Luego de que la delegación de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la comitiva del Gobierno nacional retomaron los diálogos de paz en Cuba tras varias semanas de suspenso, uno de los dirigentes de esa estructura delincuencial, alias “Pablo Beltrán”, le envió una especie de carta al presidente de la República, Gustavo Petro Urrego.
Israel Ramírez Pineda, nombre de pila de uno de los integrantes del Comando Central de ese grupo armado, recordó cuando el jefe de Estado tildó de “narcotraficantes” a los militantes del ELN y le envió lo que llamó “una mala noticia” en la que reiteró que seguirán en su camino de supuesta “revolución”.
“Lamentamos darle al presidente una mala noticia: hay lucha revolucionaria y la habrá mientras se mantengan intactas las causas que llevaron al conflicto. Que la economía que sustenta al régimen haya mutado no hace ninguna diferencia. No reconocer esta realidad es síntoma de una peligrosa ceguera o de una negación que impide avanzar hacia un verdadero proceso de paz”, aseguró Beltrán en una columna que escribió para el diario El País de España.
La respuesta de uno de los participantes en las negociaciones entre el Gobierno y el ELN se da luego de que el jefe de Estado hizo varios reparos a los subversivos durante un evento de almirantes y dirigentes de las Fuerzas Armadas de Colombia en el que reiteró que la rebeldía de esa estructura criminal ya no estaba vigente.
Antes de hacerle esa declaración al mandatario de todos los colombianos, Pablo Beltrán también hizo una radiografía de cómo algunos expresidentes han intentado frenar el aún cimentado conflicto armando en el país. Por ejemplo, recordó el Acuerdo Final de Paz que el gobierno de Juan Manuel Santos firmó en el 2016 con las antiguas Farc y, como era de esperarse, esos tratados no se salvaron de los dardos del dirigente guerrillero.
“Santos vendió al mundo, y el mundo complacientemente lo compró, que se acabaron las Farc, se acabó la rabia”, sentención Beltrán, quien aseguró que los acuerdos de paz con esa extinta estructura solo estaban cargados de “literatura que prometía nada más y nada menos que ¡cumplir con la Constitución de 1991!”, agregó.
Sin embargo, dio a entender que, tras más de cinco años de firmar ese acuerdo, todo seguiría igual porque “se secó la tinta con la que se firmó”.
De la misma manera, una de las caras visibles del ELN lanzó dardos al expresidente Álvaro Uribe, a quien acusó de querer mostrarle al mundo y a los colombianos que el único “enemigo” del país eran las Farc. Sin embargo, le recordó que no contaba con que el ELN volvería, según sugirió, más potente que nunca: y no mintió, esa guerrilla puso bombas en el 2019 al interior de la Escuela de Cadetes General Santander en la que murieron varios uniformados, además de cometer otro sinfín de delitos en el territorio nacional.
“-Uribe- se topó con la insurgencia armada del ELN y sus planes no salieron como estaba previsto. Parafraseando a un gran poeta, se constató que en Colombia, detrás de una posguerra, siempre comienza una guerra”, aseveró Beltrán.
En su columna para el medio europeo, el individuo aseguró que las “élites y narco paramilitares”, supuestamente, se disputaban quedarse con el espacio que las Farc dejaban tras abandonar las armas e implementar el acuerdo firmado en La Habana, Cuba, y luego ratificado en el Teatro Colón en Bogotá.
“(...) como asegura Petro… ¿ya no hay disputa por el poder? ¿La única tarea ahora es pensar en los nuevos formatos de la guerra contra el narcotráfico y otras economías ilícitas?”, cuestionó Beltrán.
Pese a esos duros reparos, Gustavo Petro reconoció la existencia de negociaciones de carácter político con el grupo insurgente y se ratificó lo pactado en el Acuerdo de México, país donde se llevó a cabo el segundo ciclo de diálogos y se estableció la agenda a seguir en ese proceso de paz.
“Como Gobierno nacional reconocemos la legitimidad de la delegación del ELN, la agenda y el apoyo de los países garantes y observadores en este proceso de diálogo”, indicó la Presidencia de la República en un comunicado del 10 de mayo.