Fader Yesid Rengifo Cuesta, un joven oriundo de Quibdó (Chocó) de 23 años, pasa sus días y sus noches en el cementerio San José de ese municipio. “Acá me siento tranquilo en medio de los muertos y nunca hubo peligro”, relató ante el medio RTVC.
Según ese medio, duerme en la tumba número 1 de la sección A, dentro de un ataúd viejo, en la tumba más alta. Aseguró que se siente muy bien y que “gracias a Dios, y espero seguir haciendo las cosas bien y seguir cambiando mi estilo de vida por lo que llevaba antes”.
La tumba 1 es su habitación, las otras bóvedas le han servido como comedor y sala y las escaleras son el escaparate donde acomoda su cepillo de dientes y otros utensilios de aseo como toalla o talcos para pies. “Yo acá tengo mi loción y mis cosas, pero creo que pronto me voy a ir para allá para donde unos familiares, por eso voy a recoger las cosas para irme”, expresó.
El motivo que lo llevó a ese estilo de vida fue una muerte muy dolorosa que no supo superar por el inmenso apego que tenía con esa persona. Se trató de Clemencia Mena Rentería, su abuela, quien se encargó de criarlo. Mayerli Mercedes Rengifo Cuesta, madre de Fader, cuenta que su abuela “lo sobreprotegió mucho” y ambos se tenían un enorme cariño.
Pero la mujer falleció hace cuatro años, y Fader sintió un enorme vacío que jamás pudo suplir. “Cuando mi mamá murió, él nunca fue al entierro ni nada, y de un momento a otro terminó viviendo en el cementerio. Yo creo que a Fader le afectó mucho la muerte de mi mamá, por eso terminó viviendo en el cementerio”, le contó Mayerli al diario El Colombiano.
Esta pérdida llevó a Fader a caer en las drogas. Por eso, su madre se fue hasta Medellín para conseguir un trabajo que le dieran los recursos suficientes que le permitieran ayudarle a su hijo a costear su tratamiento en un centro de rehabilitación. Entonces, el joven se fue hasta Medellín y llegó a la casa de su madre. “Yo me arrodillé y le pedí perdón. Le dije que podíamos vivir como una familia y que me perdonara todo lo malo. Que yo lo podía ayudar y que buscáramos una oportunidad”, le dijo la mujer al diario mencionado.
Fue así que Mayerli le ayudó a su hijo a conseguir un empleo. Pero, este lo desperdició porque volvió a Quibdó para estar junto a la tumba de su abuela en el cementerio San José.
Ahora, el joven dice que quiere una nueva oportunidad. Por eso, contempla estudiar en el Sena, teniendo en cuenta que terminó su bachillerato en uno de los colegios de Quibdó.
Dos hombres fueron capturados por secuestrar y abusar sexualmente de madre e hijo en el Chocó
En otras noticias del municipio de Quibdó, Luis Fernando Asprilla Palacios y Jesús David Mosquera Mena tendrán que enfrentarse a los delitos de feminicidio, acceso carnal violento, secuestro y hurto calificado, luego de haber retenido y sometido a todo tipo de vejámenes sexuales a un menor de edad y a su madre, en una casa del barrio Medrano.
De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, el 4 de mayo, en horas de la mañana, los procesados –presuntos integrantes del grupo delincuencial conocido como Los Mexicanos– habrían interceptado a las víctimas y las retuvieron, supuestamente, por deambular por el sector.
Fue entonces cuando, en contra de su voluntad, las llevaron desde San Martín (norte de la ciudad) hasta Medrano, en donde, otros tres hombres aguardaban al interior de un inmueble.
La mujer, de tan solo 34 años, “fue abusada sexualmente en varias oportunidades, presuntamente por los cinco hombres”; mientras que, el menor, de 16, “fue agredido de manera similar, al parecer, por dos de ellos”.
Al terminar, a ella la apuñalaron en repetidas ocasiones, y planeaban hacer lo mismo con el joven; sin embargo, en un descuido, logró escapar y contactar a las autoridades.
A su llegada al barrio Medrano encontraron enterrados, en el patio de la casa, los restos de la mujer, quien, había sido desmembrada en un intento por desaparecer el cuerpo. Y, tras un intenso operativo lograron dar con la captura de Asprilla Palacios y Mosquera Mena, quienes, fueron presentados ante un juez de control de garantías.
Sin embargo, y según el director de la seccional Chocó de la Fiscalía, Andrés Mauricio Cabrera “tres de los posibles responsables huyeron del lugar con 120 mil pesos de las víctimas y sus dos celulares”; por lo que, aún, intentan dar con su paradero.