El sismo de magnitud 6,6 en la zona de frontera entre Colombia y Panamá activó las alarmas en las costas del Caribe colombiano, pues fue percibido por miles de ciudadanos que temían sobre la posibilidad de que se originara un tsunami. No obstante, el fenómeno no pasó más allá de varias réplicas registradas por las autoridades.
En video, habitantes de municipios como Necoclí y Capurganá, en el Urabá antioqueño, revelaron la delicada situación que se vivió en la región sobre las 10:05 de la noche del 24 de mayo. Estantes caídos, tejados desprendidos y, claramente, el temor de vivir en una zona costera ante la eventual llegada de olas de gran proporción.
Los ciudadanos tuvieron que salir a las calles despavoridos por el fuerte remezón que hubo en sus casas, pues la naturaleza no dio espera. Incluso, este temblor no solo fue percibido en la mencionada región, pues el movimiento se extendió hasta el centro y occidente de Colombia, desde donde también se publicaron varios videos.
En almacenes y oficinas los estragos fueron evidentes, ya que el movimiento telúrico provocó la caída de estanterías y repisas. Uno de los municipios que mayor afectación tuvo fue Capurganá, jurisdicción que tiene diversas construcciones longevas y que no soportaron la arremetida de la naturaleza. El temblor, además, trajo consigo más de 10 réplicas de magnitud considerada, las cuales se registraron hasta la mañana del 25 de mayo.
Por qué tiembla en Colombia
Flover Rodríguez-Portillo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía (ACGGP), le explicó a Infobae la importancia que tiene la ubicación geográfica de Colombia, con relación a la sismicidad del territorio. Para Rodríguez, los movimientos telúricos hacen parte de las denominadas expresiones que emana la tierra, esto, gracias a que el país cafetero se encuentra sobre dos placas tectónicas de gran importancia.
“Colombia es un país con una diversidad geológica interesante, el hecho de que el país está ubicado en esta esquina noroccidental de Sudamérica, hace que se haya configurado toda una serie de expresiones geológicas, acá tenemos la interacción de placas tectónicas, tenemos la Placa Sudamericana que está donde básicamente está el continente, tenemos la Placa de Nazca en el occidente, que es esa digamos la placa oceánica y que genera esa interacción en el Pacífico; el choque de esas dos placas genera una serie de fenómenos muy particulares en nuestro país”, expresó.
Diferencia entre intensidad y magnitud
Cuando se registra un sismo, es común que tanto la población como los mismos medios de comunicación se pronuncien de manera inmediata y traigan a colación términos como magnitud e intensidad y aunque suenan parecidos son totalmente diferentes.
“La gente del común y los medios de comunicación usan los términos magnitud e intensidad, pero son conceptos totalmente diferentes que vale la pena aclarar: la magnitud de un terremoto es una medida que nos da una idea de la energía que liberó ese terremoto, pero la intensidad es una medida que nos dice la capacidad de destrucción que puede tener ese terremoto”, expuso Flover Rodríguez-Portillo.
Cabe resaltar que, la magnitud se mide en escala de Richter, mientras que la intensidad es cuantificada basándose en la escala sismológica de Mercalli, cuyos grados pueden ir de I a XII, grados que se diferencian entre lo más débil a lo más catastrófico.
Algunas regiones del país presentan mayor actividad de esta índole, resaltando las que se encuentran sobre las cordilleras y en el litoral pacífico, tal como lo explica Londoño Bonilla.
“Desde el punto de vista sísmico, hay un mapa de amenaza basado en la norma sismo resistente que muestra que toda la parte del Pacífico, el borde llanero, digamos del Norte de Santander y Santander, tiene amenaza alta, así como la parte central de Colombia en medio y también en parte de la Costa Atlántica. Ya lo que viene siendo los Llanos y la Amazonía sería amenaza baja”, sintetizó Londoño.