El feminicidio de Érika Aponte en el Centro Comercial Unicentro ha generado múltiples inquietudes frente al accionar de las autoridades en Bogotá y Soacha, ya que la víctima se había acercado a denunciar los hechos del maltrato y amenazas de muerte que había recibido por parte de su expareja Christian Rincón, quien finalmente terminó con la vida de la mujer y luego se suicidó.
De acuerdo con los relatos que han entregado los familiares de Érika Aponte a los medios de comunicación, la mujer se había acercado tanto a la Casa de Justicia en Usme como a las autoridades en Soacha para denunciar las amenazas que había dirigido su expareja contra ella, debido a que este le había advertido que si no volvía a vivir junto a él en la casa de sus suegros la asesinaría.
Debido a esto la Fiscalía General de la Nación ha abierto una investigación con el objetivo de establecer cuál fue la ruta que demarcaron las autoridades del distrito y el municipio para prevenir que el hombre terminara con la vida de Érika Aponte, para de esta forma fijar la responsabilidad y posibles omisiones que permitieron que Christian Rincón asesinara a la mujer en el centro comercial al norte de la ciudad.
Frente al accionar de las autoridades en Bogotá, la alcaldesa Claudia López afirmó que luego de que Érika denunciara el caso, a la víctima le habrían ofrecido hospedarse en una casa de protección, lo cual fue rechazado por Érika quien habría detallado que se sentía más segura en el municipio de Soacha, en la vivienda de su padre, además de que no podía abandonar su trabajo debido a que ese era su único sustento.
“Instrumentalización de su hijo, nos dijo que tenía sistemática violencia intrafamiliar. El caso, según lo relataba Erika, era francamente dramático, el pánico de Erika era evidente y su solicitud de ayuda fue expresa. Inmediatamente en la Casa de Justicia le ofrecimos el máximo nivel de protección que podíamos ofrecerle, no solamente asistencia psicosocial y jurídica, sino el traslado inmediato de ella y su hijo a una casa refugio”, fueron las palabras de la alcaldesa de Bogotá.
Frente al accionar de la policía en Soacha, los investigadores han establecido que la mujer se había acercado a la comisaría de familia y a una estación en el municipio, en donde le habrían entregado un documento en el que se confirmaba que Érika Aponte debía ser resguardada por las autoridades debido a que había sido dictada una medida de protección.
Sin embargo, este documento no impidió que Christian Rincón se acercará hasta el lugar de trabajo de Érika en el Centro Comercial Unicentro, en donde asesinó a la mujer al propinarle dos disparos con un arma de fuego calibre 38 y luego se suicidó ante la mirada atónita de los presentes.
Frente a ello, el alcalde encargado de Soacha responsabilizó a las autoridades del distrito por el feminicidio de Érika Aponte, afirmando que la Policía Metropolitana de Soacha cumplió con la medida de protección mientras la mujer permanecía en la vivienda de su padre en el municipio, lo que no habría ocurrido por parte de las autoridades en Bogotá cuando ella se encontraba en su sitio de trabajo.
“La ruta de atención se prestó y hoy los hechos dicen que el crimen se cometió en Bogotá, no en Soacha, el 11 de mayo llega una medida de protección desde la comisaría de Teusaquillo, informando al comando de policía de Soacha. Aquí se le presta cuando la víctima estaba aquí en su residencia, pero en ningún momento nosotros no evidenciamos que hayan oficiado a la policía de Bogotá para que en Unicentro le hubieran prestado en su lugar de trabajo la medida de protección, aquí nosotros habíamos prestado toda la medida de protección, pero ella estaba en Bogotá”.