El Jardín de Freud, en el campus de Bogotá de la Universidad Nacional ―una de las más prestigiosas a nivel nacional e internacional―, es el espacio para que cientos de estudiantes de esa institución se reúnan los jueves en la tarde hasta altas horas de la noche para compartir ratos de esparcimiento y diversión.
Durante esos ratos hay actividades deportivas, presentaciones culturales y artísticas, pero también consumo de alcohol, drogas, y hasta denuncias de casos de violencia sexual.
Esto ha hecho que las directivas tomen ciertas medidas. Una de ellas es disponer de equipos médicos cerca de la zona, ubicada al frente de la facultad de Ciencias Humanas, para atender cualquier emergencia ocasionada por excesos. Además, se restringió el acceso al campus para personas que no pertenecen a la comunidad educativa y se ordenaron requisas exhaustivas los jueves.
Este espacio se hizo normale luego de que se reactivaron las clases presenciales tras la pandemia, en el primer semestre de 2022. Una de las estrategias pospandemia de la institución para reducir los problemas de salud de la comunidad fue justamente crear el programa ‘Vitalízate’, para promover actividades de recreación y cultura en ambientes sanos.
“Intentamos reforzar la iniciativa los jueves. Ofrecemos, entre muchas otras cosas, sesiones de salsa, conciertos, jornadas deportivas y torneos de ajedrez”, le manifestó al periódico El Tiempo José Manuel Peña, vicerrector de la sede Bogotá.
Felipe López, un estudiante de la Nacional, le contó a ese medio que regresar a la presencialidad “fue como si se hubiera roto el muro de una represa: la gente se descontroló”. La Universidad expuso en un comunicado que alrededor de 5.000 personas hicieron parte del primer encuentro del año, en el que se reportaron piques ilegales de carros y motos dentro del campus, intoxicaciones con alcohol adulterado y se decomisaron 199 unidades de bebidas alcohólicas.
Uno de los problemas a los que se enfrenta la institución en el marco de estos espacios es la venta de sustancias psicoactivas al interior del campus. “Aunque es un tema de años atrás, ahora existe una emergencia. Esto refleja la condición de pobreza que viven muchos de nuestros alumnos”, le dijo un docente de la Universidad a El Tiempo. Además, el vicerrector confirmó el abuso de este tipo de sustancias y algunos casos de intoxicación que han sido atendidos.
A este fenómeno se suma el conocido ‘Aquelarre’, un espacio que tenía lugar todos los viernes en el campus, pero en la zona de ‘La Playita’, entre la plaza del Che, la Facultad de Medicina, Química e Ingeniería. Ya la Universidad tomó desde hace varios años medidas para impedir que este evento, como suspender las clases los viernes en las tardes.
Se conoció un caso de abuso sexual
El pasado 20 de octubre de 2022, el colectivo ‘Mesa Feminista la Ramona’ denunció un presunto caso de violencia sexual que habría tenido lugar en un ‘Jueves de Freud’. El grupo de mujeres salió a protestar dentro de las instalaciones de la universidad a un solo grito contra el presunto abuso a una de sus compañeras: “Fuera, machos. Hoy no hay farra, hoy hay rebeldía”.
Además, con un megáfono en mano, las alumnas recorrían los pasillos de la institución preguntando quiénes habían sufrido este tipo de violencia y de esta manera las invitaban a confesar el nombre de los posibles agresores.
Gracias a esta iniciativa llegó el caso a la mesa de género de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional con sede en Bogotá, en donde una joven confesó haber sido abusada sexualmente dentro del establecimiento.
Los sucesos habrían tenido fecha el pasado el jueves 11 de agosto de 2022. La joven que contó lo sucedido empieza su relato con, “estaba bastante tomada”.
Comentó que luego de quedar sola en medio de la muchedumbre, aceptó bailar con un grupo de hombres que estaba en el lugar. Minutos después, la mujer al sentirse incómoda intentó alejarse, sin embargo, los sujetos no permitieron hacerlo, uno de ellos le dijo “no vas para ningún lado”, ante esta afirmación la joven se sintió insegura.
Después, dos de los presuntos agresores la arrinconaron y besaron en el cuello. En la descripción de la alumna, quien prefirió mantener su identidad en el anonimato, contó que mientras ella estaba en shock por la situación, escuchaba a los amigos de los victimarios reír. Ella asegura también que se encontraban en estado de alicoramiento y se aprovecharon de que ella tenía un vestido. Uno de los agresores puso su mano en sus partes íntimas y al no poder gritar, solo pudo llorar.
“Comencé a llorar y no podía hablar. Entre tres me empezaron a manosear la cintura, la espalda. Me introdujeron los dedos en mi vagina. Lo único que alcancé a decir es que no me hicieran nada, pero ellos siguieron”, dice en el relato que fue recopilado y publicado por la Mesa Feminista La Ramona.