En marzo del 2022 el IDU (Instituto de Desarrollo Urbano) inició el cambio de láminas de aluminio en puentes de TransMilenio por láminas de polipropileno, para evitar más casos por hurto que no solo le cuestan a la ciudad dinero de más, sino también, ponen en riesgo a quienes los utilizan a diario.
Ya en ese entonces señalaban que “El polipropileno es un material muy resistente, que tiene buenas características de desgaste, bajo nivel de ruido, fácil limpieza, superficie antideslizante y antiadherente” y “también se destaca su alta durabilidad, excelente comportamiento en términos de resistencia a esfuerzos de flexión, bajos costos de mantenimiento y opción de re-uso por ambas caras”.
La instalación de las láminas de polipropileno –incluyendo el desmonte de las láminas antiguas– le ha costado más de 5000 millones de pesos a la ciudad, pero, aun así, su beneficio sería mayor al impedir más casos de hurto que, en lo que va del año, ya suman 300.
Además, las láminas que son levantadas son utilizadas para cubrir los huecos de los puentes que aún están recubiertos con aluminio; por lo que, la ciudad avanza en carril doble en su propósito de mantener el mobiliario público en excelente estado.
“Está bien cuidado en este momento. Muy bueno, porque siempre se robaban acá todas las láminas cuando eran en aluminio. Hasta el momento,, está muy buen el puente para qué, a pesar del flujo de gente que sube”, comentó al respecto un ciudadano entrevistado por Arriba Bogotá.
De las láminas de polipropileno instaladas hasta la fecha (mayo del 2023), ninguna ha sido hurtada. Un balance positivo teniendo en cuenta que cinco puentes han sido intervenidos de principio a fin. Seis si se cuentan las obras del puente de Paloquemao.
Este, al igual que el de la estación conocida como ‘SuperCade’, ha sido uno de los más afectados por la delincuencia común, con 42 láminas robadas. 26 menos (68) que la primera. Y a ambas le siguen: Concejo de Bogotá, Universidad Nacional y Boyacá con suba.
TransMilenio estudia una alternativa a los torniquetes piso a techo
En la estación Santa Lucía (Transversal 14 entre Diagonal 45B Sur y Calle 46 Sur) y el Portal Tunal (Avenida Boyacá con Carrera 24) ya completan un año los torniquetes anticolados piso a techo que la Empresa de Transportes del Tercer Milenio instaló para evitar que quienes no pagan su pasaje utilicen el sistema.
Sin embargo, su aspecto ha resultado intimidante para algunos usuarios que, como Herman Martínez, quien es aspirante a la Alcaldía de Bogotá, consideran que –a pesar de llevar poco tiempo funcionando– deberían ser reemplazadas por una alternativa más amable, no solo con la vista, sino también con el bolsillo de personas que atraviesan una situación económica apretada.
“En la estación TransMilenio de Santa Lucía, avenida Caracas instalaron puertas anticolados. Son intimidantes. Uno siente que queda enjaulado. No piensan en alternativas como una tarifa más económica para estudiantes y adultos mayores. No importa que la ciudad se llene de guetos”, escribió el exdirector del Jardín Botánico en su cuenta de Twitter.
A pesar de haber considerado su instalación en otras estaciones del sistema, TransMilenio ya ha venido pensando en otro sistema de torniquetes que: primero, eviten que siga aumentando el número de colados y segundo, le den un mejor aspecto a portales y estaciones.
Es así como: “En el Portal de Usme se implementó y se probó otro mecanismo basado en una estructura alrededor de los torniquetes tradicionales, para impedir el acceso irregular al sistema”.
El cual, al cumplir la fase exploratoria, será retirado para poder seguir ajustando su diseño a las necesidades de los usuarios, sin que estos –por su puesto– logren colarse.