La Operación Esperanza parece no tener descanso. Más de 150 integrantes de las Fuerzas Militares continúan la búsqueda de los cuatro niños que habrían sobrevivido al accidente aéreo registrado en Guaviare y que continúan desaparecidos.
El desarrollo de ese operativo de hallazgo ya completó 22 días, pues desde el primero de mayo (día en que fue encontrada la avioneta accidentada con siete ocupantes en su interior), iniciaron tanto las labores de búsqueda de los cuatro hermanos de 14, 9, 4 años y 11 meses de edad como el rescate de los otros tres adultos que murieron tras el siniestro.
A la operación se sumaron nuevos apoyos tanto militares como de las propias comunidades indígenas. Con imágenes satelitales, las autoridades en cabeza de la Fuerza Aérea y el Ejército Nacional continúan con el liderazgo de la búsqueda; por otra parte, el viernes 19 de mayo fueron destinados otros 50 soldados de las Fuerzas Especiales para reforzar las labores.
El apoyo de la fuerza pública en las tomas satelitales permitió establecer, por ejemplo, el área probable de búsqueda. De acuerdo con la gráfica, el Comando Conjunto de las Fuerzas Especiales determinó que es de 17km x 19km, comparable con cerca del 80% de toda el área urbana de Bogotá.
Mientras tanto, desde el PMU de San José del Guaviare, las Fuerzas Militares continúan respaldándose en los recursos tecnológicos para complementar las labores hechas en tierra y aire junto con la Aeronáutica Civil y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf).
El apoyo de las comunidades indígenas, clave para las labores de búsqueda
Pueblos indígenas de Colombia que residen en la Amazonía, iniciaron desde hace semanas las tareas de hallazgo de los cuatro menores en las selvas de Guainía y Caquetá, departamentos donde podrían estar los cuatro menores.
En la tarde del domingo 21 de mayo, la Organización Nacional de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (Oipac) anunció que las comunidades de Araracuara, Buenos Aires, Mitú, Nukak, Puerto Leguízamo (Putumayo) y Florencia se unieron a las Fuerzas Militares en la búsqueda de los niños.
Ante el hecho, Presidencia de la República enfatizó en que “el propósito es fortalecer las herramientas de búsqueda de la mano de la Opiac”. Además, tanto en el PMU como en las labores por aire y tierra han estado presentes la directora del Icbf, Astrid Cáceres; la Unidad de Víctimas y de Restitución de Tierras y Parques Nacionales Naturales de Colombia.
“Cerca de 10.000 volantes están siendo distribuidos desde helicópteros de la Fuerza Aérea, en los que se dan instrucciones para determinar la ubicación de los menores de edad, en español y lengua nativa”, indicó el Gobierno nacional durante el lunes 22 de mayo.
Esas operaciones de búsqueda de las Fuerzas Militares se han hecho con el permiso de la Madre Tierra. El general Pedro Sánchez, comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, describió los rituales indígenas para entrar a las selvas y avanzar en los operativos de hallazgo.
“Mientras hablábamos con las unidades y nos reportaban desde el campo, hacíamos un ritual similar y les preguntaba a ellos que, si era acorde lo que dijimos, cómo le pedíamos permiso a la Madre Selva que nos mirará con ojos de bondad y creo que escuchará el llamado”, dijo el alto mando en la noche del sábado 20 de mayo. Previo a esto, ya había precisado que los comandos que hacen parte de la operación Esperanza son los más entrenados del país “y del hemisferio”.
“El propósito es cubrir y revisar cada punto porque no podemos dejar nada al azar, eso es lo que van a hacer nuestros comandos para mantener viva lo que nosotros llamamos Operación Esperanza. La moral está supremamente alta, todos van con la convicción de traerlos a casa como si fueran sus propios hijos”, enfatizó el general Sánchez.