El exministro de Salud y actual rector de la Universidad de Central, Jaime Arias, expuso sus principales preocupaciones sobre el proyecto a la reforma a la salud cuya aprobación cursa actualmente en el Congreso de la República, para él es claro que esta iniciativa rompe en pedazos el actual sistema.
En conversación con Infobae, Arias aseguró que esta reforma acaba con el núcleo duro del aseguramiento. “Nosotros tenemos un aseguramiento en el país que es de dos niveles, hay un reaseguramiento por parte del Estado, porque es un sistema público que a veces funciona y en otras no funciona, funcionó durante el coronavirus, debo decirlo, pero el aseguramiento a nivel medio es el que hacen las EPS”.
Arias explicó que “el núcleo parte de lo que llaman el aseguramiento económico y es que las EPS tienen un plan obligatorio de salud y también unos beneficios, unos pagos y si eso se rompe y la actual EPS no logra manejar el riesgo económico, tampoco va a manejar los otros dos riesgos que son el riesgo de salud propiamente que es con cada paciente y el otro riesgo que yo llamo operativo, pero el riesgo económico se le quita completamente en la propuesta a las EPS y pasa a mano de la Adres, entonces va a ver dinero mientras la Adres tenga presupuesto, todo esto se va a agotar, porque no hay quien haga el control económico del gasto, al desaparecer esa función de las EPS”.
Arias aseguró que esto lleva a un segundo punto y es que “el Estado va a asumir unos riesgos económicos porque el Estado al final va a tener que salir a responder, le obligará a tener una especie de reservas técnicas que hoy las tienen las aseguradoras, y no veo de donde, porque estamos hablando de muchos billones de pesos al año”.
El exministro nombró un tercer punto acerca de cómo se rompe la continuidad de la atención. “Porque consideran que los Centros de Atención Primaria (CAP) son el comienzo, pero dentro del CAP en los siguientes niveles hay un vacío, porque puede que lo atiendan, pero no hay una continuidad en la atención, como ocurre hoy, que hay una atención intermedia y luego de alta complejidad. Eso se rompe por completo y eso es muy grave. La atención primaria es la puerta de entrada incluso para la atención más sofisticada, pero tiene que haber una continuidad de lo básico a lo complejo y eso no será así”.
Otra de las preocupaciones es que la reforma cuesta mucho más de lo que se piensa, “no solo porque hay que construir una cantidad de infraestructura en las zonas distantes y dotarla de personal, sino porque hay unos costos relacionados con crear un nuevo sistema y eso no está calculado. El Ministerio de Hacienda había hecho un cálculo de 80 a 90 billones, pero esto puede ir mucho más allá, sin contar que va a haber mucha más ineficiencia”, afirmó.
“Otro punto preocupante es la cantidad de nuevos actores que se incluyen para la gobernanza del sistema, lo que llevará a una complejidad mucho más fuerte y mucho más desorden”, subrayó el rector de la Universidad Central.
Y para él, este último punto los llevará a otro riesgo: mayor corrupción. “No solo porque parte del manejo va a pasar a nivel municipal, sino porque va a ser muy difícil la supervisión. Y, por otro lado, al desaparecer el papel de las EPS, que son controladoras de muchas cosas, va a haber un desboque del gasto a nivel primario y a todos los niveles, lo que puede llevar a un aumento de la corrupción”.
Arias considera que la transición va a ser muy difícil porque se trata de pasar de un modelo a otro muy distinto. “En ese tiempo creo que va a haber mucho conflicto e incertidumbre y van a desaparecer muchas instituciones y la gente no va a aprender a manejar el nuevo sistema, entonces la transición de los dos años, más los seis meses mínimos que lleve la implementación, va a crear en mi opinión un caos muy fuerte”.
El asunto político de la reforma
Jaime Arias aseguró que le inquieta que la discusión de la reforma se mueva por el lado político y no a través de argumentaciones técnicas.
Con referencia al cambio de ministro de Salud, sostuvo que “Guillermo Jaramillo tiene una mayor experiencia en el manejo parlamentario, de hecho ha sido alcalde, secretario de Salud, en ese sentido las cosas pueden mejorar un poco, pero lo que no cambia es el punto de vista del Gobierno frente al sistema y el papel de las aseguradoras, al contrario, es mucho más duro el actual ministro, la ministra anterior era mucho más agitadora no conocía el sistema, el actual no creo que lo conozca internamente, pero si lo ha vivido, pues él fue médico durante muchos años en Bucaramanga y en Estocolmo, yo creo que él conoce más el sistema que la ministra, pero no creo que conozca los detalles técnicos y económicos del mismo. Además, él tiene la convicción, al igual que el presidente Petro, de que este sistema hay que cambiarlo por uno público”.
Sin embargo, señalo que “los sistemas de salud en todo el mundo son dinámicos y hay que ajustarlos, el sistema en Colombia necesita ajustes, pero la gente cree que los cambios son legislativos, pero no es así, la mayor parte de los cambios se hacen dentro del propio sistema, los hacen los propios médicos, las EPS, las IPS y también las instituciones del Gobierno, entonces, se van a necesitar permanentemente esos cambios”.
“Este es un tema meramente político, no es si la reforma es buena o mala, aquí lo que importa es el juego político, primero el Gobierno tratando de ganarse los parlamentarios individualmente, rompiendo inclusive las directrices de los partidos, y muchos parlamentarios jugando a que les den prebendas. Estoy sorprendido de ver al Partido Liberal, Conservador y a otros tomando posición, son bisagras, se entregan fácilmente, pero en esta ocasión puede que no ocurra por la siguiente razón: esto se le puede devolver muy duro a los políticos que aprueben esto y al Gobierno especialmente”, advirtió.
“Supongamos que se apruebe la reforma, yo creo que la misma va a producir un caos, inicialmente lo van a asumir las instituciones, pero en un año ya repercute sobre los pacientes y la repercusión va a ser muy dura y eso se le va a devolver al Gobierno, eso no alcanza a tener un impacto en las próximas elecciones regionales, pero en las próximas presidenciales sí. Va a ser muy duro para el Gobierno de Petro mantenerse en el poder en las próximas elecciones porque va a haber una revuelta nacional. Y si no se aprueba el Gobierno se va a encargar de desprestigiar lo que hay, entonces se pierde con cara y con sello”, concluyó el exministro Arias.