“Todavía no la doy por perdida”: Laura Sarabia y su “lucha” para que Gustavo Petro tenga más mesura en Twitter

Actualmente, la joven de 29 años no solo es la jefa de gabinete del presidente de la República, sino que también se convirtió en su mano derecha. Ella explicó lo que hay detrás de la impuntualidad del mandatario y qué hacía antes de ser llamada a ocupar su cargo actual

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Laura Sarabia ha sido una de las pocas funcionarias del alto gobierno que ha resistido a los remezones de Petro.
Presidencia.
Laura Sarabia ha sido una de las pocas funcionarias del alto gobierno que ha resistido a los remezones de Petro. Presidencia.

No es Francia Márquez, y mucho menos Verónica Alcocer. La mujer que acompaña al presidente Gustavo Petro en todas sus giras y permanece a su lado gestionando la agenda diaria es Laura Sarabia, su jefa de gabinete. Sin embargo, su representación en el actual gobierno va más allá de ese cargo, pues está codo a codo con el primer jefe de Estado progresista de Colombia, y en ese orden, es una de las figuras más determinantes de la Casa de Nariño.

No por nada continúa en el equipo del presidente después de dos remezones ministeriales en el que salió hasta el ahora exdirector del Dapre, Mauricio Lizcano, quien abiertamente confesó tener diferencias con ella. Pocos le conocen la voz, pero siempre aparece junto (o detrás) del presidente en todos sus viajes dentro y fuera del país. La agenda diaria de Petro se puede correr, pero no se modifica sin su aprobación, y con esas modificaciones llega la impuntualidad que desde tantos sectores se le ha cuestionado al mandatario.

Al respecto, Sarabia reconoce que “él es un residente dado a la gente”, como dijo ante El Colombiano. Dijo que, sin importar si es campesino, general del Ejército o un empresario, él se queda en el evento a escuchar sus sugerencias o reclamos, y es justamente eso lo que genera retrasos y ‘desplantes’ en varias reuniones donde se espera su presencia.

“Sé que lastimosamente genera mucho más morbo ver una noticia de que el residente llegó tarde, sin justificar ni decir que esté bien, pero genera más morbo eso, que los acuerdos o las cosas que se hayan logrado”, mencionó Sarabia al medio citado.

Antes de llegar a la campaña, estuvo al lado de Armando Benedetti, actual embajador de Colombia en Venezuela; pero previo a ello, estuvo desempleada, y por recomendación de un amigo que asistía a la misma iglesia cristiana, llegó al centro de pensamiento del Partido de La U, como narró en El Tiempo. Ese fue su primer empleo. Posteriormente, fue la mano derecha del entonces senador, hoy embajador en Venezuela; incluso, le sugirió tener mesura con sus publicaciones en Twitter.

Esa moderación también se la ha aconsejado a Petro, reconocido en esa plataforma por ser contestatario y reaccionar a trinos de periodistas y a diferentes notas de prensa. De hecho, uno de los principales temas de conversación sobre el cual publica es la presunta omisión de la Fiscalía con una lista de homicidios cometidos por el Clan del Golfo; así como las declaraciones de un posible golpe de Estado en su contra.

Sobre esa “lucha” para que Petro suelte el celular y no sea contestatario, “Todavía no la doy por perdida”, afirmó Sarabia.

“El argumento del Presidente es que si no lo hace él no hay nadie más que lo haga. Hemos tratado con la figura de vocero, de portavoz, pero no funciona. Nadie lo reconoce”, dijo la jefa de gabinete en El Tiempo sobre la mesura que debería tener el presidente con determinados temas que aborda en Twitter.

Sobre el aprendizaje que ha tenido en estos nueve meses de gobierno, Sarabia dijo, también en el espacio Colombia Hoy, que lo que destaca principalmente del mandatario es su cercanía con la gente. “No he visto un solo municipio o ciudad donde la gente no se acerque a saludarlo o pedirle una foto. A mí siempre me ha costado porque yo no había tenido la oportunidad de ver esas imágenes con anteriores presidentes, pero con Petro es una cosa absurda”, confesó la hija de padres involucrados con las Fuerzas Militares y el sector Defensa. De ahí, según ella, adquirió su disciplina.

Se levanta a las 4:00 de la mañana, dos horas antes de que el presidente Petro inicie su agenda. Va al gimnasio dos veces por semana y durante el día trata de tener un espacio para hablar con Alejandro, su hijo de 10 meses (no se llama Federico por pedido del propio Petro). Actualmente es muy activa en Twitter y resalta alguna declaración o logro obtenido en el actual gobierno, y aunque lo hace, confesó que no le gusta ser el centro de atención mediático.

“Me ha costado entender que ya no lo puedo frenar. No lo busqué. Hubiera preferido seguir en la sombra porque al contrario no me siento cómoda”, le dijo a El Tiempo.

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