Migrantes atropellados en Texas: son dos las familias colombianas que piden ayuda para repatriar sus restos

Las autoridades aún investigan si hubo intencionalidad de parte del conductor

FOTO DE ARCHIVO: Un agente de la ley investiga un vehículo dañado después de que atropelló a los peatones cerca de Ozanam Center, un refugio para migrantes y personas sin hogar, en Brownsville, Texas, Estados Unidos. 7 de mayo, 2023 Captura de video. KRGV, filial de ABC, vía REUTERS

Al menos 8 muertos y 10 heridos han reportado las autoridades de Brownsville (sur de Texas), luego de que un ciudadano de origen hispano, identificado como George Álvarez, envistiera con su camioneta a un grupo de 25 migrantes que esperaban en la parada de autobús, ubicada en frente de un centro de acogida.

Entre las víctimas se encuentran el colombo-venezolano Brayan García Segovia, de 24 años, y el colombiano Jesús Sangroni Rodríguez, de 19. Ambos llegaron a la costa caribe colombiana hace unos meses en busca de un futuro mejor; sin embargo, ante la falta de oportunidades, salieron del departamento del Magdalena persiguiendo el sueño americano.

No llevaban ni una semana fuera cuando ocurrió el accidente y, ahora, sus familias, se encuentran desesperadas, buscando ayuda para repatriar sus cuerpos y poderles dar santa sepultura en Venezuela.

Nerelsy García, madre de Brayan, recordó en una entrevista concedida para Blu Radio que se fue buscando ayudar a su familia, agobiado por trabajar mucho a cambio de poco, en un lavadero de carros: “Él se fue porque un amigo lo convenció de que se fuera, porque él estaba allá y lo iba a ayudar. Mi hijo tenía ese sueño como todo joven, que quería tener un futuro mejor, más para su bebé y para ayudarme a mí”.

Caso similar al de Jesús, quien, a pesar de las suplicas de su familia, pasaba por una situación económica insostenible:

“Me dijo: mami, yo doy la vida por ti, mi vieja, y por eso te voy a dar de todo. Le dije: no te vayas, quédate conmigo. No me dejes, mi niño, no me dejes”, narraba en entrevista para el medio citado, María Rodríguez.

A su llegada al país norteamericano, después de haber salido vivo del Tapón del Darién, Jesús le “dijo que no quería dormir más en la calle y por eso consiguió un refugio... Ese día estaban sentados, esperando un bus para irse a San Antonio”. Y fue en ese momento que, entre insultos, de acuerdo con los testigos del accidente, George Álvarez acabó con su vida y la de otras siete personas.

Sin embargo, tanto María como Nerelsy parecen haber encontrado lo que buscaban:

“Que me ayuden a traer a mi hijo y así llevármelo a Venezuela, que nos ayuden con los pasajes. Mi esposo es una persona humilde, trabajamos en el día a día”.

Al parecer, la Fundación Vuelve Latino se pondrá al frente de la repatriación de sus restos, para traerlos de vuelta, sin ningún costo para sus familias, tan pronto como las autoridades consulares los ayuden a realizar el trámite.

¿Qué más se sabe del atropello masivo?

“Fue de repente. Una señora pasó en un carro y nos avisa que nos apartemos y nos apartamos. Fue en cuestión de momentos. El asesino venía en el carro señalándonos, insultándonos, diciéndonos cosas como ‘motherfucker’ (hijo de puta), no sé, cosas así que no entiendo”, relató para la agencia AFP uno de los sobrevivientes.

En su prontuario criminal, el conductor tiene dos asaltos con arma mortal y uno en contra de un oficial de Policía. Además, las autoridades investigan si –para el momento del accidente– se encontraba bajo el efecto de alcohol o alguna otra sustancia, mientras, permanece detenido y con ocho cargos por homicidio imprudente en su contra.

El Centro Ozana, suele ser frecuentado por migrantes de China, Ucrania, Colombia, Ecuador, Chile y Venezuela, que, al llegar a territorio estadounidense no tienen a quien más recurrir, por lo que, de haber sido intencional, lo más probable es que estuviera planeado desde hace un tiempo.

Algo que, a la fecha, siguen investigando las autoridades que, a pesar de haber dicho en un primer momento: “No estamos diciendo que es intencional. Por ahora lo estamos tratando como un accidente”, reconocen que es una posibilidad y “un factor que tenemos que considerar”.