Robinson Díaz y Adriana Arango revelaron detalles de su relación: “Amo a mi esposa con toda mi berraquera”

La pareja de actores lleva más de 20 años como esposos, han vivido experiencias buenas y no tanto, entre la distancia y los errores, han construido una historia de amor que los ha mantenido unidos a pesar de los problemas

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La pareja contó varias intimidades,
La pareja contó varias intimidades, entre las que se encuentran lo vivido mientras Adriana se encontraba estudiando en París y Robinson en México. Crédito: SER O NO SER, HE AHÍ EL PODCAST / YouTube

Adriana Arango y Robinson Díaz son dos de los actores más reconocidos en Colombia gracias a sus destacadas actuaciones en varias producciones exitosas como La mujer del presidente, aparte, hace más de 20 años comparten su vida como un matrimonio que, como en muchos casos, también ha tenido altas y bajas. Así lo dieron a conocer en el canal de YouTube ‘Ser o no ser, he ahí el pódcast’, en el que compartieron detalles de su relación y en la que Robinson Díaz dejó ver su lado más sensible al aceptar que Adriana es su equilibrio.

Entre las historias que compartió la parej, se encuentra una anécdota muy íntima que ocurrió mientras Adriana fue a estudiar a París. En ese momento, la tecnología no estaba tan desarrollada, por lo que tenían que buscar opciones para poder comunicarse, pues las cuentas de teléfono eran muy costosas.

“Yo me fui a París, pero seguíamos de novios. Tenemos una caja llena de cartas que nos mandábamos y después descubrimos los casetes”, comentó Adriana, a lo que Robinson agregó que, “las cuentas de teléfono mías las pagó La mujer del presidente, hablamos como dos veces a la semana y descubrimos el casete que uno podía hablar todos los días un poquito como un pódcast, un pódcast amoroso”.

Que Adriana se encontrara en París mientras mientras Robinson hacía parte de la producción La otra mitad del sol no les permitía pasar mucho tiempo juntos, por lo que cuando tuvieron la oportunidad de verse, los planes que tenían pensados no eran lo que habían pensado.

Adriana comenzó contando que, “ellos venían de una gira exitosísima de México de La otra mitad del sol, entonces él venía como una estrella porque había tenido mucho éxito en Colombia, entonces quedamos de vernos en el aeropuerto Charles de Gaulle, entonces yo lo estaba esperando”.

Robinson agregó que él le quería dar el gusto de llevarla a un buen restaurante, pero cuando se encontraron en el aeropuerto, las cosas no sucedieron como estaban planeadas.

“Entonces yo dije, voy a llevar mis luisillos para llevarla a un restaurante y comer y le voy a dar gusto. Cuando yo llegué al aeropuerto, ese aeropuerto bien grande y yo no la veía por ninguna parte, y hermano de pronto me quedo viendo un abrigo con dos patas y por cierto aire dije esta es y cuando la toco y era la mona, flaca como un berraco, y yo la abracé y lloramos y todo el cuento, y cuál restaurante, vamonos pa’ Carrefour a hacer mercado y le compré de todo y se engordó porque estaba más flaca”.

Luego de varias risas, Robinson dejó ver su lado más humano, uno que, por lo general, no se puede conocer a través de la televisión, y comentó que con el paso de los años ha aprendido que las experiencias lo han llevado a cumplir su sueño cuando de cuando era un niño.

“Yo también estoy luchando por ser, a veces siento que estoy como saliendo del closet con muchas cosas en mi vida, porque fui muy maltratado he sido muy maltratado y yo me dejé maltratar y fui criado con maltrato familiar por mi papá y mi mamá, que a su vez fueron también maltratados y después me metí en un sistema con otras personas que también me maltrataron y hoy en día estoy siendo lo que yo a los 14 años siempre quise ser, y era que yo en el colegio estaba dirigiendo, actuando, produciendo hoy en día estoy siendo lo que yo quiero ser y estoy muy feliz”.

Contar esa experiencia llevó al actor a reconocer sus sentimientos por su esposa, y comentó que le hace falta para todo, pues cuando se deben alejar por trabajo sufre mucho, inclusive, llegó a describir su relación como “mascotera”.

“Eso me ha costado mucho trabajo y he pasado por muchas crisis con la mona, yo amo a mi esposa, amo a mi esposa con el alma, amo a mi esposa con toda mi berraquera. A mí me hace mucha falta, por ejemplo, para dormir, para sentirla, necesito sentirla, necesito que esté por ahí, no sé si es una relación mascotera, pero me hace mucha falta”.

Robinson terminó aceptando que no ha sido el mejor esposo del mundo, pues en varios aspectos de la relación le ha fallado a Adriana, pero que todas las cosas que ha vivido lo han llevado a entender que su esposa es su equilibrio y que su compañera de vida es ella.

“Pero yo no soy una pera en dulce, yo he sido muy inestable emocionalmente, emocionalmente le he faltado al respeto a ella, emocionalmente la he traicionado, en muchas cosas la he cagado duro, he sido infiel y todo es como en una búsqueda como de encontrar unas cosas que me den a mí un equilibrio y en ese orden de buscar ese equilibrio la he dañado a ella, pero todo el tiempo estoy regresando, siento que el equilibrio es con ella, entonces me he dejado llevar de mucha estupidez, pero en el fondo de mi alma sé que mi compañera es ella”.

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