El presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie, se refirió al reinicio de la mesa de diálogos de paz del Gobierno nacional con la guerrilla del ELN tras superar la crisis generada luego de que el presidente Gustavo Petro aseguró que los frentes del ELN estaban dedicados a las economías ilícitas y que el conflicto ya no era ideológico.
Tras esto, el Gobierno y el ELN publicaron un comunicado de prensa conjunto en el que informaron siete puntos.
Al respecto, el líder gremial, que hace parte del equipo del Gobierno en dicho proceso, destacó “la firme decisión de permanecer en la mesa”, así como “el compromiso de lograr en este ciclo los acuerdos de cese al fuego bilateral y nacional, participación de la sociedad en la construcción de paz y acciones y dinámicas humanitarias”.
También sostuvo que el cese al fuego no se puede separar del cese de los hostigamientos a la población civil ni de la suspensión de las actividades ilícitas del ELN.
“El cese al fuego no se puede separar del cese de hostigamientos a la población derivados de las actividades ilícitas del ELN. Son ‘siameses’, como ambos lo son de la participación de la sociedad en la construcción de la paz”, explicó.
Anotó que si por cese al fuego se entienden los enfrentamientos entre la Fuerza Pública y el ELN, este nunca será posible mientras no cesen las actividades ilícitas, porque la Fuerza Pública está obligada por la Constitución Política a perseguirlas, como está obligada a defender a la población del fuego cruzado entre grupos ilegales por el control territorial, convertido en azote de las comunidades en los territorios.
Frente al participación libre de las comunidades y los actos hostiles y de control territorial, dijo que no será posible que la sociedad participe “libremente” en la construcción de la paz si es hostigada o constreñida como está por el sistema de sometimiento de hecho que genera ese entorno de violencia multiforme.
“El cese al fuego y de hostilidades son inseparables de la participación social, mas no iguales y, por tanto, tienen prioridades y tratamientos diferentes, aunque el remedio aplicado al uno siempre afecte al otro, como en los siameses”, anotó Lafaurie.
En este sentido, al hablar de prioridades, apuntó que el ELN declaró que el corazón del proceso es la participación de la sociedad, pero este todavía no le preguntó a la esa sociedad cuál es para ella el corazón del proceso.
Mientras, añadió, el Gobierno tiene claro que el diálogo con el ELN es “coherente con la súplica constante de las comunidades para cesar la violencia porque el pueblo nos juzga por lo que sucede en los territorios”. Según él, esa es la vara con la que miden las negociaciones los afectados directores y todo el país.
La voluntad de negociación del ELN
Ante la voluntad del ELN en este sentido, manifestó que es importante avanzar en la participación, pero hizo dos cuestionamientos: ¿Acaso no es más importante garantizar primero la vida, la seguridad y la libertad de quienes queremos que participen?, ¿Cómo brindar protección a la población que se invita a participar?
“La respuesta debe inspirar el acuerdo sobre cese al fuego, porque están de por medio miles de compatriotas que sufren y están pegados a la esperanza. Un proceso exitoso con el ELN, sin disidencias ni renegados, con realismo y, sobre todo, con voluntad, que debe haberla, le mandará al país un fuerte mensaje positivo, aunque solo sea un primer paso hacia la paz”, enfatizó el presidente ejecutivo de Fedegán.
También habló de los otros desafíos que considera que se presentan alrededor de los diálogos con el ELN.
“Gobierno está lidiando con las mafias y las nefastas externalidades del proceso con las Farc, como las disidencias de Iván Mordisco, que lo acusan con desfachatez de incumplimiento, porque la Fuerza Pública no se queda impasible mientras se dan bala con unos y otros y agreden a la población para mantener control territorial y proteger sus rentas ilícitas”, subrayó
Sobre esta situación y un posible riesgo del cese al fuego en la mesa con el ELN que se lleva a cabo en Cuba, insistió en que esa violencia dispersa es uno de los riesgos de un cese nacional, ya que cualquier incidente puede ser “fósforo en gasolinera”.
“Coincido con la propuesta del presidente Petro de un cese regional y progresivo, que permita control efectivo, resultados tempranos, implementación de acciones humanitarias prioritarias y, además, la presencia articulada del Estado con ‘brigadas de bienes públicos’, como el arma más eficaz contra el narcotráfico y la violencia, porque ese bienestar esquivo es el verdadero camino hacia la paz”, concluyó José Félix Lafaurie.