Los avances tecnológicos cada día se aproximan al umbral que generaciones anteriores señalaban como imposibles en su momento. Con la innovación de nuevas herramientas para adelantar y gestionar procesos, en que no tenga que verse comprometida la participación de seres sentipensantes, la inteligencia artificial está marcado un antes y un después a tan solo 23 años del siglo XXl.
El portal Iberbloda señaló que la inteligencia artificial es una combinación de algoritmos desarrollados con el fin de crear máquinas que presenten las mimas capacidades del ser humano, “una tecnología que todavía nos resulta lejana y misteriosa”, pero que para 2023 se está convirtiendo en una herramienta útil para el cumplir de ciertas actividades.
Según el saber de expertos en ciencias de la computación, en este caso, Petter Novirg y Stuart Russell resaltaron varios tipos de inteligencia artificial:
- Sistemas que piensan como sujetos (humanos): automatiza acciones como la toma de decisiones, el aprendizaje y la resolución de problemas.
- Sistemas que actúan como humanos: realizan actividades similares como lo hacen los humanos.
- Sistemas que actúan racionalmente: son aquellos que buscan imitar de manera racional el comportamiento humano.
- Sistemas que piensan racionalmente: intentan emular el pensamiento lógico racional de los humanos.
Por su parte, la Fundación Universitaria Konrad Lorenz indicó que son varios los profesionales de hoy como abogados, maestros, comunicadores, administradores, ingenieros de sistemas y matemáticos que se sienten amenazados por el acelerado desarrollo de los dispositivos digitales y de la inteligencia artificial.
A partir de eso, la fundación situó dos preguntas claves para reflexionar sobre qué puede generarse en los próximos años, además de: “¿Realmente es el fin de estas y otras profesiones? o ¿será la inteligencia artificial un hito que marque la evolución de cada una de ellas?”
Para dar inicio a una nueva discusión sobre la inteligencia artificial y sus próximas implicaciones, el decano de la Facultad de Ingenierías y matemáticas de la Fundación Konrad Lorenz, Nelson Vargas, destacó que el mundo está viviendo el mismo fenómeno social que las generaciones anteriores vivieron con la primera revolución industrial.
“En la que, por la aparición de las máquinas, oficios y actividades artesanales fueron pronosticadas a desaparecer como la agricultura y la fabricación de productos”, agregó Vargas.
Sin embargo, el decano precisó que con el tiempo esas generaciones entendieron su evolución y la necesidad de especializar el trabajo, cuya acción se puede ver reflejada hoy en día, donde la academia, el sector económico y social siguen realizando e impulsando distintos niveles de formación para el cumplir de la demanda donde la intervención de los seres humanos es “imprescindible”.
¿Por qué no deberían desaparecer las profesiones?
La fundación planteó otra incógnita “¿Por qué no deberían desaparecer las profesiones?”, donde señalaron que, así como algunas personas celebran los avances de la inteligencia artificial y la disponibilidad que han impulsado sus actividades, otros se aterran de la aparente pérdida del control del rumbo y movilidad de la humanidad.
En otras palabras, la fundación explicó que, “inclusive, grandes referentes tecnológicos relacionados con organizaciones como Tesla y Apple, entre otros, han solicitado públicamente frenar el desarrollo de la inteligencia artificial temporalmente por el temor de perder el control”
Empero, la Fundación destacó tres puntos claves para generar un mayor entendimiento de la inteligencia artificial, su papel en el desarrollo de la humanidad, y lo más importante el valor humano de los sujetos en el impulso de saberes, conocimiento y memoria:
- No se debería confundir la capacitación con la formación: aunque el desarrollo tecnológico ha permitido disponer de un gigantesco conjunto de contenidos y herramientas en todas las áreas del conocimiento, algunas basadas en inteligencia artificial, y se cuenta con rutas de certificaciones que permiten a una persona adquirir conocimientos y habilidades técnicas específicas que potencian su quehacer profesional, al final, eso no es más que capacitación.
- Los procesos de formación son mucho más que eso: requieren desarrollar habilidades necesarias para resolver situaciones que no son algorítmicas, que requieren de procesos metacognitivos, de reflexión, de análisis, de entender el contexto social y humanístico, de justicia, de resolver situaciones nuevas y retos para los que la información del pasado no es suficiente para la toma de decisiones.
- Son tareas de humanos: cada una de las profesiones y actividades actuales han de requerir la presencia de los humanos para que, desde un nivel mayor de abstracción, tomen las decisiones estratégicas más acertadas y hagan uso de las herramientas de inteligencia artificial que sean pertinentes.
La fundación insistió en que el avance continuo de la humanidad traerá consigo nuevas necesidades de formación y saberes, el desarrollo de otras habilidades que permitan sacar provecho de la inteligencia artificial, potenciar la herramienta para que distintas profesiones generen un mayor impacto científico y social.
“Y por supuesto, la definición de lineamientos, reglamentación y regulación que garanticen que el hombre siga siendo el centro del sistema” concluyó la Fundación Konrad Lorenz.