El pasado 6 de mayo fue encontrado el cuerpo sin vida del narcotraficante ecuatoriano Junior Roldán en la vereda El Mango, del municipio de Fredonia, Antioquia. El cadáver del poderoso capo fue entregado por Medicina Legal sin especificar a quién ni en qué momento se realizó esa diligencia generando así una nueva incógnita alrededor de ‘JR’.
El capo ecuatoriano, quien comandaba la subestructura ‘Las Águilas’ de la megabanda delincuencial ‘Los Choneros’, llevaba en el país algunas semanas intentando huir de los ataques armados que había sufrido en su natal Ecuador, concretamente del ocurrido el 15 de abril por lo que habría decidido llegar al Valle de Aburrá buscando refugio.
Aunque precisamente en Antioquia perdió la vida, Junior Roldán al parecer había pagado los servicios de una banda delincuencial del departamento para garantizar su seguridad, pero presuntamente uno de los integrantes habría acabado con su vida.
Al parecer uno de los encargados de cuidarlo habría notado una caleta por lo que decidió distraerlo en una fiesta con licor, drogas y mujeres de diferentes nacionalidades –dos colombianas, dos ecuatorianas y dos venezolanas– para asesinarlo y robarlo sin mayores percances, otra de las hipótesis manejadas es que el homicidio se habría generado por una riña en la fiesta dentro de la finca, pero hasta el momento el caso es materia de investigación.
El asesinato de Junior Roldán llena de incertidumbre a las autoridades de Ecuador ya que se podría presentar una ola de violencia para acaparar el poder delincuencial que tenía el capo. ‘JR’ era una ficha de suma relevancia para la estructura que está relacionada con la custodia y envío de esmeraldas; así como el transporte de cocaína por diversas rutas fronterizas, precisamente ‘Los Choneros’ son unos grandes aliados de importantes estructuras ilegales como el cartel mexicano de Sinaloa.
Al capo ecuatoriano las autoridades colombianas lo identificaron por sus tatuajes, motivo que facilitó la confirmación de la identidad por parte de la Interpol. De igual forma desde organizaciones sociales han resaltado el complejo panorama de Ecuador que se asemeja a una de las épocas más duras del narcotráfico en Colombia.
El terror de Ecuador
‘JR’ tenía un largo historial delictivo que incluía procesos por asesinato, delincuencia organizada e ingreso de artículos prohibidos a la cárcel. Cumplía dos sentencias por asesinato en la Cárcel Regional del Guayas, a 423 kilómetros de Quito, al lado de la Penitenciaria del Litoral, donde se han registrado los baños de sangre más macabros del país. A Roldán se lo responsabiliza por al menos una veintena de muertes violentas.
En varias ocasiones, la defensa de JR intentó sacarlo de prisión y alegó que Roldán padecía de hipertensión arterial, diabetes mellitus, esteatosis hepática grado 3 y cirrosis hepática.
En diciembre de 2022, los abogados de Roldán presentaron un nuevo recurso para el cambio de medidas para el delincuente. Finalmente, en febrero de este año, salió de la cárcel. Aunque el presidente Guillermo Lasso señaló a la justicia por fallar a favor de alias JR, los propios funcionarios del Servicio de Atención Integral, la entidad gubernamental encargada de las cárceles, presentaron un informe de casi 300 páginas donde aseguraban que Roldán era un preso ejemplar.
En sus primeros días fuera de prisión se divulgó un video de alias JR festejando su libertad en medio de alcohol, comida y música, lo que puso en duda el argumento de la defensa sobre sus enfermedades.
Cuando alias JR llevaba un mes fuera de prisión, el 16 de marzo de 2023, sufrió un atentado del que resultó herido. Fue entonces cuando las autoridades le perdieron el rastro, pues Roldán se quitó el dispositivo de rastreo que llevaba en el tobillo.