El cese al fuego bilateral del Gobierno nacional con el Estado Mayor Central de las Farc (EMC Farc) se hizo insostenible tras el homicidio de cuatro menores indígenas en Caquetá. La acción es atribuida al frente Carolina Ramírez, que es liderado por uno de los delegados de la guerrilla para los diálogos de paz.
Los menores de edad pertenecientes a la comunidad indígena Murui, en el Putumayo, fueron reclutados por ese organización de manera forzosa, según la Defensoría del Pueblo. Fueron asesinados luego de desertar de las filas del grupo armado, en el sector de El Estrecho, del municipio de Solano en el departamento de Caquetá, en límites con Amazonas.
Todo ese territorio es controlado por el frente Carolina Ramírez, una estructura que se consolidó a finales de 2018 cuando las disidencias de las Farc se empezaron a disputar el Caquetá. De acuerdo con las alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo, tomaron el control inicialmente de la cuenca del río Caquetá, con prácticas de reclutamiento forzado de indígenas, enfrentado a muerte con los Comandos de Frontera o “Los Sinaloa”.
Sobre estas organizaciones, la Defensoría advertía que “ha sido difícil rastrear alguna especie de continuidad con el accionar y estructura orgánica de las extintas FARC-EP. De cierta forma, esto puede estar relacionado con la ausencia de formación política de sus integrantes, y los mecanismos de engrosamiento de sus estructuras, que llevan a vincular en corto tiempo a personas muy jóvenes, o provenientes de otras organizaciones criminales, para ejercer labores de control y vigilancia sobre zonas de interés”.
Ese frente se expandió al Putumayo en una guerra con los Comandos de Frontera, lo que lo llevó a fortalecerse con el apoyo de otras facciones del Frente Primero de Gentil Duarte. Los otros habrían sostenido una alianza con la Segunda Marquetalia, que pasaron a enfrentarse al Carolina Ramírez.
Sin embargo, la Fundación Conflict Responses sostiene que no había una unidad de mando subordinada entre las estructuras, sino una especie de cooperación. Así terminó el frente Carolina Ramírez consolidándose en la región y pasando a formar parte del ahora Estado Mayor Central, al mando de Iván Mordisco.
El frente está comandado por alias Danilo Alvizú que estaría en la comandancia de la estructura desde sus inicios, de acuerdo con un reportaje de Cuestión Pública en 2019. “Esto para nosotros es una nueva Marquetalia”, anunciaba a sus filas, según se citó.
Por sus zonas de influencia, se podría decir que fue el anfitrión del encuentro de la comandancia del EMC Farc en Caquetá en la que anunciaron el inicio de las conversaciones de paz con el Gobierno nacional a mediados de abril. Fue en ese evento en Casa Roja que se le vio públicamente a alias Alvizú, e incluso fue uno de los voceros de la organización para los medios de comunicación.
El comandante del frente Carolina Ramírez habría sido elegido también como uno de los negociadores de esa guerrilla según indicó Semana. Los demás delegados serían Carlos Eduardo García, alias Andrey; Leidy Tatiana, alias de Ángela; alias Javier 33 y Jaime Muñoz Dorado, alias Sebastián, que se encuentra preso.
La mesa de conversación estaba programada para arrancar el 16 de mayo, pero fue suspendida por decisión de ambas partes. El Alto Comisionado para la Paz informó, según el mensaje enviado a los delegados para informar la suspensión parcial del cese al fuego, espera que pueda iniciar las negociaciones formales a mediados de junio.
Alvizú no dijo mucho en las declaraciones del evento político del EMC Farc, afirmó que ya estaban listos para ir a la mesa de conversaciones, según citó France24, y se mostró “preocupado por las repetidas violaciones del cese al fuego por parte de las fuerzas gubernamentales”, según citó AFP.
Ahora será su frente el que retome hostilidades con la fuerza pública, a raíz de la suspensión parcial que ordenó el Gobierno nacional del cese al fuego bilateral, que fue levantado en los departamentos de Caquetá, Putumayo, Meta y Guaviare.