros”.
Señaló que dentro de su trabajo no ha buscado modificar, cambiar o desaparecer los ritmos tradicionales, “lo que busco es vestir mi folclor con esos otros sonidos, pero siempre llevando la bandera”.
Sus fusiones le han dado el papel de innovador y su voz el título de una de las mejores voces de la región; sin embargo, incluso Chabuco reconoció que hay sonidos con los que no se atrevería a mezclar el folclor.
“Creo que en mi caso no entraría mucho lo nuevo o lo urbano, no porque no encaje con el sonido o no funcione. Es más bien porque yo no me sentiría cómodo, por eso busco los géneros que me gustan y me identifican. Yo digo que la música es una, pero en el folclor vallenato, sus letras y la poesía no las veo intercaladas con lo urbano”, reconoció.
También recordó que en sus inicios se encontró con incrédulos que no pensaban que las fusiones que él proponía sirvieran para el género. “Lo que más hay en la carrera de un artista es gente que opine, pero yo creo que uno tiene que estar claro en lo que quiere. Claro que me dijeron ‘¿cómo va a sonar eso como bolero o como jazz?’, pero ahora me entienden”.
La herencia de Hugues
Las ganas de innovar en el folclor en José Darío Martínez no nacieron de la nada, son una directa influencia de su padre y su niñez en Valledupar. Chabuco creció entre juglares vallenatos y parrandas.
Hugues Martínez, su padre, fue un reconocido guitarrista vallenato recordado por su manera diferente de tocar el instrumento en los conjuntos de los que hizo parte, casualmente todos le sonaban a bolero. Fue el último guitarrista de Los Hermanos Zuleta y su primo, el compositor Rafael Escalona, escribió en su honor la canción “El pirata de Loperena”.
“Mis raíces, la música que hago, todo lo aprendí de él. El color del bolero, escuchar música diferente que no se escuchaba en el pueblo ... él fue un bolerista empedernido y eso ha hecho que mi música pegue el vallenato con el bolero, como vestirlo de frac ... Mi padre tenía la particularidad de que todos sus acordes sonaban a bolero”, recordó el artista Chabuco.
Concluyó revelando que así como él sigue el legado de su padre, espera que su legado sea “que las letras campesinas y del pueblo pueden trascender a mucho más y a que la gente le guste porque es la expresión del pueblo ... es una forma bonita de dejar un legado, que los jóvenes vayan buscando colores con su folclor porque la base más grande de un artista es su folclor y es lo que tiene que llevar a todo lado”.