Revelan la millonada que le cuesta al Estado la contaminación del río Bogotá

De acuerdo con el contralor distrital, Julián Ruiz, esos recursos se podrían haber invertido en otros programas de desarrollo regional

Río Bogotá.

En el marco del Foro sobre el Río Bogotá, el contralor de Bogotá Julián Mauricio Ruiz Rodríguez hizo un balance sobre los ejercicios de control realizados alrededor de este río y calculó cuánto cuesta su contaminación.

El foro, denominado “Río Bogotá: 100 años de aprendizajes hacia la gobernanza ambiental territorial hidrosocial”, fue organizado por la Contraloría General de la Nación, y en una de sus presentaciones el contralor distrital se refirió a la contaminación del río del que indicó que es un problema “sobrediagnosticado”, que responde a una tragedia medio ambiental para el Distrito, el Departamento, el país y la humanidad. ,También se refirió a lo que su contaminación le ha costado al país.

Julián Ruiz aseguró que la Contraloría de Bogotá ha realizado un total de 22 ejercicios de control fiscal sobre esta cuenca, los cuales permitieron arrojar que la recuperación o restauración del Río Bogotá podría calcularse en $10.5 billones, hecho corroborado por un estudio que emitió la misma Contraloría al despuntar el milenio, en el año 2020.

Y posteriormente citó otro estudio mucho más elaborado que realizó el ente de control distrital en el 2014 que ha mantenido la vigencia y sobre el cual se han hecho actualizaciones, que estimó que los efectos negativos provocados por la contaminación del Río Bogotá se pueden calcular en $135 billones anuales. Este estudio se basó en un análisis de la Cepal.

Ahora bien, ¿de dónde se sacó este estimado? “Esta es una cifra emitida con base en la pérdida de oportunidad que han tenido los entes territoriales y la población colombiana en cuanto a turismo, desarrollo agroindustrial, la generación de empleo y demás factores sociológicos y económicos que podrían haberse aprovechado si el Río fuera fuente de vida y no fuente de muerte como hasta hoy lo es”, puntualizó Julián Mauricio Ruiz Rodríguez, quien añadió que esos recursos podrían haberse invertido en otros aspectos del desarrollo regional.

Basurero Doña Juana

Adicionalmente, el Contralor de Bogotá reveló que, con relación a la vigilancia del vertimiento de lixiviados en el relleno Doña Juana, en estos momentos se está llevando a cabo un Proceso de Responsabilidad Fiscal y una Indagación Preliminar, que se está analizando a la luz del último laudo arbitral que determinó responsabilidades tanto del concesionario como el Distrito, frente al tema del relleno.

Así las cosas, la Contraloría Distrital continuará realizándole control fiscal sobre la inversión de recursos destinados a la recuperación del Río Bogotá, con el objetivo de garantizar la transparencia y eficiencia en su utilización.

A este respecto vale recordar que, el pasado 12 de abril de 2023, se hizo público el fallo en el litigio entre CGR, el operador del relleno Doña Juana, y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), en el cual el tribunal de arbitramento condenó al Distrito a pagar 65.000 millones de pesos. No obstante, la Alcaldesa Mayor de Bogotá celebró la victoria de la ciudad.

“CGR Doña Juana no ganó ni se salió con la suya. Ni los bogotanos tendremos que pagar el billón doscientos mil millones de pesos que pretendían, ni tampoco podrá obtener una nueva licencia para seguir operando el relleno más allá del 2024. El principio del fin del relleno Doña Juana empezó hoy”, trinó Claudia López ese día, tras conocerse el fallo.

No obstante, los árbitros designados por las partes le reconocieron algunas pretensiones al operador del relleno, así como a la Uaesp, dicotomía que plantea dos interrogantes: ¿Ganaron ambas partes? Y ¿Por qué celebró el Distrito este fallo, sí aún así se tiene que desembolsar una cifra de dinero importante?

Pues es un triunfo por tres razones: una relacionada con el monto de la multa, otra relacionada con la renovación de la licencia, y lo más importante: es una victoria porque Bogotá jamás podrá volver a implementar, a manera de solución de disposición de residuos, el formato de enterramiento.