El lunes 1 de mayo, la avioneta tipo Cessna 206 que cubría la ruta entre los departamentos de Guaviare y Caquetá reportó una falla en el motor mientras sobrevolaba el río Apaporis, luego de ello se perdió contacto con la tripulación, conformada por tres adultos y cuatro menores de edad. La Aeronáutica Civil confirmó el hallazgo de la avioneta el pasado 15 de mayo en el área rural de un municipio de Caquetá.
Con el hallazgo de la aeronave también se encontraron los restos de Hernando Murcia Morales, el piloto; Herman Mendoza Hernández, el director de la fundación de profesionales indígenas Yetara, y Magdalena Mucutuy Valencia, la madre de los cuatro menores de edad. Al respecto de los cuatro niños: Lesly Mucutuy (13 años), Soleiny Mucutuy (9 años), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4 años) y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy (11 meses), las autoridades continúan con su búsqueda que complementa 21 días de angustia.
En las labores de búsqueda se han logrado hallar rastros de los cuatro menores. Aunque aún no hay nada concreto de su paradero. Es por esta razón por la que, a los esfuerzos del grupo de búsqueda, se suma el de los integrantes de la comunidad indígena, según resaltaron desde la Unidad para las Víctimas, pues las nuevas vinculaciones a la Operación Esperanza no solo aportarán conocimientos geográficos en el territorio sino también espirituales:
“Comunidades indígenas inician un proceso espiritual para fortalecer los instrumentos de búsqueda que adelanta el Gobierno Nacional, con la participación de la Fuerza Pública, para dar con el paradero de los cuatro menores de edad desaparecidos en la selva”.
Al respecto de la vinculación de más personal para rastrear a los menores, el comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, el general Pedro Sánchez mencionó:
“Con el fin de lograr una adecuada articulación vamos a combinar esa capacidad innata y muy elevada que tienen nuestras comunidades indígenas en conocer y entender la selva y se van a ajustar equipos en el que vayan dos de nuestras comunidades indígenas con ocho de nuestros comandos (...) Yo ruego a Dios y pido a todo el universo, a todas las buenas energías que hay en este mundo que al menos en pocas horas no tengamos que tener más personal buscando a los menores”.
Entre tanto Giovani Yule, director de la Unidad de Restitución de Tierras, indicó que la espiritualidad en la búsqueda de los menores es indispensable para poder interpretar los rastros en la inmensa selva.
“Nosotros los pueblos indígenas por lo regular siempre tenemos el fundamento espiritual, la conversación con la Madre Tierra, vamos a hacer todo el ejercicio del camino espiritual para llegar al territorio de la selva y por supuesto para aportar en el propósito de encontrar a los niños”.
El desafío que representa la selva
En medio de las labores de búsqueda “por cielo y tierra” de Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin, los cuatro menores de edad que se encuentran desaparecidos desde el pasado 1 de mayo, cuando la avioneta en la que viajaban se estrelló en el departamento del Caquetá, el Ejército Nacional dio a conocer que la zona donde los buscan equivale a casi el 80% de Bogotá.
A través de un gráfico compartido por las Fuerzas Militares, la operación ‘Esperanza’ dio a conocer que los pequeños se encuentran desaparecidos en un área de aproximadamente 17 km x 19 km, lo que ha hecho más difícil dar con su ubicación.
“Nuestras Fuerzas Especiales, continúan en la búsqueda para encontrar los menores. En esta gráfica se muestra un comparativo del área en donde se realiza la #OperaciónEsperanza en la selva del #Caquetá y #Guaviare la cual corresponde a un 80% del área urbana de Bogotá”, reveló el Ejército Nacional.