Esta es la historia de Érika Aponte, la víctima de feminicidio en Unicentro: le habían aprobado una “medida de protección” en contra del hombre que la mató

La mujer y el homicida tenían un hijo de 8 años que, tras la muerte de ambos, quedó huérfano

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En medio de las celebraciones del Día de la madre, el caso de Érika Aponte conmocionó al país, luego de que su expareja, Christian Camilo Rincón, le disparara en dos ocasiones, dentro de la pizzería en la que se desempeñaba como subadministradora; a pesar de, presuntamente, contar con una medida de protección desde hace tres días, que obligaba a la Policía de Soacha a hacer rondas frecuentes por la casa en la que desde hace un tiempo se quedaba junto a su familia.

Y es que, sin importar que tenían un hijo en común y hasta hace poco una relación de pareja que duró poco más de 11 años, Christian venía persiguiéndola desde que empezaron a vivir por separado, y ella publicó en redes que buscaba un nuevo lugar al que mudarse; por lo que las discusiones en su lugar de trabajo se habrían convertido en algo habitual, de acuerdo con las declaraciones de la alcaldesa Claudia López:

“@PoliciaBogota me reporta que en el local de Unicentro informan que el hombre ya había buscado y discutido antes con la mujer. El hombre trabajaba en una empresa de seguridad y presuntamente por eso estaba armado. Se disparó luego de cometer el feminicidio, pero alcanzó a ser trasladado a un hospital aunque su estado es muy delicado”.

Sin embargo, de un tiempo para acá, Érika presentía que algo malo podría sucederle. Razón por la que se puso en contacto con la Secretaría de Integración Social, para evitar lo que a simple vista parece una tragedia anunciada:

“El Ministerio Público Distrital estableció que el pasado jueves 11 de mayo la víctima se comunicó a través del servicio telefónico denominado una «llamada de vida» de la Secretaría Distrital de Integración Social para poner conocimiento la situación de violencia que enfrentaba. De acuerdo con el informe del sistema se otorgaron medidas de protección provisionales, se solicitó acompañamiento y protección al comando de Policía de Soacha, lugar en el que la víctima reportó la residencia y se trasladaron las medidas para que la Comisaria de dicho municipio definiera el asunto de conformidad con la ley 2126 de 2021″, reveló en un comunicado, la Personería de la ciudad.

Sin embargo, aprobada o en curso, la medida de protección –que, además, es motivo de investigación por parte de las autoridades– no evitó que en la tarde del domingo 14 de mayo, con cientos de personas celebrando el Día de la madre a su alrededor, Érika recibiera dos impactos de bala en la cabeza, luego de su última discusión con Christian Camilo Rincón.

Con 26 años, murió antes de poder recibir atención médica; mientras él, con 31, fue trasladado a la Clínica Santa Fe, en donde se registró su deceso en la mañana del lunes 15 de mayo, luego de atentar contra su propia vida.

El crimen quedó registrado en las cámaras de seguridad del centro comercial y en los videos que algunos visitantes lograron tomar en medio del caos. Por lo que Unicentro norte aseguró que trabajará de manera conjunta con las autoridades para lograr esclarecer los hechos que ocurrieron al interior del centro comercial, que, desde ya, catalogan como un acontecimiento aislado y puntual.

“Unicentro lamenta cualquier acto de violencia personal y/o familiar que se presente y trabajará de la mano de las autoridades, brindándoles toda la información que esté a su alcance para que ellas puedan esclarecer el móvil del mismo”.

Mientras, la pizzería en la que Érika trabajaba lamentó lo ocurrido, según ellos, una vez finalizó su turno: “Con profunda tristeza y pesar, lamentamos los hechos ocurridos en día de hoy en los que una colaboradora de nuestra empresa fue víctima de feminicidio luego de finalizar su turno de trabajo en Unicentro Bogotá (…) Nuestros pensamientos y oraciones están con su familia y amigos. Agradecemos a la comunidad por su apoyo en este momento de gran tristeza”.

Todo esto, en medio de un Día de la madre marcado por la violencia que la ciudad y la familia de Érika recordarán con dolor: “Vuela alto mi amor hermosa, mi Hija mayor. No puedo aceptar esta cruel realidad”.

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