La transición energética, ese paso que busca el Gobierno de Gustavo Petro de pasar de producir petróleo, gas y carbón hacia energías limpias, como el hidrógeno verde y el hidrógeno azul, y que enciende la polémica en el país por la firma o no de nuevos contratos de exploración y explotación, aún no tiene claridad para los colombianos.
Al respecto, los resultados de un estudio de la Transportadora de Gas Internacional (TGI), en alianza con el Centro Regional de Estudios de Energía (Cree) y el Grupo de Energía de Bogotá (GEB), hecho en cinco ciudades del país, reveló que la mayoría de los colombianos no entienden exactamente lo que significa dicha transición.
Este revela que el 87 % de los encuestados no entiende qué es transición energética. Además, que el 95% no tiene claro lo que es la “carbononeutralidad”.
Los resultados de la encuesta se dieron a conocer luego de que la TGI, el Cree y el GEB presentaron la “Hoja de Ruta para el gas natural en Colombia”, con la cual se confirma la importancia de este en la transición energética y el rol a cumplir en la misma durante los próximos 50 años.
La hoja de ruta plantea retos y recomendaciones para que Colombia cumpla la ambiciosa meta de cero emisiones para 2050, con el aporte de elementos para la toma de decisiones con base en escenarios realistas de cara a costos, disponibilidad y tiempos de entrada de renovables y nuevas tecnologías.
“Con la ‘Hoja de Ruta para el gas natural en Colombia’ que entregamos al país aportamos a la construcción de políticas públicas que garanticen el desarrollo de una transición energética justa, sostenible, ordenada y competitiva, en la que todos los colombianos nos involucremos y entendamos la importancia de cambiar nuestros hábitos de consumo y producción, para descarbonizar la economía”, aseguró la presidente de TGI, Mónica Contreras Esper.
En la hoja de ruta se concluye que el gas natural es la energía que habilitará la transición al ser un energético de bajas emisiones y que ayuda a mejorar la calidad del aire al emitir menos cantidad de material particulado que el carbón y el diésel. Asimismo, es asequible, está disponible y ayuda a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) entre un 35% y 50% y reitera su carácter de necesario por los próximos 30 años.
Infraestructura y capacidad instalada
La misma evidencia que el gas natural cuenta con la infraestructura y capacidad instalada para garantizar la oferta y atender la constante demanda que aún no alcanzan a cubrir energías renovables como la solar y la eólica y que en sectores como transporte de carga e industria es la única opción disponible para iniciar a descarbonizarse sin afectar su operatividad.
“Apostar por el gas natural es aportarle a la transición energética. Uno de los pasos más importantes es tener certeza sobre la disponibilidad, por lo que hay que mantener los criterios de seguridad y confiabilidad en la oferta y demanda del gas natural. Es un respaldo la lucha contra el cambio climático. Si logramos diversificar las fuentes, tener certeza sobre las reservas probadas y desarrollar infraestructura de importación, podremos tener un mercado dinámico y competitivo”, afirmó Contreras.
La “Hoja de Ruta para el gas natural en Colombia” propone 22 acciones a corto, mediano y largo plazo que se deben ejecutar en un trabajo coordinado entre empresas del sector, el Ministerio de Minas y Energía, el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Ciencias, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio del Interior, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), la Superintendencia Servicios Públicos Domiciliarios, Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), los gremios y los centros de investigación de universidades.
Planificación de inversiones
La presidenta de TGI también subrayó que se deben planificar las inversiones y acompañar a la demanda en el proceso de sustitución de energéticos, el cual tarda cerca de 30 años. De esta manera, dijo que la propuesta puede complementar los esfuerzos actuales del Gobierno en la creación de su hoja de ruta para la transición energética.
“Somos conscientes que es un trabajo en el que debemos participar diversos sectores y en el que garanticemos abastecimiento. La energía más costosa es la que no se tiene, por lo que mientras se avanza en el desarrollo de nuevas fuentes renovables debemos generar incentivos y programas de apoyo técnico para las sustituciones de consumos industriales y lograr su descarbonización”, concluyó Contreras Esper.
Entre las principales recomendaciones está la flexibilización de marcos regulatorios para dinamizar el mercado, fomentar la competencia y permitir la conexión de nuevos usuarios para cerrar brechas sociales. Actualmente, el gas natural llega a más de 10 millones de hogares en Colombia. Sin embargo, aún hay un fuerte trabajo para sacar de la pobreza energética a 1,6 millones de hogares que cocinan con leña. El sector hoy está en la capacidad de impulsar programas de regasificación rural y llegar a los más de 300 municipios que hoy no tienen acceso al gas natural.
Respecto a los escenarios que estima la “Hoja de Ruta para el gas natural en Colombia”, se concluye que este energético tiene un rol predominante, hasta en la situación de mayor restricción.
Además, se evidencia la necesidad de duplicar el consumo en los próximos 20 años y por eso, la urgencia de incrementar las reservas probadas y diversificar fuentes, tener un sistema confiable y adaptado, avanzar en la sustitución de consumos industriales, e impulsar el ascenso tecnológico en el transporte de carga hacia vehículos destinados a gas.